Lado B
Equilátera trabaja por una cultura de paz
Una Asociación Civil concentrada en la importancia de que las personas aprendan a relacionarse sin violencia
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
14 de agosto, 2017
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Una Asociación Civil concentrada en la importancia de que las personas aprendan a relacionarse sin violencia

Tomada de facebook.com/EquilateraAc

Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Después de salir de la universidad, Liz y otros cinco amigos decidieron hacer reuniones semanales para hablar de sexología, el tema que les apasionaba mientras estudiaban psicología. Pero las reuniones no duraron mucho.

Al cuarto o quinto encuentro en el café, uno de los amigos llegó con los papeles y la idea de constituir una Asociación Civil. Liz Ruiz, psicóloga y sexóloga, cuenta que no pasaron ni dos semanas y ya se había fundado oficialmente Equilátera, organización que el 13 de julio cumplió cinco años.

Integrada por cuatro psicólogos, un abogado y un egresado de ciencias de la computación, Equilátera comenzó con el proyecto de un curso que quedó listo en menos de un mes, con miras a desarrollarlo con base en recursos federales.

Aunque la organización no lo consiguió, ya había algo estructurado y se hizo el primer curso de sexualidad y educación para la paz. Liz cuenta que todavía tienen la foto de los primeros 30 pesos que les dieron, como cooperación de ese taller. Y a la fecha, Equilátera ha sido un proyecto autogestivo cuya meta es generar un cambio cultural en la forma en que se relacionan las personas.

Perspectiva de género y cultura de paz

Liz Ruiz, directora de Equilátera, dice que la sociedad en México está repleta de violencia, pero no sólo asaltos o asesinatos, sino conductas cotidianas que se normalizan.

[pull_quote_right]Aunque el tema de violencia es muy serio, lo que la organización trata es de abordarlo de una manera sencilla, para que la gente se interese y tenga apertura a mejorar sus formas de relacionarse socialmente[/pull_quote_right]

La violencia genera impacto a muchos niveles y en la calidad de vida de las personas. Un ejemplo es el acoso callejero, que limita la movilidad de las mujeres y además de su seguridad e integridad, a nivel macro repercute en su rendimiento y productividad económica.

El trabajo dentro de la asociación es aprender a llevar las relaciones de una manera más justa y equilibrada, sin violentar e incluso sin violentarse a sí mismos. Liz explica que hay una relación directa entre cómo alguien se trata y cómo ésto repercute con las relaciones interpersonales.

Otra de las metas de Equilátera es quitar el estigma de la terapia, de que tomar terapia o ir a cursos es para gente rara o para quienes tienen problemas severos de depresión.

Aunque el tema de violencia es muy serio, lo que la organización trata es de abordarlo de una manera sencilla, para que la gente se interese y tenga apertura a mejorar sus formas de relacionarse socialmente.

Además de los cursos, en Equilátera se pueden conseguir las copas menstruales. De hecho están preparando un amparo contra la alerta sanitaria que recientemente emitió la Cofepris contra las copas.

Lo que pasa en Equilátera, dice Liz, es lo que seguramente pasa en otras organizaciones: el trabajo que hacen es muy auténtico porque nace de sus necesidades personales. Como por ejemplo la copa menstrual, o los talleres de masculinidades.

Los primeros cinco años

Equilátera se dedica a dar cursos, conversatorios y un diplomado de temas de sexología, masculinidades y cultura de paz.

Desde preescolar hasta personas mayores de 60 años, los integrantes de Equilátera enseñan a visibilizar la violencia y reflexionar acerca de todos los tipos que hay y cómo se ejerce de distintas formas.

Además de dar cursos a empresas, escuelas y a familias, hay uno especial para madres e hijas, conversatorios de masculinidades, psicoterapias y asesoría jurídica. El equipo de Equilátera ha construido un diplomado, que está en proceso de tener valor curricular, cuya convocatoria para la siguiente generación se abrirá en septiembre de este año.

Y la organización ha cumplido sus primeros cinco años de existencia pese a sus principales obstáculos: los recursos económicos y el estigma y desconocimiento en torno a su trabajo.

Liz describe a Equilátera como una organización autogestiva: los eventos que ellos organizan tienen cuotas de recuperación, pero las asesorías legales son gratuitas y para las terapias cada persona la aportación es voluntaria, pues lo principal es evitar que la gente deje de ir por falta de recursos.

Equilátera es un grupo de amigos y amigas que llevan cinco años trabajando juntos y tienen cinco más de amistad. Ahora, a través del trabajo con la organización sus propios modos de relacionarse han cambiado, han aprendido y crecido de la mano de las personas que han ido a sus talleres y conservatorios a interactuar de otras formas.

Con una sonrisa, Liz dice que lo más importante es que las personas tenemos un potencial ilimitado de ser felices, y de mejorar. Muchas veces al conocer sólo una forma de relacionarnos con los demás y cuando ésta no funciona hay frustración y ganas de tirar la toalla.

Pero hay otras maneras de conectarse e interactuar, y lo que Equilátera hace es abonar para explotar ese potencial y contribuir a una cultura de paz.

Posdata:

El 19 de agosto es la fiesta de aniversario de Equilátera, a partir de las 6:30 pm en el bar “El Torito”. Este año no habrá cover pero se recibirán donativos voluntarios para cinco causas: becar gente para los talleres, poder dar psicoterapia, profesionalizar a sus integrantes, hacer difusión de las actividades y comprar copas menstruales.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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