Tuss Fernández

@ituss79

Olga Breeskin ha aprendido que “una estrella es fugaz”. A sus 64 años, una de las vedettes más famosas de México reaparece en la pantalla grande, pero esta vez lejos de aquella vida de lujos y placeres que hace cuatro décadas la pusieron en los cuernos de la luna.

Bellas de noche, un documental con guión de María José Cuevas se presentó la noche del sábado (función única) en Puebla como parte de la gira Ambulante 2016. Noventa minutos que retratan la vida de cuatro mujeres que hace cuarenta años eran diosas de los escenarios y que hoy, desde la vida mundana, recuerdan con nostalgia ese pasado de gloria.

Los años han dejado su huella en la piel de Wanda Seux, Lyn May, Olga Breeskin, Rosy Mendoza y La Princesa Yamal pero esas mismas arrugas que las alejaron de las pasarelas, tienen de fondo historias de soledad, de lucha y fortaleza.

“Ningún ser humano quiere ver a la gente derrotada”, se escucha en una de las líneas del documental mientras de fondo se escuchan piezas clásicas del cabaret de los años setenta.

Pasaron cerca de diez años para que la cinta llegara a la pantalla, entre el proceso de recuperación de los archivos y el propio rechazo de algunas de las protagonistas, pero “fue justamente todo ese tiempo que tuvo que pasar el que le agregó valor (al documental)”, relató a los asistentes la propia guionista.

La exhibición sirvió como marco para adelantar que habrá una segunda parte centrada en la vida de Lyn May quien también estuvo presente y bromeó con el público. Imponente, divertida y siempre desinhibida, la vedette, aseguró que este proyecto será “más picante” y contendrá escenas de su trayectoria como nudista.

Diosas de noche es un viaje emotivo y profundamente humano a la historia de estas figuras de la vida nocturna. Si el objetivo de su creadora -en palabras de la misma- era borrar los prejuicios alrededor de la vida de estas vedettes y glorificarlas como un ejemplo de vida, la misión está cumplida.