Lado B
Nosferatu, legado de historia, mito y celuloide
A principios de este año se disparó una de las noticias que más dividió a los fanáticos del horror: el clásico de 1922, exponente primordial del Expresionismo Alemán Nosferatu tendría un remake.
Por Héctor Jesús Cristino Lucas @
09 de junio, 2016
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Héctor Jesús Cristino Lucas

[dropcap]A[/dropcap] principios de este año se disparó una de las noticias que más dividió a los fanáticos del horror: el clásico de 1922, exponente primordial del Expresionismo Alemán dirigida nada más y nada menos que por Friedrich Willhelm Murnau, Nosferatu -“No muerto” en rumano-, tendría un remake. Por supuesto que hubo una oleada de críticas negativas al respecto, a pesar de tener grandiosos ejemplos de reelaboraciones existosas como The Hills Have Eyes de Aja o The Fly de Cronenberg decidieron simplemente no confiar en el proyecto. Y así, luego de ser anunciado, estuvo a punto de cancelarse, pero para sorpresa de todos se le añadió un elemento bastante tentador: Robert Eggers.

nosferatu-film-project2

El director estadounidense no sólo conquistó a la crítica con su opera prima The Witch, sino también al mismísimo Stephen King y a la representante del grupo satánico de Detroit, Jex Blackmore. Una película que evocaba a ese horror bello y contemplativo cuya naturaleza diabólica emparenta con Rosemary’s Baby de Polanski o The Shining de Kubrick. Luego de ganar el premio a Mejor Director en el Festival de Sundance 2016 se ubicó en el primer lugar de la lista para llevar adelante el proyecto. Sin embargo, se difundió recientemente la noticia de que Eggers rechazó la oferta tras la siguiente declaración en el portal estadounidense Collider:

[pull_quote_center]»Cuando tenía 17 años me hubiera gustado haber hecho eso. No me refiero a estar diciendo que es una idea inmadura o algo así, pero creo que si se quiere ver una película muda de Nosferatu, Murnau ya ha hecho una muy buena”.[/pull_quote_center]

Pese a todo, Nosferatu sí tendrá un remake, no de la mano de Eggers pero sí de David Lee Fisher. Un cineasta no tan conocido porque sólo tiene una película en su filmografía, sin embargo se ha hecho de esta responsabilidad gracias a ella, su remake de otro clásico del terror, The Cabinet Of Dr. Caligari en el 2005, a pesar de que no obtuvo los comentarios esperados. Pero las buena noticia es que Doug Jones será quien dé vida al Conde Orlok. Considerado como el Boris Karloff de nuestro siglo, Jones ha dado vida a innumerables monstruos del cine, principalmente a los de Del Toro, como El Fauno o El Hombre Pálido de Pan’s Labyrinth o Abe Sapien en Hellboy.

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A pesar de ello hay mucha resistencia en los fanáticos, pues no se trata de una cinta cualquier sino de una pieza fundamental no sólo del horror sino también del séptimo arte, es una tarea más que arriesgada. El claro ejemplo es lo que ya hizo Lee Fisher y apenas salió ileso. Pero en esa resistencia se pasa por alto muchas cosas. Olvidamos primordialmente que si bien Murnau es una gran leyenda fílmica, sus propias adaptaciones no son exactamente fieles. Ejemplo de ello es la propia Nosferatu pues el cineasta no tenía los derechos de la novela en 1922.

La cinta es, incluso, uno de los mayores plagios de la historia. Murnau decidió burlar la falta de derechos cambiando el nombre del filme, que por supuesto se basa en Drácula de Stoker publicada en 1897, por Nosferatu y algunos detalles más dentro del film. De hecho, cuando la película fue exhibida la viuda del escritor, Florence Balcome demandó a la productora por plagio. Lo que sigue fue épico y muy poco conocido. Y es que efectivamente, Balcome ganó el juicio y se impuso una compensación económica por el uso del argumento de la novela de Stoker -que irónicamente no tuvo tanto éxito hasta el escándalo- pero también la petición de quemar todas las copias de la película. Obviamente eso último no ocurrió.

El mítico film es una reinterpretación liberal e intimista de la novela número uno de vampiros por excelencia. No fue con exactitud una adaptación cinematográfica –como sucedió con el libro de El Golem de Gustav Meyrink en la adaptación de Paul Wegener- puesto que ni siquiera se compraron los derechos. Es decir, fue una especie de remake, por supuesto que lo fue. Y si hay alguien que aún esté en desacuerdo con lo anterior, debemos enfatizar algo importante: el proyecto de Lee Fisher no será ni por asomo el primer remake de Nosferatu. Después del clásico legendario dos directores se nos adelantaron creando piezas no buenas, sino excelentes.

La interpretación de Murnau -o el remake diría yo- que tanto éxito tuvo en los años 20 por la época entre guerras, se convirtió en la versión paralela casi tan importante como la original, y eso no impidió nuevas reinvenciones.

En 1979 el primer encargado de traernos otra versión del clásico fue el director alemán Werner Herzog junto a los actores Bruno Ganz –de Der Himmel über Berlin-, la bellísima Isabelle Adjani -del Diario íntimo de Adéle H.– y su actor fetiche, el ahora legendario Klaus Kinski -que anteriormente había participado en Aguirre, der Zorn Gottes y tiempo después en Fitzcarraldo– demostraron que las nuevas reinvenciones no eran todas malas. Para asombro de aquellos que pasaban por alto este remake, sepan ahora que es considerado una joya imprescindible y una versión magnífica, no del libro de Stoker sino sólo del clásico expresionista.

