Lado B
Manuel García combina la canción chilena con el folk americano
El cantautor volverá a Puebla este viernes 25 de agosto a presentar su álbum Harmony lane en Sala Forum
Por Josué Cantorán @josuedcv
22 de agosto, 2017
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Josué Cantorán

@josuedcv

Con su nuevo álbum Harmony lane (2016) bajo el brazo, el cantautor chileno Manuel García inició este viernes 19 una gira por varias ciudades mexicanas con la finalidad de darle promoción y darlo a conocer a su público.

Este viernes 25 de agosto a las 20 horas ofrecerá un concierto de más de dos horas de duración en Sala Forum (Ávila Camacho 1224, Santiago Xicotenco, San Andrés Cholula), donde descubrirá no sólo la búsqueda de tradiciones folklóricas y guitarrísticas de las músicas campesinas que originaronHarmony lane, sino también sus clásicos y materiales favoritos de los fanáticos.

Previo a su concierto en esta ciudad, LADO B charló con el cantautor sobre su último álbum y su ubicación entre diversas tradiciones musicales, el cómo se concibe en Chile la música mexicana, y el lugar actual de la canción de autor en América Latina, entre otros temas, donde nombres como Bob Dylan, Violeta Parra y Silvio Rodríguez salieron a relucir en más de una ocasión. Aquí te compartimos la entrevista íntegra.

Estarás en Puebla presentando tu más reciente disco, Harmony lane. Cuéntanos de qué se trata este álbum.

Es mi álbum más reciente. Está grabado en Estados Unidos porque decidí hacer un trabajo multicultural donde hay influencias norteamericanas que están siempre presentes en Latinoamérica porque se trenzaron con el ADN de nuestro lenguaje y nuestras formas musicales aunque las miramos como algo lejano.

Con el guitarrista y coproductor de mi disco, Craig Thatcher, en un minuto que nos encontramos en el escenario se produjo una complicidad que me llevó a eso: pensar que era importante desarrollar un proyecto donde las guitarras dialogaran como personajes representantes de distintas culturas, y entonces grabamos en Pensilvania con gente de distintos países.

Trabajó Jo Lawry, la corista de Sting, que también es compositora y autora. Héctor Rosado grabó percusiones, mezcló un ingeniero argentino de la época de oro del rock argentino. Está la presencia chilena en la música y algunas cosas que he logrado recoger en mi viaje a México como parte de la relación chileno-mexicana. Se dialoga también con México a partir de este álbum.

¿Cuándo se dio esta búsqueda de conjuntar varias tradiciones del folk, al llegar a Estados Unidos o desde el inicio conceptualizaste así el álbum?

Estuve revisando el origen de muchas de las músicas del mundo en el campo y hay muchas coincidencias en el aspecto social de los pueblos que nos llevan a crear música, sobre todo a partir del instrumento que es la guitarra. Me di cuenta de todas esas coincidencias y de las posibilidades de conversación entre esas líneas musicales.

Empecé a trabajar con guitarras Martin que me envió su embajador, a revisar bibliografía y materiales para crear canciones. Me di cuenta que las guitarras me remitían a esas culturas y partes del mundo. Si íbamos a dialogar con esa cultura, lo interesante era no abandonar las nuestras, sino crear una conversación. Es ahí que sucede este fenómeno de esta coyuntura de poder vincular un proyecto y un registro en el disco directamente en Estados Unidos.

Por eso el disco tiene ese punto de vista multicultural que no es antojadizo sino parte de una investigación larga y un trabajo muy amoroso, además del talento, genialidad y generosidad de los músicos y productores que fueron entendiendo lo que se pretendía y que comenzó como un sueño.

La idea del disco fue una corazonada, y hubo mucho trabajo para concretarlo. Por eso están los ecos de las músicas latinoamericanas, en el caso chileno la piedra angular es el tema “De nombre violeta” dedicado a Violeta Parra a los cien años de su natalicio.

En tus redes sociales anunciaste el lanzamiento del sencillo “Tu rancho” especialmente para tu gira por México. ¿Por qué lo has decidido así?

Es un tema que tiene mucho amor, tal como se ve ahí, por la cultura chilena-mexicana que se dio en el campo de Chile años atrás, en momentos en que nuestros abuelos valoraban muchísimo, y todavía, las músicas que conocíamos a través del cine por artistas como José Alfredo y algunas más contemporáneos. Ese ha sido parte de nuestro dialogar como pueblo de Chile.

El cómo nosotros entendemos la música mexicana era muy interesante lucirlo en este disco a propósito de que íbamos a trabajar con tantos tintes guitarrísticos y de que íbamos a emparentar nuestras músicas e historias en el campo. Es una visión contemporánea de un tema que representa aquel enamorado hombre del día a día, que invita a su enamorada a entrar en su rancho y su mundo. Es muy sencillo en el sentido de que el tema es una declaración de amor pero hace también un complejo de sentido que arrastra todo este escenario que pretende estar en sintonía con ese imaginario muy mexicano.

¿Tú te consideras perteneciente a una tradición estética, un género musical? ¿O prefieres no ligarte a una cosa así?

