Lado B
¿Qué pasa por la mente de una mujer que mata a sus hijos y se suicida?
 
Por Lado B @ladobemx
24 de agosto, 2011
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  • Machismo, violencia y soledad son algunos factores, aunque no hay un perfil de personalidad definido

Josué Mota | Joseline Santos | Paco Coca

El 3 de mayo 1996, una nota de Puebla llegó a las agencias internacionales de noticias: Verónica Aguilar Furlong, una mujer de 29 años, envenenó a sus tres hijos de ocho, siete y dos años de edad poniendo raticida en las milanesas que les dio a comer.

Medeade Eugène Delacroix

Se consideró un crimen atroz que una madre matara a sus hijos. Luego se supo otra parte de la historia y entonces el asunto convocó más a la reflexión que al morbo: Verónica declaró al noticiero 24 Horas que conducía Jacobo Zabludovsky que los mató porque ya no tenía dinero para darles de comer y no quería verlos sufrir. Meses antes había sido despedida del banco en el que trabajaba y no tenía contacto con el papá de sus hijos, por eso los mató, porque no quería verlos sufrir.

El asunto atrajo la atención de los mexicanos por una razón, la situación que atravesaba Verónica era la misma de muchas familias mexicanas: se quedaban sin empleo, sin casa, sin poder pagar los créditos de sus autos, las colegiaturas. Como una foto que se repetía por la crisis económica que azotó al país.

Pasó tiempo antes de que otra noticia de este tipo llegara a los diarios. El 23 de julio de 2007 en el cuarto número 3 del hotel Chabe, ubicado en el kilómetro 47 de la carretera federal Puebla-Tehuacán la recamarera tocó la puerta aproximadamente a las 8 de la mañana, nadie respondió y entonces abrió la puerta. En el suelo estaba una mujer, dos niños, y un bote de insecticida.

Beatriz Castillo, de 25 años de edad, no murió por el envenenamiento que se produjo. Narró que obligó a sus hijos, uno de siete años y el otro de ocho días de nacido a ingerir el insecticida, quería matarlos y matarse, pero ella no lo consiguió. Durante su declaración al agente del Ministerio Público dijo que durante muchos años fue violada por su padrastro y uno de sus hijos había sido procreado en uno de esos abusos sexuales.

Sin embargo, cuando la madre de Beatriz Castillo acudió a reconocer los cadáveres de sus nietos dijo que no sabía por qué su hija los había envenenado. La ahora extinta Policía Judicial buscó al padrastro de Beatriz. Nunca lo encontraron.

Otra vez una noticia así se dio el sábado 20 de agosto. Mariela Ezequiel Pinales llegó cerca de las 11 de la noche al hotel La Fuente, ubicado en la 5 Oriente 213 en el Centro Histórico, y pagó dos noches por adelantado. Iba acompañada de su hija de 8 años y su hijo de 10, horas después les dio a comer a sus hijos yogurt envenenado con raticida.

Preparó una nota que decía “Que nos quemen juntos”, luego se lanzó por el balcón. Cuando las autoridades ministeriales llegaron se encontraron con el cadáver de la mujer de 25 años y con el de la niña de 8; el niño de 10 años sobrevivió y está recuperándose en un hospital. La mujer venía del estado de México, pero poco se sabe de ella o del padre de los niños.

Pero ¿qué une a estos tres casos además de las edades de las madres y las condiciones en que murieron los niños? ¿Qué pasa por la cabeza de una mujer que toma una decisión como las anteriores?

Lado B entrevistó a especialistas para tener un acercamiento y tratar de trazar algunas respuestas a estas tragedias.

Violencia, estrés y machismo, entre los factores

Medea de Henri Klagmann

Julio Flores Mastranzo es un perito en psicología especializado en forense de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), cargo que desempeña desde hace 12 años. Cuestionado al respecto, dijo que algunos factores que pueden influir en casos como los anteriores son la presión familiar, un estado emocional alterado y una personalidad disfuncional.

Asegura, sin embargo, que hay un factor que puede desencadenar varios problemas que es el machismo, ya que este enseña a las mujeres “que no pueden resolver problemas, que no sirven, que sólo pueden tener hijos”, por las víctimas de maltrato tienen dificultades para resolver los conflictos a los que se enfrentan.

Sumado a estos factores se ha encontrado que en algunos casos similares las madres atraviesan por una situación precaria, tienen una baja autoestima, no cuentan con una red familiar de apoyo sólida. “Por ello encuentran como una salida el suicidio, y en este sentido hay que notar que los suicidios de las mujeres no son tan violentos como los de los hombres”.

Dijo también que, en algunos casos, el homicidio de los hijos y el posterior suicidio “puede ser un sinónimo de venganza” contra el padre de los niños o contra alguna otra figura, aunque en otros casos se puede tratar sólo de acabar con los problemas, y se debe principalmente a que en algunos casos las mujeres no tienen los medios, ni se les ha enseñado a buscar soluciones, y esto está relacionado con un estilo de vida machista en el que se les enseña que solas no pueden salir adelante”.

