El cielo es un organismo viviente que está en peligro de extinción. La contaminación lumínica está terminando con la posibilidad de que el ser humano pueda observar, y mucho menos registrar, desde nuestra casa, la tierra, al universo que nos rodea.
Por eso, es necesario viajar a lugares tan remotos y vencer tantos obstáculos que pone la vida, los viajes, la inversión de equipo, y sobretodo el lugar mismo, para poder registrar un poco de eso que nos estamos perdiendo en las grandes ciudades.
Nací en Pátzcuaro, Michoacán, tengo 27 años y me dedico a la producción de medios audiovisuales.
Después de ahorrar durante varios años y lograr viajar a lugares remotos de este planeta, he tenido la oportunidad de tomar fotografías a -45 grados centígrados y también a 45 grados centígrados. He aprendido que para registrar lo verdaderamente especial de esta tierra, uno debe ponerse a prueba a sí mismo antes que nada, mental, espiritual y físicamente. Lo demás es realmente cuestión de preparación y técnica.
Me considero un fotógrafo de naturaleza extrema, de naturaleza poco alcanzable, y de naturaleza consciente.