Lado B
El Informe que no informa, la simulación de Gali (editorial)
Este año el informe ha hecho gala de opacidad. Contrario a su antecesor, a quien le gustaba presumir las fuentes de sus datos, aun cuando -insistimos- fueran verdades a medias o a modo, Gali decidió omitir la mayoría de las fuentes
Por Mely Arellano @melyarel
21 de enero, 2018
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Mely Arellano | Ernesto Aroche

@melyarel | @earoche

Este año, por tercera vez consecutiva, el equipo de LADO B hizo una verificación de los datos del Informe de Gobierno. En los dos años previos revisamos a Rafael Moreno Valle Rosas y esta vez a Antonio Gali Fayad, a quien habíamos verificado una vez como presidente municipal de Puebla.

Con los ejercicios anteriores ya nos habíamos dado cuenta de que a los gobernantes les resulta fácil decir verdades a medias, manipular la información y los datos, y en el peor de los casos mentir. Maquillan la realidad del estado para ver el vaso medio lleno, cuando la información nos lo muestra casi vacío.

Pero este año el informe de Gali ha hecho gala de opacidad. Contrario a su antecesor, a quien le gustaba presumir las fuentes de sus datos, aun cuando -insistimos- fueran verdades a medias o a modo, Gali decidió omitir la mayoría de las fuentes. De modo que fue imposible verificar muchas de las frases que presumió en su Informe.

Algunas las verificamos (9, de las cuales 4 fueron engañosas, 4 verdades a medias y 1 mentira) porque de antemano sabemos qué entidades miden qué cosa, sabemos por ejemplo que Inegi mide empleo, Coneval pobreza, etc., y recurrimos a éstas confirmando en la medida de lo posible -porque en muchos casos no hubo respuesta- con los enlaces de Comunicación Social de las diferentes dependencias del gobierno del estado.

Y el problema de lo anterior no es que entorpece el ejercicio periodístico de verificación del discurso, que consideramos importante en tanto revela las prácticas demagógicas de la élite política y de gobierno, sino que evidencia su menosprecio hacia la sociedad ante quien no rinden cuenta alguna, porque lo que hace es una simulación.

¿A quién le sirve que Gali presuma que Puebla es tercer lugar en desarrollo policial cuando le acaban de vaciar la casa? ¿A quién le importa que presuma la creación de empleos si los sueldos no alcanzan para terminar la quincena?

Lo cierto es que a nadie engañan.

Lo cierto es que ese evento millonario de pasarela y lucimiento político en el que fingen informar, no le sirve a la gente para nada y peor aún, el gobernador incumple -en tanto simula- con una obligación constitucional.

A pesar de todo, en LADO B seguiremos verificando, ahora más que nunca dados los tiempos electorales. La Cazamentiras está lista para transformarse y ajustarse a los días confusos que se avecinan. Al periodismo independiente no le asustan los retos.

Seguimos.

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Autor Lado B
Mely Arellano
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