Y añade: “En general esta sociedad nos educa para encontrar culpables, no a buscar soluciones, y ocurre en muchas relaciones interpersonales en las que se busca responsabilizar a alguien de un problema y no a buscar soluciones”.

Dijo que si bien no es sencillo identificar a una persona que atraviesa por un problema grave existen algunos factores de alerta tales como baja autoestima, mucho estrés, inquietud, y que “pueden desquitarse violentamente con los hijos y tienden a abandonarse en cuanto a la falta de cuidado personal”.

Estrés y suicidio

Saturno devorando a su hijo de Francisco de Goya

Aunque pareciera que el estrés es una causa de suicidio, no es así. Si bien las mujeres mexicanas son las más afectadas por este trastorno en el mundo -por debajo de la India-, México presenta un bajo índice de muertes autoprovocadas.

El estrés es una reacción, un mecanismo de defensa ante un posible daño, es instintivo. Fisiológicamente, el cuerpo experimenta un incremento de actividad cardiaca, hipertensión (aumento de la presión arterial) y vasoconstricción (las venas disminuyen diámetro), empieza a apretar las mandíbulas, tiene boca seca, dolor de cabeza, siente ansiedad, irritabilidad, miedo, dificultad para concentrarse o preocupación, y a pesar de que las sensaciones físicas son muchas, el estrés no es un factor determinante para que las mexicanas decidan quitarse la vida.

Por el contrario, la Organización Mundial de la Salud señala que el 90 por ciento de las personas suicidas padecían trastornos mentales, sobre todo depresión. Otros factores son problemas socioeconómicos, pérdida de empleo, enfermedades físicas o dolores crónicos, problemas familiares, traumas ocasionados por abusos sexuales o físicos, entre otros.

En el caso de Rusia y Japón, quienes ocupan el primer y segundo lugar en suicidios a nivel mundial-México tiene en lugar 78 – las deudas y el desempleo son factores significativos.

Pese a que organizaciones mundiales refieren que los trastornos psiquiátricos son las principales causas de suicidio, científicos de la Universidad Johns Hopkins de Estados Unidos identificaron una región en el cromosoma 2 que está ligada a este hecho, según refiere Animal Político.

El estudio mencionado con anterioridad y publicado por la revista Molecular Psychiatry, describe que los pacientes con trastorno bipolar, de quienes se encontró una variación genética, fueron 1.4 veces más tendenciosos a quitarse la vida.

El estrés no figura entre las causas de muerte inducida de manera intencional, tampoco es un recurso frecuente entre mujeres, pero sí de hombres.

De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía el 81.5 por ciento de suicidios fue de hombres, es decir, por cada mujer suicida hubo cuatro hombres que incurrieron en este acto.

El mayor número de defunciones por lesiones autoinfligidas intencionalmente ocurrieron entre personas de 30 y 59 años, por lo general hombres; no obstante en el grupo poblacional que va de los 19 a los 29 años –al que pertenecía Mariela Ezequiel– el mayor número de suicidas son mujeres.

En cuanto a los métodos, la Dirección de Servicios de Salud Mental en el país refiere que la mayoría de casos son por ahorcamiento – 70 por ciento-, seguido por el uso de armas de fuego, la intoxicación –raticidas- o arrojarse desde una altura considerable.

No hay un perfil definido

Por su parte, el psicoanalista James Herrerías coincidió en que las mujeres que cometen este tipo de actos pueden ser víctimas de violencia, aunque no es un factor determinante. Es necesario conocer el tipo de situación psicológica para determinar qué es lo que ocurre con esas personas, explicó. Además también coincide con el perito en el sentido de que el principal objetivo de un acto de este tipo es evadir un problema o una situación.

¿Qué factores podrían llevar a una mujer a cometer un asesinato y un suicidio de este tipo?

Se trata de una evasión, quizás de tipo legal, aunque no sabemos por qué podría sentirse perseguida, podría ser relacionado con algún asunto religioso. Ese ha sido el caso de varios asesinos, como el de Noruega, por ejemplo. Es común cuando hay una responsabilidad legal o al menos moral.

¿Puede darse el caso de que mate a los hijos para protegerlos?

No tengo ningún dato que pueda sustentarlo o contradecirlo, desconozco el caso. Sí puede tratarse de protección al haber decidido suicidarse y matar primero a los hijos, aunque también puede ser un caso de venganza extremo, con la intención de causar lastimar o una reacción de escándalo en otras personas, la pareja por ejemplo, lleva a cabo el asesinato y para adjudicar una responsabilidad se termina suicidando.

¿Crees que estas personas son víctimas de un tipo de violencia?

