Lado B
Enseñar, aprender, evaluar. Y todo sigue igual
Deberíamos detener el sistema educativo un par de meses y que evaluadores educativos definieran cuál es el problema central del sistema educativo
Por Espacio Ibero @
29 de noviembre, 2019
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Foto tomada de Pxhere

Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos

La semana pasada se llevó a cabo el XV Congreso Nacional de Investigación Educativa, que organiza el Consejo Mexicano de Investigación Educativa, un magno evento al que asisten más de 2,500 personas, entre investigadores educativos, académicos de universidades y de escuelas normales, alumnos de posgrado y asistentes en general. Esta vez, la sede del congreso fue el bello puerto de Acapulco, el centro de convenciones de Punta Diamante y la mayoría de los congresistas nos hospedamos en el hotel contiguo, que por cierto no tenía playa y eso hizo que nos mantuviéramos concentrados en el congreso, que como todos ellos tuvo sus particularidades.

Una de estas fue que este año no hubo gritos de los sindicatos, ni del SNTE, ni de la CNTE, pues muerto el perro se acabó la rabia; ya no hay INEE, ni evaluación para el sistema educativo, ni para los docentes, entonces ya los ánimos no están caldeados y eso generó que no hubiera enfrentamientos entre los evaluadores o responsables de la evaluación, así como los profesores de educación básica y media superior a través de sus sindicatos. Está por demás decir que estos ganaron la batalla, al menos, por ahora.

Y yo no pude dejar de asistir a la conferencia que el día jueves dicto el Dr. Felipe Martínez Rizo, académico de la Universidad Autónoma de Aguascalientes, que en algún tiempo fue el encargado del INEE cuando este todavía no era autónomo; sin embargo, es un experto en evaluación educativa y me llamó mucho la atención que en su discurso sin mencionar en ningún momento al INEE, lo defendió a cabalidad.

Es importante señalar que Martínez Rizo no defendió a las personas que estuvieron a cargo de la evaluación del sistema educativo en general y de la evaluación docente en particular, sino defendió que es importante contar con un organismo autónomo que se haga responsable de la evaluación, para garantizar que los resultados sean bien logrados, pero sobre todo para garantizar que el análisis de la información regrese a los actores educativos para la mejora de los proceso de enseñanza y aprendizaje, siempre en pro de los estudiantes, ya sean estos niños o adolescentes.

Del mismo modo, señaló que todas las decisiones que se toman en materia educativa desde el ámbito político deben tomarse democráticamente, pues estas decisiones afectan a todos los profesores de educación básica y media superior, de escuelas públicas y privadas, pero especialmente afectan a los millones de alumnos que cursan estos niveles educativos. Y dijo que por esto mismo sería conveniente que las decisiones en materia educativa deberían tomarse basadas en evidencia investigativa. Considero que tiene razón, pues los investigadores tienen datos profundos y de primera mano que están contribuyendo a comprender el sistema educativo y sus debilidades, los resultados de la evaluación y de la investigación pueden dar bases para decidir qué hacer y cómo hacerle para mejorar los procesos educativos.

No obstante, por un lado caminan los resultados de la evaluación y de la investigación y, por otro, muy distinto van los de aquellos que están decidiendo el rumbo que toma el sistema educativo. Por supuesto, yo no voy a decir que se están tomando decisiones poco asertivas, pero es evidente que los niños y los jóvenes mexicanos no están aprendiendo lo que deben aprender en campos elementales como el desarrollo de la lengua y el pensamiento matemático.

Además –aspecto que ya se ha planteado hasta el cansancio en otros textos–, muchos alumnos aprenden a medias, tienen huecos, no llevan un desarrollo adecuado de los contenidos y las habilidades que deben trabajar y que implementarán más tarde, porque los docentes están preocupados por cumplirle a la SEP y no por lograr que sus alumnos aprendan y desarrollen lo básico para subsistir en este complicado mundo.

Del mismo modo, los planes de estudio se aplican sin pasar por el espacio de la adecuación porque para muchos docentes la SEP les solicitan que cumplan con los planes de estudio de cabo a rabo, y no que definan qué avanzar de acuerdo a las condiciones de los alumnos que deben atender. Para pronto, hay una incoherencia e inconsistencia, entre lo que deben hacer los profesores y lo que necesitan aprender los alumnos. Y es urgente poner esto en sintonía.

Como es el estilo de AMLO, deberíamos detener un par de meses el sistema educativo, y que los investigadores y evaluadores educativos mostraran los resultados de lo que indagan e hicieran recomendaciones para definir cuál es el problema central y empezar a desenredar la madeja nudosa en que se ha convertido el sistema educativo, en donde los estudiantes abandonan la escuela cuando llegan a la secundaria, porque ya están cansados de que no les signifique nada. Por lo que es urgente poner en el centro de todo esto a los estudiantes.

Seguiremos perdiendo la batalla si estamos más preocupados por cumplir los planes de estudio que por que nuestros estudiantes aprendan. Y la evaluación nos podría decir dónde hemos perdido el rumbo y también cómo podemos retomarlo.

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