Lado B
Se suma una denuncia más al Hospital General de Cuetzalan; Angélica murió a causa de negligencias y omisiones
Desde 2016 existen recomendaciones de la CNDH al Hospital General de Cuetzalan por violencia obstétrica y negligencia médica
Por Cristian Escobar Añorve @crazo70
23 de junio, 2020
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El 17 de mayo de 2020, Angélica María Vázquez Reducindo, habitante indígena de la localidad de San Miguel Tzinacapan, falleció a causa de una lesión tumoral no tratada a tiempo, debido a una serie de malas prácticas médicas en el Hospital General de Cuetzalan del Progreso, un hospital que, desde 2016 -de acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos- ha sido denunciado por constantes violaciones a los derechos de la protección de la salud.

Según el testimonio de sus padres, su hija Angélica, de 18 años de edad, comenzó a presentar dolores de cabeza en septiembre de 2019 que le provocaban desequilibrio y bastante dolor. Estas molestias comenzaron a incrementar paulatinamente.

El 9 de septiembre, un profundo malestar hizo que sus padres, Petronila Reducindo Quijano y Pedro Vázquez trasladaran a su hija de la comunidad San Miguel Tzinacapan al área de urgencias del Hospital Regional de Cuetzalan. 

Allí, personal médico, supuestamente evaluó el estado de salud de Angélica, y le dijeron a su madre que su hija venía en buen estado de salud. Aunque los padres insistieron que Angélica no se sentía bien, el personal médico instó a la familia Vázquez Reducindo a que se retiraran del hospital debido a que los gritos de dolor de Angélica podrían despertar a otros pacientes. 

En ese sentido, de acuerdo con el documento Responsabilidad de los Profesionales de la Salud, Marco Teórico Conceptual, Marco Jurídico, emitido por la Dirección de Servicios de Investigación y Análisis, Subdirección de Análisis de Política Interior, esta primera falta médica sería catalogada como una imprudencia médica, es decir, que el personal del Hospital General de Cuetzalan actuó omitiendo los síntomas de la paciente, sin importar el riesgo que conllevaba. 

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Los síntomas de Angélica se agravaron con episodios de intensos dolores de cabeza, hasta que el  9 de abril -después de haber presentados jaquecas y vómito-, sus padres la llevaron nuevamente al área de urgencias del Hospital de Cuetzalan. 

De nueva cuenta, los médicos les dijeron que Angélica no se encontraba mal, que estaba estable. Le suministraron analgésicos y le tomaron una prueba de sangre. Después de dos horas les dijeron que en los resultados no habían encontrado nada fuera de lo normal. Sin embargo, contradictoriamente, le comentaron a los padres de Angélica que su hija podría tener una anormalidad craneal. Aún así, la dieron de alta.

En esta segunda ocasión, la falta médica sería catalogada como una negligencia, pues de acuerdo con la Ley General de Salud en Materia de Prestación de Servicio de Atención Médica, artículo 138 Bis 14, el personal médico debió atender de forma oportuna, el dolor y síntomas, y en su caso, indicar la realización estudios más detallados a fin de descartar cualquier anomalía.

Hospital General de Cuetzalan

Hospital General de Cuetzalan. / Foto: Google Maps

Al notar la deficiencia en la atención médica, Angélica y su familia recurrieron a un médico particular. El 14 de abril el doctor David Reyes Hernández, especialista en Neurología, atendió a Angélica en Teziutlán y les solicitó una resonancia magnética. Con los resultados, el neurólogo diagnosticó a Angélica con una lesión tumoral. 

El 16 de mayo, el doctor Reyes les dio la indicación de trasladar con urgencia a Angélica a un Hospital de Tercer Nivel, al área de Neurología, pero antes, debían regresar al Hospital de Cuetzalan a fin de obtener una referencia de traslado a la unidad de especialidad, pues así lo requieren los Lineamientos para la Referencia y Contrareferencia de la Secretaría de Salud: “la forma preferente de ingreso al tercer nivel será mediante la referencia que realicen las unidades de primer o de segundo nivel”.

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Ese mismo día, Angélica y su familia pasaron al hospital de Cuetzalan. De acuerdo con el testimonio de Petronila Reducindo y Pedro Vázquez, los médicos no observaron ni las indicaciones del neurólogo, ni los resultados de la resonancia magnética, y una vez más, les dijeron que regresaran a su hogar y que volvieran en tres días para una revisión general. 

Angélica y su familia regresaron a casa. No obstante, al día siguiente, después de una nueva crisis de la que no se pudo recuperar, volvieron a trasladar a Angélica al mismo hospital donde le habían negado la atención en tres ocasiones, y al cabo de unas horas, falleció.  

De acuerdo con el artículo 74 de la Ley General de Salud,  “Cuando los recursos del establecimiento no permitan la resolución definitiva del problema se deberá transferir al usuario a otra institución del sector, que asegure su tratamiento y que estará obligado a recibirlo”; sin embargo, esto nunca ocurrió en el Hospital General de Cuetzalan. 

Mala práctica médica, una constante Hospital Regional de Cuetzalan

En un hospital, ubicado en un municipio donde -de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía- el 80 por ciento de la población es indígena, resulta alarmante la constante falta de atención a este sector de la población. 

En este sentido, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) ha emitido con anterioridad recomendaciones a este hospital, debido a malas prácticas médicas.

En 2016, CNDH emitió una recomendación por violaciones a los derechos a la protección de la salud de una mujer y a la vida de su recién nacido, atribuibles a seis servidores públicos. Un año después, en 2017, una mujer náhuatl embarazada también fue víctima de falta de atención ginecológica eficiente y oportuna en el mismo hospital debido a que permaneció con el producto sin vida en su vientre por más de 48 horas.

El caso más reciente es del 2 de junio de este año. De acuerdo con la Unidad de Comunicación Social y Relaciones Públicas de la CDH, abrieron una investigación a raíz de la la denuncia de una joven indígena quien dio a luz a su hijo ya fallecido, luego de que personal del Hospital General de Cuetzalan la hicieran esperar por dos días el alumbramiento. Esta investigación sigue en proceso. 

*Foto de portada: Hospital General de Cuetzalan / Foto: Google Maps

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Cristian Escobar Añorve
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