Una de las cosas que más se reprochan del nuevo remake es que romperá con la visión clásica del cine mudo de la vanguardia. Pues bien, ahora sabemos que no es nada nuevo. La versión de Herzog rompió indudablemente con el estilo de las películas de los años 20s con excelsa maestría y exquisitez. No fue una versión en blanco y negro, ni siquiera se trató de una película muda. En 1979 Nosferatu pasó por primera vez no sólo al sonido sino también al color sin problema alguno. De hecho, el diálogo implantado dotó de una fuerza impresionante a los personajes logrando una nueva profundidad en los temas expuestos: ya sea en lo gótico, la muerte o el romanticismo.

Dirigida por el estadounidense Elias Merhige, quien saltó a la fama en el 91 por su cinta experimental Begotten, el siguiente aproximamiento no es con exactitud un remake sino una historia ficticia basada en el rodaje del mítico film expresionista. La cinta retoma la leyenda que encierra el Nosferatu de 1922. Para aquellos que la desconozcan, se decía que Max Schreck, el actor que dio vida -¿o muerte?- al mítico Conde era nada más y nada menos que un vampiro. La gente de trabajó en el proyecto original contaban que el actor era un hombre peculiar y extraño; que se metía en el papel de una manera enfermiza, y por ende, bastante convincente.

Por ejemplo, se dijo que no salía en las grabaciones hasta que estuviera completamente maquillado, por lo que nadie pudo conocer su verdadero aspecto. De hecho, era de esperar que Max Schreck tuviera una carrera exitosa después de interpretar este papel, pero lo cierto es que hay muy poca información sobre el actor después del éxito del film. Esto acrecentó aún más el misterio.

En esta ocasión el responsable de interpretar a Murnau fue John Malkovich, y quien encarnó al Nosferatu, como hablamos la semana pasada en la crítica de Pasolini, fue nada menos que Williem Dafoe. Con estas dos grandes actuaciones, aunado a la ambientación y a un magnífico guión, la cinta se convirtió en una de las versiones más interesantes no sólo del clásico inmortal, sino también de la leyenda detrás de Schreck. La película de Merhige es una experiencia fascinante capaz de saltar de forma ingeniosa de lo fantasioso a lo biográfico, y de recordarnos una vez más que la brecha que divide uno de otro puede ser tan delgada o inexistente.

https://youtu.be/uAn5uLNMmjk

Sin duda el Expresionismo Alemán nos dejó un poderoso legado, que no sol fue la cuna cinematográfica y pictórica de monstruos, demonios y criaturas que simbolizaron la ruina y la maldad del hombre en una época bélica decadente -al lado de grandes ejemplos como The Cabinet Of Dr. Caligari de Robert Wiene-, sino que también nos trajo la que hasta ahora no ha dejado de ser, según la crítica, la mejor película de vampiros de la historia. Y no hay mejor manera de definirla. Por supuesto, Drácula de Francis Ford Coppola en 1992 fue, es y será por mucho tiempo la mejor adaptación de la novela de Stoker, pero eso es punto y aparte.

A raíz de la nueva reinvención, ya programada para estrenarse el 31 de octubre de este año, no está demás volver a visionar estos homenajes y remakes que nos han demostrado que tomar lo clásico y moldearlo en pos de los nuevos tiempos, no siempre resulta catastrófico, pero eso sí, David Lee Fisher tiene una responsabilidad enorme, la de hacer que Nosferatu, legado de historia, mito y celuloide… no muera.

https://youtu.be/sk70lSUqaM8

[quote_box_center]Sinopsis:

“Año 1838. En la ciudad de Wisborg viven felices el joven Hutter y su mujer Ellen, hasta que el oscuro agente inmobiliario Knock decide enviar a Hutter a Transilvania para cerrar un negocio con el conde Orlok. Se trata de la venta de una finca de Wisborg, que linda con la casa de Hutter. Durante el largo viaje, Hutter pernocta en una posada, donde ojea un viejo tratado sobre vampiros que encuentra en su habitación. Una vez en el castillo, es recibido por el siniestro conde. Al día siguiente, Hutter amanece con dos pequeñas marcas en el cuello, que interpreta como picaduras de mosquito. Una vez firmado el contrato, descubre que el conde es, en realidad, un vampiro. Al verle partir hacia su nuevo hogar, Hutter teme por Ellen” [/quote_box_center]

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Héctor Jesús Cristino Lucas
Héctor Jesús Cristino Lucas resulta un individuo poco sofisticado que atreve a llamarse “escritor” de cuentos torcidos y poemas absurdos. Amante de la literatura fantástica y de horror, cuyos maestros imprescindibles siempre han sido para él: Stephen King, Allan Poe, Clive Barker y Lovecraft. Desequilibrado en sus haberes existenciales quien no puede dejar (tras constantes rehabilitaciones) el amor casi parafílico que le tiene al séptimo arte. Alabando principalmente el rocambolesco género del terror en toda su enferma diversidad: gore, zombies, caníbales, vampiros, snuff, slashers y todo lo que falte. A su corta edad ha ido acumulando logros insignificantes como: Primer lugar en el noveno concurso de expresión literaria El joven y la mar, auspiciado por la Secretaría De Marina en el 2009, con su cuento: “Ojos ahogados, las estrellas brillan sobre el mar”. Y autor de los libros: Antología de un loco, tomo I y II publicados el 1° de Julio del 2011 en Acapulco Guerrero. Aún en venta en dicho Estado. Todas sus insanias pueden ser vistas en su sitio web oficial. http://www.lecturaoscura.jimdo.com
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