¿Qué pasa con la cáscara de los camarones y los esqueletos de pescados después de dejarlos en el plato en las marisquerías? Lo común es que se vayan directo a la basura, pero un investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) está reutilizándolos.
El Doctor Heriberto Hernández Cocoletzi, investigador de la Facultad de Ingeniería Química (FIQ), lleva cerca de diez años trabajando en un proyecto de revalorización de la basura y mitigación de residuos, usando desechos marinos.
Lo primero que hizo fue trabajar con las conchas y almejas, que tienen carbonato de calcio. En vez de tirarlas, las reusó como acabados y para dar color en techo y paredes, sustituyendo a las pinturas y otros materiales.
Después inició con el proyecto de esqueletos de camarón, en el que ha avanzado más. La piel de los camarones tiene una sustancia llamada quitina, de la cual a su vez se obtiene el quitosano, un polímero presente en los exoesqueletos de algunos crustáceos e insectos y en las paredes celulares de los hongos.
El quitosano tiene numerosas aplicaciones en la medicina, la agricultura y el medio ambiente. El doctor Hernández explicó que una de sus propiedades es que atrapa metales en agua, pues tiene la capacidad de absorber elementos como cobre o níquel.
Hernández Cocoletzi también utiliza los esqueletos de pescado, que contienen hidroxiapatita, un mineral contenido en los huesos, para hacer una pasta dental que sirve para mineralizar los dientes. A la pasta también se le agrega el quitosano, que es un antimicrobiano.
Las pruebas, hechas en dientes extraídos, se han realizado conforme a las Normas Oficiales Mexicanas, y todas han sido aprobadas exitosamente.
Aunque los desechos de prácticamente todos los peces con esqueleto pueden utilizarse, el Doctor Heriberto explicó que la diferencia radica en la dificultad para recuperar la hidroxiapatita. Por ejemplo el pez sierra es más complicado, por la gran cantidad de colágeno que tiene.
Y es que el procedimiento para extraer tanto el quitosano como la hidroxiapatita es relativamente sencillo: primero se lavan los desechos, después se secan, posteriormente se pulverizan en una licuadora y finalmente se calcinan. El esqueleto pulverizado se combina con ácido clorhídrico y después se eliminan las proteínas con hidróxido de sodio y otros compuestos. Actualmente se está trabajando para hacer una optimización de los procesos y que sea más rápida la obtención de las sustancias.
Otra de las aplicaciones hechas con la combinación del quitosano y la hidroxiapatita en la que actualmente se está trabajando son membranas o películas para regenerar el tejido de dientes y encías. Después de extraer una muela, el hueco que queda se cubre con esta película que ayuda a que disminuyan el dolor y la inflamación.
Este trabajo se está probando en algunos pacientes de la Universidad de Tamaulipas, y se ha comprobado que hay una regeneración más rápida del tejido.
El investigador dijo a LADO B que al principio fue complicado que los restaurantes accedieran a donar su basura, por la costumbre de tirarla, pero poco a poco se han acostumbrado a guardar sus residuos para donarlos a la universidad.
Durante este tiempo han participado más de diez personas, casi todos alumnos de licenciatura, y actualmente hay nuevas personas integrándose al equipo que trabaja en el Laboratorio de Investigación de Materiales de la BUAP.