Lado B
¿Cómo saber desde cuándo tienes diabetes?
Un equipo de científicos de la BUAP diseñó un biomarcador para determinar la cronicidad de la enfermedad que permita hacer un mejor diagnóstico
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
28 de abril, 2016
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Foto:Marlene Martínez

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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

Una persona tiene “un susto” y va al médico. Ahí le diagnostican diabetes por los altos niveles de glucosa que tiene. Pero no es que la diabetes haya aparecido de golpe, sino que la persona ya tenía glucosa alta. Para saber desde hace cuánto tiempo se presentaron estos cambios y daños en el cuerpo, un equipo de científicos de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (Buap) trabajó en un biomarcador para determinar la cronicidad de la diabetes.

El Doctor Julián Torres Jácome, del Instituto de Fisiología de la Buap, explicó en entrevista que el marcador funciona con la medición de la frecuencia cardiaca. Es decir, las variaciones entre un latido y otro, el tiempo de espera dentro de los intervalos de trabajo del corazón, demuestra un daño o deterioro en el trabajo del órgano.

Torres Jácome lleva casi dos décadas trabajando el tema general de las afectaciones que hacen los cambios metabólicos en la actividad eléctrica del corazón, empezando con la diabetes mellitus. El proyecto, cuya investigación y experimentos iniciaron hace ya un par de años como parte de una tesis doctoral del instituto, empezó con el diseño de un modelo animal de ratón que semeja todos los signos del ser humano cuando tiene la diabetes. El animal con el que trabajaron tiene el tiempo equivalente en vida de ratón (2 meses y medio) a un humano con cinco años de afectaciones como glucosa alta, baja insulina, y todos los signos de la persona diabética que no tiene tratamiento porque no ha sido diagnosticada.

Dr Julián Torres Jacome Foto: Marlene Martínez

Dr Julián Torres Jácome
Foto: Marlene Martínez

Con un aparato para medir la frecuencia cardiaca, construido por los científicos en el laboratorio, obtuvieron el electrocardiograma de un ratón sano, o ratón marcador, y lo compararon con el del ratón diabético. El especialista explicó que lo primero que se ve es el cambio de frecuencia, el intervalo entre los picos máximos. Lo que hicieron fue graficar los intervalos y encontraron que como tiene variaciones la frecuencia cardiaca normal se ve como una mancha. En cambio, en el ratón con diabetes, la mancha cambia.

“Vimos que las manchas podían decirnos cuánto tiempo podía tener de diabético el animal” y entonces cuantificaron las variaciones mediana un proceso matemático simplificado, midiendo las distancias, y sacando el promedio entre los puntos. Eso les dio un valor que cualifica la variación en la frecuencia cardiaca, que resultó en un partero que dice cuánto lleva la persona de glucosa alta.

Aunque pareciera que no, el corazón es el primer órgano que presenta un daño. “Como el corazón siempre se adapta a las necesidades del sujeto uno pudiera creer que pues no ha cambiado, pero si uno ve la variación en la frecuencia ese parámetro es tan fino que nos permitió decir que sí ha cambiado”, explicó. Torres Jácome puntualizó que el marcador no sustituye a un diagnóstico, pero sí ayuda a los médicos a dar uno más preciso y saber qué tipo de tratamiento necesita el paciente dependiendo del tiempo que tiene con la enfermedad.

La propuesta es que se haga la medición en sujetos normales, “para determinar cómo cuantificar la mancha en cambios en la variabilidad en la frecuencia y hay que hacerlo para las personas que tienen glucosa, y ves cómo va cambiando”, dijo. Si por ejemplo el paciente presentara un cambio del 2% en esa variabilidad se podría decir que el paciente lleva ya 5 años con glucosa alta. “Por eso es un marcador, no sustituye un diagnóstico, pero sí podía decir tiene que tener cuidado, ya lleva tantos años con glucosa alta aunque no tengas daño, entonces hay que tomar medidas correctivas y precisas para evitar el daño.”

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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