Lado B
#Sigosiendoperiodista con 5 mil pesos al mes
En la ciudad de Puebla, el ingreso mensual de alguien que se dedica al periodismo oscila entre los 5 mil y los 7 mil pesos, si es reportero, fotógrafo o camarógrafo y quizás el ingreso asciende a 9 mil u 11 mil pesos si alguien ocupa una jefatura.
Por Susana Sánchez Sánchez @
09 de mayo, 2016
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Susana Sánchez Sánchez

[dropcap]E[/dropcap]n la ciudad de Puebla, el ingreso mensual de alguien que se dedica al periodismo oscila entre los 5 mil y los 7 mil pesos, si es reportero, fotógrafo o camarógrafo y quizás el ingreso asciende a 9 mil u 11 mil pesos si alguien ocupa una jefatura. Hay que aclarar que esos ingresos son posibles siempre y cuando se trabaje para empresas periodísticas establecidas; pues hay quienes para obtener ese cantidad mensual deben trabajar en un medio de comunicación pequeñito por acá y en otro más pequeñito por allá y –si el cuerpo aguanta– en otro medio chiquito de acullá.

En estos tiempos, ¿alguien puede vivir con 5 mil pesos al mes? ¡Sí, la austeridad es posible! (y muchas veces compartida por la familia, los amigos de departamento o con la pareja). Pero, con ese ingreso mensual, ¿la calidad de vida es igual para un soltero, para un casado, para alguien con hijos; para alguien de 20, 30, 40 ó 50 años de edad; para alguien con casa propia o para el que paga renta; para alguien que trabaja con horario fijo o para alguien que trabaja con horarios flexibles? ¡Obviamente no! No es lo mismo apoquinar la comida para uno solo que hacerlo con la comida, la ropa y los gastos escolares de los niños; ni el trajín diario se vive igual a los veinte años de edad que a los cuarenta años, de un lado hay una vitalidad extrema y quizás del otro también, pero con achaquitos que requieren de gastos médicos.

Ante esta situación, los periodistas no pueden ser mirados con la misma lupa. Estoy convencida de que para entender la práctica periodística hay que analizarla por áreas geográficas, por circunstancias políticas y económicas y también por trayectos individuales de vida de los mismos periodistas. O sea, para saber por qué el periodismo es practicado como es practicado, hay que situar a sus actores (dueños, jefes, reporteros, diseñadores, etc.) en tiempos y espacios distintos.

Sin embargo, considero que algo que iguala a los trabajadores, sobre todo a aquellos que están en el sector terciario es la precariedad, es decir, hay chamba, ¡mucha!, pero mal pagada. Estamos en los tiempos donde hay que agradecer que se tengan las peores condiciones laborales, pero nos queda la salud física, mental y emocional para soportarlas.

Cuando entrevisto a periodistas que andan en el trajín diario, con horarios imprevisibles, pues suelen invertir 12 horas o más, repartidas entre ajetreo de cubrir los eventos y la invasión de sus tiempos personales e íntimos por causa de su profesión, la gran pregunta es: ¿Por qué seguir siendo periodistas en esas circunstancias?

Hace un par de años entrevistando a reporteros poblanos, alguien me dijo:

“Los reporteros que cubren Gobierno tienen un salario más alto, a mí me pagan $2,912”. (Reportera de prensa escrita en la ciudad de Puebla. Comunicóloga. Casada; tiene un hijo. Año de nacimiento: 1977).

Así como lo lee, la reportera entrevistada trabaja para una empresa periodística estable y gana 2 mil 912 a la quincena. El testimonio de la reportera es similar al de muchos otros de sus colegas que siguen inmiscuidos en esa profesión, la cual está envuelta en precariedades que a su vez coadyuvan poco a poco a que imperen y se vean como algo “normal” los regalos, viajes, comidas, chantajes que provienen de aquellos grupos que ejercen el poder (políticos, empresarios, líderes religiosos, líderes del crimen organizado, etc.). Si bien no todos los reporteros se dejan llevar por el juego, sus circunstancias precarias son islas paradisíacas para que la corrupción sea cada vez más sólida, con ayuda se las empresas periodísticas (incluidos sus trabajadores)

[quote_box_right]Cuando entrevisto a periodistas que andan en el trajín diario, con horarios imprevisibles, pues suelen invertir 12 horas o más, repartidas entre ajetreo de cubrir los eventos y la invasión de sus tiempos personales e íntimos por causa de su profesión, la gran pregunta es: ¿Por qué seguir siendo periodistas en esas circunstancias?[/quote_box_right]

A pesar de ese panorama pantanoso para practicar el periodismo en México, los periodistas, a través de sus discursos, parecen ser esperanzadores de que el periodismo sirve para algo. La organización mexicana “Periodistas de a pie”, con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa, conmemorado el 3 de mayo, lanzó la campaña #SigoSiendoPeriodista, que de acuerdo con el sitio electrónico de la organización, es “para recordar y recordarnos por qué es importante hacer lo que hacemos. Y por qué, a pesar los riesgos físicos, emocionales, legales, económicos; de las desventajas salariales frente a otras profesiones; del acecho y ataque de baja intensidad de muchos agresores –que a veces son nuestros propios empleadores, o gobernantes, funcionarios, políticos que deberían ser garantes del derecho de toda la sociedad de acceder a información—, seguimos siendo periodistas en este país”.

“Periodistas de pie” recoge testimonios de periodistas mexicanos que leyéndolos en el contexto social, político y económico que atraviesa México, ¡sí que deben tener vocación para ejercer su profesión!, pues no ha de ser fácil pasan por pantanos sin ser absorbido, anidar y acostumbrarse a ellos; por lo menos en el discurso, las voces de los periodistas que participan para esa campaña en redes sociales son luceros de nuevas posibilidades para ejercer el periodismo –Y en el caso de alguna parte de las audiencias, para intentar recuperar la confianza en ese ejercicio profesional.

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