Lado B
Poblana ruega por una visa para reunirse con su hija enferma en EU
Emily tiene doble nacionalidad lo que le permite recibir tratamiento médico allá, pero no ha visto a su mamá desde hace 2 años
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
06 de octubre, 2016
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

https://www.youtube.com/watch?v=6WAE3yu2XVM

Emily tiene apenas 12 años de edad, desde hace cuatro la ha pasado en hospitales y los últimos dos años no ha podido ver a su mamá. Emily fue diagnosticada con artritis sistémica, una forma poco común de esta enfermedad que afecta todos los órganos, no solamente los huesos. 

Emily nació en Estados Unidos cuando sus papás vivían allá. Rosa Maní y su esposo, originarios de Puebla, se fueron a Chicago en 2002 y se quedaron hasta 2008. “Cumplimos nuestro sueño americano y nos fuimos a Puebla”, dijo Rosa en entrevista. Al volver pusieron un negocio propio de construcción y bienes raíces, hacían y vendían casas de tipo residencial en la zona de Cholula. Pero en 2012 Emily empezó a enfermarse de un tipo raro de artritis, la sistémica, que en México es muy difícil de detectar y aún más de atender. Rosa y su esposo solventaron la enfermedad de su hija durante dos años; al principio la niña estuvo 20 días en terapia intensiva en un hospital privado donde la operaron del corazón. Pero el dinero se les iba acabando. La medicina que tenía que tomar su hija costaba 30 mil pesos y se necesitaba aplicar cada quince días. “Llegó un momento en el que no pudimos solventar la enfermedad, nos quedamos en ceros”, cuenta Rosa en entrevista para Lado B.

Después decidieron llevarla al IMSS para así poder continuar el tratamiento. Sin embargo no era constante ni eficaz, porque el medicamento que necesitaba Emily se lo daban una vez sí y dos no. Y como la niña es ciudadana estadounidense, en 2014 sus padres decidieron que fuera atendida en Estados Unidos donde recibiría mejores cuidados y además de manera gratuita. Antes de irse Rosa pidió una visa, explicando la situación de salud de su hija. Pero se la negaron.

Foto: Cortesía

Foto: Cortesía

Su esposo se fue con Emily y ella se quedó en México. Allá la niña podía recibir todos los medicamentos que necesitaba: para ese entonces la pequeña ya tenía osteoporosis por la alta ingesta de cortisona que tomaba en Puebla para aliviar un poco el dolor. Mientras tanto, su mamá seguía tratando de que le dieran permiso para estar con ella. En diciembre de 2015 fue al puente internacional en Reynosa, Tamaulipas, a pedir un permiso migratorio, explicando toda la situación, pero le fue negado. Las autoridades resumieron todo a un dolor de huesos.

En abril de este año Rosa hizo un tercer intento para conseguir acompañar a su hija. Pidió una visa de emergencia, ya con los papeles del hospital que decían que Emily requería la presencia de su mamá pero también le fue negada.

En todo este tiempo intentó también cruzar tres veces de manera ilegal pero las tres fue deportada. La última ocasión pasó además dos meses en un centro de detención en Texas. Al final, tanto el juez como el fiscal determinaron su liberación manera inmediata y retiraran los cargos para que pudiera continuar su proceso migratorio y reunirse finalmente con su hija.

Lo único que Rosa quiere es estar con Emily el tiempo que ella requiera, poder verla crecer y acompañarla en su proceso para que salga adelante. La hija de Rosa a sus 12 años tiene ya doce diagnósticos, entre ellos artritis sistémica, osteoporosis, cuadros depresivos graves con pensamientos suicidas, colapso vertebral, debilidad generalizada, escoliosis y riesgo de un derrame pericárdico.

Desde abril de este año Rosa se mudó a Ciudad Juárez, Chihuahua, para poder agilizar el proceso migratorio. Llegó a una ciudad nueva y desconocida para ella, lo cual también ha sido complicado. Pese a todo tiene la confianza de que el proceso migratorio se resolverá de manera favorable para que pueda acompañar a Emily en su enfermedad.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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