Lado B
Diseñan controlador casero para productores de alcoba
El "Montuino" es como un Midi comercial quizás menos sofisticado pero con la ventaja de ser reprogramable de acuerdo con las necesidades particulares
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
29 de septiembre, 2016
Comparte

Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Para producir música electrónica no se necesita un caro y sofisticado equipo. Eso pensó Jorge Eduardo Montes Ríos, estudiante del 6o cuatrimestre de Ingeniería en Ciencias de la Computación de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap).

Jorge unió la música con su carrera –es DJ y productor– para construir un controlador Midi casero, que produzca sonidos y se pueda reprogramar. Un controlador Midi es una suerte de teclado que hace sonidos, como un sintetizador. El protocolo Midi nació en la década de los 80 con la introducción de múltiples sonidos con hardware y ahora también con software. La curiosidad del estudiante nació por su interés en la música sumada a la dificultad de adquirir un controlador debido a su alto precio. Y pensó, ¿por qué no construir uno?

Primero aprendió cómo se maneja la música electrónica adentro de un controlador, y después construyo el controlador que funciona con un arduino (una especie de mini computadora utilizada para programar): por eso lo bautizó como “Montuino”.

Controlador casero Foto: Marlene Martínez

Controlador casero
Foto: Marlene Martínez

Además del arduino el controlador tiene potenciómetros, y el resto de sus componentes están diseñados para enviar mensajes midi que digan la nota, la intensidad y el canal de cada sonido. El controlador, todavía en su versión beta, está hecho con dos cajas de madera que antes guardaban juegos de ajedrez. Jorge explicó que quería hacerlo accesible, y entonces buscó cosas que tuviera en su casa, cosas que estuvieran a la mano. Sobre la caja de madera hay pegados pedazos de papel aluminio que recuerdan las teclas de un piano.

El estudiante de Ingeniería en Ciencias de la Computación dijo que utilizó papel aluminio porque es más fácil que la energía pase por ahí, además de que los seres humanos transmitimos corriente a través de ese material.

Jorge dijo que el haber elegido esa carrera le ayudó mucho para poder crear el Montuino. Primero, porque ahí aprendió lenguajes de programación: Java, C y C++. Tenía la noción de programar gracias a varias materias, y se dedicó desde hace unos meses a hacer el controlador.

Controlador casero Foto: Marlene Martínez

Controlador casero
Foto: Marlene Martínez

El controlador casero creado por el estudiante de la Buap participó en la feria de proyectos de la facultad de ciencias de la computación. Y aunque la gente se acercaba era a los músicos a quienes realmente interesó más, pues conocen las cualidades de un controlador, sobre todo aquellos conocidos como «productores de alcoba», personas que desde su casa y un poco desde el anonimato se dedican a hacer música.

¿Cuál es la diferencia entre el Montuino y un controlador midi comercial? Jorge admite que los controladores de marca están hechos de manera mucho más sofisticada y con menos errores, además de un diseño diferente y toda la manufactura. Pero lo que el Montuino tiene de particular es que es reprogramable. Es decir, los sonidos pueden ser cambiados –sonidos de una nota, acordes o arpegios–, y se pueden modificar de acuerdo a lo que el músico en cuestión quiera o esté buscando.

Lo que Jorge quiere es compartir su creación, que se conozca y que se acepte, sobre todo entre las personas que se dedican a hacer música. En un futuro le gustaría patentarlo y hacerlo más en forma, como una alternativa más barata y adaptable de un controlador.

Comparte
Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
Suscripcion