Dra. Laura Angélica Bárcenas Pozos

Las cosas siguen color de hormiga, los diarios oficialistas aseguran que la CNTE está cediendo y que ya no hay tantas movilizaciones, ni tantos paros, ni tantos bloqueos; mientras que los diarios con un tinte un poco más críticos aseguran que las movilizaciones del magisterio continúan y que están creciendo. ¿A quién hemos de creerle? Es complicado en este mar de información, de pasiones levantadas por las voces inconformes, de polarizaciones irracionales, saber a fondo qué es lo que realmente está sucediendo con el movimiento magisterial.

Sin embargo, ya van dos medios uno más oficialista y otros más crítico que coinciden en que el movimiento ya está fuera del control de la CNTE y que se debe a que grupos que se caracterizan por su capacidad de movilización y violencia se han infiltrado en el movimiento magisterial y que están usando esta bandera como elemento para agudizar sus protestas contra el gobierno federal. Todos estos grupos se ubican en Oaxaca y están encabezados por el ejército popular revolucionario. También estos grupos estaban recibían del gobierno de estado sumas millonarias para mantener “una buena relación”. Pero hace unas semanas les fueron suspendidos estos pagos.

También se asegura que la detención de los líderes magisteriales de la CNTE fue la gota que derramó el vaso de agua y el motivo para que estos grupos tomaran la bandera de la reforma educativa. Pero que el enojo real de estas agrupaciones es la suspensión de los pagos, a tal punto que han mostrado que tan violentas pueden ser. Incluso algunos analistas como Héctor Aguilar Camín, aseguran que detrás del activismo está la corrupción y las prácticas clientelares que han puesto contra la pared al gobierno federal. Además de su falta de pericia para resolver los bloqueos en el estado de Oaxaca. Y en medio de todo esto, ¿dónde está el tema educativo?

Pues el tema educativo es lo que menos le preocupa a todos los implicados. El gremio magisterial defiende con uñas y dientes sus derechos laborales que están afectados por la Reforma Educativa del 2013 porque es su modus vivendi, los líderes sindicales defienden sus puestos porque ahí se mueve mucho dinero, las agrupaciones defienden los subsidios que recibían para ellos y sus comunidades, los académicos del INEE defienden la evaluación, porque consideran que dará elementos para mejorar la educación; los políticos defienden una reforma educativa/laboral porque puede ser la escalera a una mejorar posición en su carrera política. Y, ¿quién defiende el derecho de los niños y adolescentes mexicanos a recibir una educación de calidad?

[pull_quote_right]Todos estos vicios a lo largo de varias décadas han terminado por minar la calidad educativa y por desprestigiar al magisterio, a ese magisterio que sí trabaja, que se preocupa, que se levanta a diario para atender a sus alumnos, los guía y los orienta por una paga de regular a baja, con malas condiciones de trabajo, por presión de la SEP y de los sindicatos para cumplir su función y para cumplir con las marchas y plantones[/pull_quote_right]

Como bien lo señalaba Lorenzo Gómez Morín en un evento que tuvimos en la Ibero Puebla en Marzo pasado, debemos borrar el pizarrón de la cobertura para escribir el pizarrón de la calidad en el tema educativo. Mostraba que se ha planteado una evaluación para valorar la calidad en un sistema educativo que estuvo hecho para lograr la cobertura y esta se logró con mucho éxito. En cambio la calidad está empezando a construirse, pero con muchas dificultades, debido a los problemas de corrupción que tiene el sistema educativo, que no son exclusivos de este gremio.

Como sabemos todos, la compra-venta y de plazas, aseguramiento de ingreso al servicio profesional docente de egresados de normales sin valorar si están aptos para desempeñarse como docentes, la falta de infraestructura en las instituciones escolares, la falta de formación continua para los docentes, el cobro a los docentes por cualquier servicio que requieren de su sindicato (este cobro puede ser monetario o con la asistencia a paros, marchas y plantones), profesores que se han acomodado en su ámbito laboral, pues nadie revisa, ni supervisa cómo se hace la práctica docente, lo que ocasionó que muchos docentes lleguen tarde a sus centros de trabajo o que simplemente no lleguen. También las prácticas nefastas que se han generado en comunidades donde no hay escuelas de organización completa donde un profesor es también director y en donde para cumplir las funciones de director abandona con cierta frecuencia sus funciones docentes.

Todos estos vicios a lo largo de varias décadas han terminado por minar la calidad educativa y por desprestigiar al magisterio, a ese magisterio que sí trabaja, que se preocupa, que se levanta a diario para atender a sus alumnos, los guía y los orienta por una paga de regular a baja, con malas condiciones de trabajo, por presión de la SEP y de los sindicatos para cumplir su función y para cumplir con las marchas y plantones. Este profesor que está cansado de estar siendo oprimido y que lo único que quiere es tener condiciones de trabajo adecuadas y tener el reconocimiento social pues con muy poco hace mucho.

Este me parece que es el único actor, de todo este fenómeno social llamado el movimiento magisterial, que defiende el derecho a la educación de los niños y adolescentes mexicanos, porque pese a todo lo que está aconteciendo, sigue laborando, sigue enseñando, sigue preocupado, sigue estudiando, sigue presentando evaluaciones, sigue viendo cómo hace para que sus alumnos aprovechen lo poco que puede darles para que aprendan y tengan algo para enfrentar la vida. Por eso los profesores, los que sí están en las aulas y los que con muy poco hacen mucho, son mis héroes.

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La autora es profesora de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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