Es media madrugada. El café se agotó. Llevamos horas en el trabajo de edición. Los reporteros dan vueltas por la redacción, pero nadie se ha ido a casa aún. Es la primera de muchas jornadas de trabajo en Lado B, y nadie quiere perder el momento en el que esta entrega informativa inaugure el portal noticioso, que nos ha llevado meses construir, listo para entrar a sus casas convertido en bits.

El Internet a ratos jala, a ratos no, la infografía que inicialmente fue pensada en flash vive el boicot del programa y pasó de interactiva a la inmovilidad de una imagen formato jpg; a un paso de las computadoras un pequeño gato mide los silencios y se sobresalta con los suspiros y los bufidos, es la noche en que nadie duerme.

Pero, y sin embargo, se mueve.

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Lado B es un proyecto que nace para seguirse construyendo cada día con el trabajo de reporteros, editores, diseñadores, articulistas, actores políticos y sociales y, sobre todo, nuestros lectores.

Pensamos en el diálogo y el debate como dos trabes de esta casa a lo que sumamos la transparencia, el respeto a los derechos humanos y la profundidad periodística.

Somos un espacio abierto, no nos interesa competir, sino compartir para crecer.

Habrá transparencia en nuestros contratos de publicidad con entes públicos y convenios con administraciones gubernamentales, será público nuestro código de ética y nuestros perfiles y curriculums, así como los nombres de los socios de este proyecto. Ahora aún trabajamos en los últimos detalles, pero poco a poco se irá reflejando la imagen completa de lo que somos, de lo que queremos ser.

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Que nadie se llame a sorpresa, Ardelio Vargas Fosado, el hombre fuerte de la seguridad en el estado llegó con varios cadáveres en el clóset, Atenco y Oaxaca los más visibles, y su accionar en el estado no ha desmerecido la fama que le precedía.

El gas lacrimógeno se ha vuelto el principal interlocutor en las últimas manifestaciones, con razones y sin ellas.

A la par otro fenómeno ha saltado a las páginas de los diarios, el repunte en el número de denuncias por delitos cometidos desde el cambio de administración, como un cuerpo atacado por la fiebre.

Son dos aristas de una misma historia que contadas por separado no ofrecen la profundidad que se consigue al conjugarlas.

Y por si nos faltaban argumentos, la noche de ayer el mensaje de un usuario de Twitter reportando el segundo asalto sufrido en el lapso de un mes, nos recordó que no estábamos errados en la decisión de ocuparnos de este tema en la primera entrega.

Y regresaremos a él, el tema no se ha agotado.

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Aquí estamos para caminar con ustedes. Porque todas las historias tiene un Lado B.