Lado B
¿Qué precio le pondrías a un dedo?
Estudiantes de Ingeniería Química de la BUAP desarrollan “Protea Finger”, una prótesis de dedo con movimiento natural y económicamente accesible
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
04 de septiembre, 2016
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Foto: Marlene Martínez

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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Citlali se pregunta qué precio le pondría una persona a un dedo. Cuánto pagaría para que la mano, miembro con millones de terminaciones nerviosas que se conectan con el cerebro para transformarse en sensaciones y movimientos, no se quede sin una de sus partes esenciales.

Alejandra Vázquez, estudiante la Maestría en Ingeniería Química de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap), Angélica Reyes y Citlali Martínez, del tercer cuatrimestre de la misma licenciatura, y Alan Núñez, del décimo cuatrimestre, iniciaron hace cerca de cuatro meses un proyecto para hacer una prótesis de dedo.

Pero, ¿qué es lo novedoso si las prótesis son algo frecuente? Pues que este dedo imitará el movimiento natural de una mano, mediante programación, y que además busca ser más económico que las prótesis que hay en el mercado.

El prototipo “Protea Finger” surge como una respuesta económica para quienes han perdido un dedo. Citlali explica que lo primero que hicieron fue aprender cómo es una mano y cómo funciona, cómo es que los sensores mandan la información al cerebro. Todo esto, pese a no ser parte de su carrera ni su área, para poder imitar su funcionamiento lo más natural posible. La idea es que no se vea un movimiento acartonado, y que el dedo faltante responda a los cambios de los otros cuatro.

La prótesis está siendo programada mediante un arduino, que para su versión final será un arduino nano, e irá colocado en un reloj o una pulsera, decisión que todavía no está tomada pues están viendo cuál es la manera más cómoda y adecuada para que el usuario se lo ponga. Alan dice que buscan que sea algo estético para que no se note y para que la gente lo use de manera cotidiana y no tenga que cargar con un aparato grande.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

El prototipo todavía está en la fase final de arreglos. Alejandra dice que el dedo sería adaptable, y tienen contemplado que la prótesis pueda cubrir los cuatro dedos excepto el pulgar. La elección de los materiales es una de las etapas más complicadas, y al momento están usando algo parecido al silicón para después desarrollar un polímero más parecido a la piel, que tenga condiciones especificas de resistencia de calor, frío y flexibilidad, que sea sobre todo natural y funcional.

“Protea Finger” se creó a raíz de la convocatoria de la feria de prototipos de la Buap, evento organizado por la universidad donde cien equipos de estudiantes competirán con prototipos tecnológicos y el que gane recibirá el apoyo para incubar el proyecto y para poder concretarlo en un uso social. El Doctor Francisco Manuel Pacheco Aguirre es quien los ha guiado durante el trabajo y los ha asesorado para poder consolidar la prótesis.

Desde el laboratorio de la Facultad de Ingeniería Química, Citlali, Alejandra y Alan explican que el sentido del proyecto es que no se quede sólo ahí. Que no se convierta sólo en una práctica o en una idea, sino que se pueda materializar. Alan dice que la feria de prototipos no es sólo para ganar premios, sino para hacer algo, para sobrepasar un mero reconocimiento y poder concretar la prótesis barata y accesible para la comunidad.

Alejandra dice que le gustaría también que se pudiera patentar el prototipo. Aunque eso podría ser más complicado, ayudaría no sólo a ellos como estudiantes de licenciatura y maestría, sino a que fuera más fácil y accesible la difusión del “Protea Finger”.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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