Me parece que el tema de la violencia está muy viciado en muchos sentidos, es algo a lo que se recurre para explicar muchas cosas y acabar diciendo nada. Pienso en todas estas encuestas o instrumentos de investigación para saber cuántas mujeres son víctimas de violencia, me parece que es una pérdida de tiempo. Todos los humanos somos víctimas de distintos tipos de violencia. Probablemente esta mujer sufrió algún tipo de violencia pero podría decir que no conozco a nadie, mujer u hombre, que no hayan sufrido algún tipo de violencia. ¿Cuántas personas han sido víctimas de violencia y no cometen ese tipo de actos? Por eso creo que ese argumento es totalmente ineficaz para explicar ese caso.

¿Crees que el machismo tiene algo que ver?

Podría ser, tratando el tema con mucho cuidado. Es cierto que el machismo tiene que ver con una falta total de democracia en donde esta mujer pudiera reaccionar ante ciertos intereses o al no poder concretar ciertos anhelos decide darle fin a todo por medio de un suicidio, aunque en este caso lo extremo es que se lleva consigo a los hijos. Es posible. Sin embargo, si uno se acerca a las relaciones interpersonales, en general en términos de pareja, hay muchos varones y mujeres que son víctimas de cierto tipo de opresión o sometimiento que no necesariamente tiene que ver con el machismo. Aunque no es una ley, sabemos que el machismo en ciertas situaciones de pobreza extrema puede tener una incidencia mayor.

Hay algunas mujeres de otros estratos socioeconómicos que pudieran escapar de un machismo extremo, aunque también hay muchas que no lo hacen aunque tienen un medio para hacerlo.

¿Crees que se trata de actos premeditados?

Muchos de los casos de suicidio obedecen a algo premeditado y sabemos que en ciertos casos específicos se trata de una conducta compulsiva. Sujetos que por condiciones específicas de su personalidad presentan una tendencia compulsiva, aunque no necesariamente depende de eso. Sí, la mayoría de suicidios es preparada por el sujeto con anticipación. También, a la inversa, hay muchísimos sujetos que llevan años preparando un suicidio que nunca cometen. Aunque casi todos fueron premeditados.

¿Hay algún perfil en sicoanálisis para estos asesinos-suicidas?

No lo hay. Bajo los esquemas de personalidad que nosotros manejamos, y específicamente tendría que referirme a las distintas estructuras de los sujetos que hay en la sociedad o en la cultura. Podría ser desde algo sicótico, y tal vez la mayor incidencia cultural sería en condiciones neuróticas.

Medea de Anselm Feuerbach

Cuando uno habla de neurosis sólo se refiere a una estructura pero no dice qué tipo de neurosis es la que está en juego. Unas bifurcaciones clara son la neurosis obsesiva y la histeria, sabemos que entre los histéricos sí hay una incidencia de intentos de suicidio, lo cual no quiere decir que estos sean concretados.

Aquí pareciera que, si bien hay una condición histérica, no hay ninguna certeza para decirlo, por lo cual no podemos saber si es a lo que se perfila por vía de la sicosis, sin decir de qué tipo, o si se tratase de algo neurótico, aunque esa sería mi primera sospecha en una condición así.

¿Cuáles serían las características de este tipo de neurosis?

En términos generales se trata de un acto dirigido hacia otro. Tendríamos primero que preguntarnos si es un acto dirigido a otros y a quienes estaría dirigido.

La histeria es una forma de neurosis que casi siempre manifiesta síntomas de tipo somático, muchas veces tiene que ver con caso de disociación, una partición de la personalidad en dos o más formas de accionar.

La neurosis es una de las formas que tiene el sujeto de reaccionar ante la cultura, para poder solventar sus exigencias. Todo mundo estaría bajo el esquema de la neurosis, por eso es difícil asociar una cantidad de casos de histeria muy elevados para explicar un caso como este.

En el caso que abordamos, la mujer llegó del DF, envenenó a sus hijos y luego se suicidó; dejó una carta

Con esos datos tan simples podríamos suponer que fue una manifestación disociativa, cuando un sujeto entra en crisis y comienza a actuar de una manera poco ordinaria de acuerdo a lo que suele hacer, de cualquier manera es una reacción específica de la histeria. La otra posibilidad es que sea un caso de sicosis.

La siquiatría también tiene esta perspectiva donde la sicosis puede estar ligada a síntomas que son el delirio y la alucinación. Aunque estos datos no nos dan un punto de distinción para saber si es algo que sucede del lado de la sicosis o de la neurosis.

La siquiatría suele tomar unos síntomas de parámetro para decir si se trata de tal o cual cosa, es muy tajante a la hora de elaborar esos diagnósticos. Estos casos son sometidos, bajo la óptica del sicoanálisis, a grandes reflexiones y cuestionamientos. En sicoanálisis trabajamos caso por caso.

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