Yo soy un deudor de la cultura de la cantautoría latinoamericana, eso entendiendo aquella gente que desde la raíz ha ido incorporando nuevos lenguajes urbanos y del mundo a su música. Cuando uno habla de la cantautoría latinoamericana no hay que pensar necesariamente en el pasado fundacional en que la canción está basada, sino también el flujo abierto que permite que la cantautoría desde el punto de vista más filosófico haya sido en el tiempo una continuidad de diálogo, de pensamiento, de tradiciones, de armonía, en términos de tener de acuerdo a muchas de las raíces de los países latinos donde logran convivir Mercedes Sosa, Atahualpa Yupanqui, Amparo Ochoa, Víctor Jara y Violeta Parra.

Pero mucho más allá de eso, la cantautoría siempre ha demostrado también la capacidad de incursión en nuevas formas musicales, armónicas y de escribir distintas. No es la parte más museística lo que uno ve, sino aquel pensamiento vivo que va trasladando de un momento a otro a quien hace una canción y se defiende con versos, una guitarra y su voz.

¿Crees que vivimos un buen momento para la canción de autor en español? ¿Hay público suficiente interesado en esta forma de hacer música?

Yo creo que sí. Esto existe desde antaño, desde que América Latina existe y desde que llegó la guitarra desde la Península y cruzó el charco en una nave hasta aquí. La palabra castellana se ha venido construyendo en Latinoamérica y la canción no muere porque el lugar preciso para que sobreviva no tiene que ser necesariamente los lugares más de moda o las formas en que ahora nos logramos comunicar a través de las redes digitales. Está eso como un soporte, pero también el hecho de que la canción sobrevive porque se canta en una universidad, en una casa, porque el novio le canta a una enamorada, porque alguien toma su guitarra en la intimidad y tiende a sobrevivir y estar en desarrollo. Sobresalen algunos cantantes más que otros, unos tienen más suerte y son más populares, pero eso no es lo que construye necesariamente la cantautoría.

¿Podrías mencionar algunos cantautores que estén escribiendo en español y tú consideres la vanguardia de la cantautoría actualmente?

En el caso de Chile podemos empezar con Chinoy, que vino acá hace poquito, y terminar con un referente con mayor apertura a los medios, como Mon Laferte, que no deja de ser una cantautora solista. Después me interesa mucho un muchacho italiano que vive en Barcelona y se llama Alessio, tiene canciones maravillosas. En España está Depedro trabajando muy de cerca con Jorge Drexler, es un muchacho que también toca en Calexico y tiene música interesante de mucha calidad.

Acá (en México) me he juntado con Fernando Rivera Calderón y he escuchado una cantautoría que está articulada desde una visión intelectual pero muy contemporánea y llena de vida.

¿Tú crees en la canción como un género literario?

Claro, yo creo en la canción como un género literario que de alguna manera tiene una parte de mestizaje entre la música y la literatura. Siempre he respetado mucho la poesía, un poema bien escrito tiene su propio ritmo, su propia melodía y su propia música. La canción bien escrita sin una buena melodía no sería lo interesante que es, y muchas veces una buena melodía no sería lo potente que es si no fuera por cómo se va hilando con ciertas palabras. Muchas canciones sí son parte de la literatura.

Te preguntaba eso a propósito de la polémica que existió el año pasado con respecto al Premio Nobel que ganó Bob Dylan. ¿Qué dirías sobre ese tema?

He tenido siempre el punto de vista de que lo que es importante es cómo la música y las canciones de Bob Dylan han influenciado también el pensamiento artístico y literario. No sólo es que Dylan sea un deudor o tenga que darle explicaciones a los poetas. Él como artista ha influenciado un montón de artes y del pensamiento norteamericano del siglo XX y XXI. Es Bob Dylan quien ha influenciado a muchos poetas, por lo que es alguien que puede ser admirado, reconocido, dialogante con la literatura e incluso parte ya de la raíz literaria.

Estamos en siglo XXI y la observación de los lenguajes no se puede quedar en las antiguas percepciones de lo que era o no la poesía. De eso se trata el arte, de que pueda ir en el progreso del ser humano en el mejor de los sentidos.

¿En el mundo hispano reconoces algunos cantautores que, como Dylan, hayan podido influenciar no sólo a la propia canción sino a otras formas del arte o la poesía misma?

No podemos evitar mencionar a Silvio Rodríguez, Atahualpa, Violeta Parra. Pero sobre todo creo que en el mundo contemporáneo, la influencia cultural como poeta y artista de la canción, por su reflexión filosófica, el talento más alto lo tenemos en Silvio Rodríguez.

Finalmente, ¿nos puedes contar lo que significa para ti esta gira por México y qué novedad o sorpresa para tus seguidores has preparado para estos conciertos?

Claro. Esta gira es importante porque vamos a recorrer lugares donde no hemos estado antes. Ya hemos estado en Puebla y nos da mucho gusto poder volver. Para nosotros es la oportunidad de agradecer y seguir haciendo crecer esta relación con el público mexicano, así que vamos a ofrecer un concierto de más de dos horas, con las mejores canciones de los discos, vamos a tocar en vivo la canción “De nombre Violeta” en una versión para guitarra. Viene mi participación en el disco de Mon Laferte. Daremos un concierto donde el sonido va desde la guitarra limpia a cosas más contemporáneas y consecuencia de la electrónica. Habrá de todo y esperamos no dejar fuera las canciones que la gente quiere cantar.

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Autor Lado B
Josué Cantorán
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