Lado B
Caravana Al Sur: las historias de dolor se escucharon en Puebla
“Aunque sea que me devuelvan un pedacito (de mi hermano) que llevaré al sepulcro de mi madre”
Por Lado B @ladobemx
19 de septiembre, 2011
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  • “El lenguaje de las víctimas es un lenguaje que se expresa con el corazón, con dolor”: Sicilia

Foto: Joel Merino.

Josué Mota

@motajosue

De pronto, una mujer que venía desde Baja California narró que su hermano, “un ingeniero que trabajaba para su familia”, fue levantando junto con otros 18 trabajadores en Nuevo León a finales de mayo pasado. Dice que “para como están las cosas” ya no cree que esté vivo pero pide: “aunque sea que me devuelvan un pedacito que llevaré al sepulcro de mi madre”. Desde que tomó el micrófono y durante los pocos minutos que habló, lo hizo llorando.

Estas son las historias que han escuchado los integrantes del Movimiento por La Paz con Justicia y Dignidad durante las marchas que han realizado por el norte y sur del país, y que este lunes llegaron a Puebla por la tarde.

Estaba calculado que la llamada Caravana Al Sur llegara al zócalo de la ciudad de Puebla entre las 11 y las 12 horas pero finalmente lo hizo cerca de las tres de la tarde. Ya los esperaban unas 250 personas que aguantaron bajo el sol escuchando a músicos locales, y la lectura de poesía de algunos poblanos.

La Caravana llegó primero al Gallito en el Paseo Bravo avanzaron, algunos marchando, otros a bordo de los camiones, otros en autos particulares, en la camioneta de avanzada iba el poeta Javier Sicilia, acompañado por Emilio Álvarez Icaza. La mayoría de los fotógrafos dirigían su lente a la persona más conocida de este movimiento: el poeta. Los reporteros prestaban mucha atención a la camioneta en la que viajaba Sicilia que a los otros 300 integrantes de la caravana. Es curioso porque los periodistas son los principales críticos del “protagonismo” de algunas personas en los movimientos sociales.

Tal fue la atención de los fotoperiodistas y reporteros le dedicaron a Sicilia que éste ni siquiera pudo bajar de la camioneta, tuvo que rodear la plancha del zócalo y colocarse justo detrás del templete para hacerlo. El resto de los integrantes de la Caravana bajaron de los camiones y caminaron tranquilamente hasta el frente del templete.

En la ronda de discursos participaron representantes de la 28 de Octubre, de grupos indígenas de las Mixteca poblana y de diferentes colectivos. Tras ellos habló el poeta y comentó que el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad ha sido muy criticado por “algunas interpretaciones de la prensa”.

Dijo que a diferencia de la Caravana en el norte del país, en esta participaron muchas organizaciones, las cuales tienen un lenguaje anquilosado que puede no dejar ver el sufrimiento de las víctimas, pero lo importante es mirar lo que está detrás de los discursos.

“El lenguaje de las víctimas es un lenguaje que se expresa con el corazón, con dolor. Por desgracia el lenguaje de las organizaciones no se ha renovado; se expresa con la consigna, se expresa con lenguajes anquilosados que borran lo humano y el agravio que hay detrás. Las organizaciones no se renuevan en sus discursos y a fuerza de la ideología terminan la demanda profunda, el agravio profundo, la frescura de las víctimas inmediatas que hemos perdido un hijo, que buscamos a un desaparecido, que perdimos a un familiar. Yo quisiera aclararlo, es decir, podemos cuestionar, yo mismo lo cuestiono, el discurso ideológico de las organizaciones, lo que no podemos cuestionar son las causas”.

“Yo creo: nosotros, las víctimas de esta guerra absurda, las víctimas del crimen organizado o las víctimas del Ejército o las víctimas de la policía, las víctimas de la guerra son consecuencia de las víctimas de esto que expresan las organizaciones que son las víctimas de un problema de orden estructural que tiene que ver con lo económico, y aquí izquierdas y derechas es lo mismo, el valor absoluto de la economía como maximización de ganancias, la izquierda es más social, pero el punto de la maximización de la ganancia y del crecimiento es el mismo”.

En algún punto de su discurso alguien gritó «Fuera Calderón» y Sicilia le respondió que sí, que estaba bien pero que el problema de la guerra es estructural, sistemático. Luego Federico Chilián le gritó desde abajo del templete “dejen a hablar a las personas”, pero el poeta sólo lo volteó a ver y siguió con su discurso. Al final del acto, Chilián seguiría reclamando a los organizadores que no lo dejaron hablar en el micrófono y los acusó de ser gente de “gobernación y de Moreno Valle”. A Federico Chilián también le asesinaron a su hijo, igual que a Sicilia, y en otras ocasiones sí ha tenido oportunidad de hablar junto con los miembros del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.

Sicilia dijo que el problema de esta guerra es que es consecuencia de un sistema económico que arrasa con las economías locales.

Antes de que Sicilia hablara los organizadores pidieron un minuto de silencio para la víctimas de la guerra contra el narcotráfico, pero el verdadero silencio, el que nadie pidió vino en la primera ronda de discursos cuando la señora pidió que “aunque sea que me devuelvan un pedacito (de su hermano) que llevaré al sepulcro de mi madre”.

Tras los discursos la Caravana Al Sur siguió su paso hacia el Distrito Federal, donde concluyó el recorrido.

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Autor Lado B
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