Foto: Marlene Martínez

Aranzazú Ayala

@aranhera

Juan Pablo Moreno Toxqui, Erick Cruz Espina y Daniel Omar Vergara Pérez son estudiantes de Ingeniería Industrial en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP). Tienen un amigo cuyo tío cultiva duraznos y les contó que pierde mucha cosecha por los inesperados cambios de clima; entonces se les ocurrió la idea de crear algo que sirviera para hacer pronósticos detallados para microclimas y que además sirviera para prevenir plagas.

Así nació el proyecto del Agrocóptero (nombre todavía no definitivo), un dron con sensores que miden la velocidad del viento, la temperatura, la humedad, la presión atmosférica a nivel de mar y la radiación solar.

Se trata de un dron comercial que adaptaron y “hackearon” para instalarle sensores y una cámara cerca del espectro infrarrojo. “Compramos un dron comercial, lo hackeamos, le pusimos los sensores, hicimos una aplicación para controlarlo desde la computadora, hacer streaming de video, recibir los datos y vimos que funcionaba”, dijo Daniel.

Foto: Cortesía

Al principio compraron un dron de una compañía que hace equipos algo frágiles y que además saca modelos nuevos muy rápido, por lo que tuvieron que volver a idear el proyecto y rehacer el prototipo, trabajando con nuevas tecnologías. Lo más importante, según los estudiantes de la BUAP, es la proyección de los datos climatológicos mediante un modelo de inteligencia artificial. “El dron es solamente la herramienta y lo más llamativo del proyecto, porque está de moda, pero en sí el corazón (del proyecto) son los algoritmos que utilizamos”, explicó Juan Pablo.

El prototipo del Agrocóptero funciona así: se hacen varios vuelos in situ (vuelos cortos, de 10 a 20 minutos, que es lo que aproximadamente dura la batería del dron), para recolectar los datos ambientales. A la par, la cámara casi infrarroja detecta cuáles plantas no están haciendo fotosíntesis porque tienen un color distinto, y esto sirve para revisarlas y saber si tienen alguna plaga.

“Si vemos que una planta no está haciendo fotosíntesis y no está del color adecuado es que está enferma, que algo le está pasando, entonces vale la pena investigar. En el futuro usaremos cámaras más complejas”, dijo Daniel.

Después mediante los sensores el dron envía la información a una computadora de procesamiento, donde es almacenada en una base de datos. Es ahí cuando el algoritmo entra en acción, tomando la data para hacer una proyección. Al agricultor se le informa en un reporte lanzado casi en tiempo real cómo estará el clima durante los próximos cinco días, de modo que pueda tomar decisiones y previsiones.

Cabe destacar que la computadora del prototipo fue hecha por los estudiantes de Ingeniería, y funciona con energía solar –no es más grande que una tarjeta de crédito–. Para la versión final del aparato los estudiantes quieren que el dron funcione con energías verdes para así dar soluciones sustentables a los agricultores que lo utilicen.

Al equipo se sumó Gerardo Miguel Bravo de Lucía, estudiante de Ingeniería Ambiental, quien les sugirió mejoras para el dron. Mientras más viajes se hagan y más tiempo esté el dron recolectando data, las predicciones climatológicas a 5 días serán más exactas. Esto funciona específicamente para microclimas.

Foto: Marlene Martínez

Juan Pablo explicó que “la idea de este proyecto es el pronóstico de microclimas”, de modo que “si un agricultor quiere saber exactamente de su cultivo qué viento va a venir, cómo va a estar, para eso sirve el dron.”

El prototipo del proyecto, nacido en 2016, ganó el segundo lugar del Premio Emprendedor Canacintra, otorgado en el marco del “Foro Verde”, y ya hay varias agroexportadoras interesadas en que se siga trabajando para que se utilice de manera activa. A futuro el equipo de la BUAP quiere que el Agrocóptero tenga una cámara multiespectral y que el dron sea recargado con energía solar en estaciones meteorológicas.

Los jóvenes dijeron en entrevista que ya los han buscado productores de estados como Morelos y Veracruz, dedicados al cultivo de aguacate, caña de azúcar, café, zarzamoras y frambuesas, y ya tienen planeado hacer las primeras pruebas con agricultores y con el proyecto en una versión mejorada a finales de febrero.