Lado B
El olvido de las mujeres en el arte
La androfilia es la la principal causa del olvido y la supresión del arte hecho por mujeres a lo largo de la historia, señala la escritora e investigadora italiana Francesca Gallardo
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
12 de marzo, 2016
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Ámbar Barrera

@Dra_Caos

Hace un par de años, la escritora e investigadora italiana Francesca Gargallo exploraba El Paso, Texas cuando encontró un pequeño y curioso museo. En él, Francesca descubrió dos peculiares cuadros; uno del pintor italiano cuatrocentista Antonello de Messina; y otro de la pintora italiana del barroco Artemisia Gentileschi.

Considerando las pocas obras existentes de ambos artistas, Francesca preguntó a los encargados cómo habían conseguido tales joyas. El Messina había sido una valiosa donación y el Gentileschi, fue comprado porque, admitiendo con descaro, es en el mercado de arte actual la autora más barata de la época.

–Se dice que no hay peor mentira que una verdad a medias –dice Francesca antes de compartir esa anécdota durante su conferencia magistral de Arte Feminista, inserta en el marco de la primera semana de Género, Arte y Diversidad en la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México el pasado 7 de marzo.

Artemisia Gentileschi Santa Catarina de Alexandría 1620 (El Paso Museum of Art)

Artemisia Gentileschi, Santa Catarina de Alexandría, 1620 (El Paso Museum of Art)

La doctora en estudios Latinoamericanos menciona a la androfilia como la principal causa del olvido y la supresión del arte hecho por mujeres a lo largo de la historia. La androfilia enaltece lo que el sistema ha designado como lo masculino.

–La sociedad festeja lo masculino y esta preferencia produce un rechazo intelectual profundo hacia el reconocimiento de las capacidades estéticas, éticas y lógicas de la totalidad de la humanidad, es decir, de todas las mujeres, personas transgénero, hombres débiles, de las niñas y niños, de los pobres, de los indígenas, de las personas ancianas y de las personas discapacitadas.

Así es como los cuadros de Gentileschi valen menos que los de cualquier artista varón de su época, y aunque Francesca menciona que los medios de comunicación pueden recordar estos grupos de vez en cuando, la selección de memoria que se hace posteriormente, lleva de nuevo estos temas al olvido.

Francesca que se ha dedicado desde hace muchos años al estudio del feminismo en el arte, menciona que en una investigación sobre pintoras del siglo XX en México, se tiene constancia de que 40% de los artistas eran mujeres, eso aunque siempre fueron (y son) las menos pagadas y quienes en su mayoría piensan que no podrían vivir de su arte, contrario a sus pares masculinos.

[quote_box_right]El arte feminista tiene corte performativo para la simbolización de lo femenino, tiene una crítica de las relaciones de las subordinaciones sociales, denuncia la separación de las mujeres por clases sociales, morales y cetáreas con el fin de imposibilitarlos.[/quote_box_right]

–Me estremece la facilidad con la que son olvidadas a tan solo una generación de distancia. Hablas con el sobrino de la mujer que en 1916 estuvo en el primer congreso feminista de México y te dice que no lo puede creer… es el olvido total.

Esto lleva a que el archivo histórico que documenta la vida y obra de estas mujeres se encuentre olvidado, desaparecido o deteriorado por la humedad o los roedores.

–Es como si su paso no mereciera más que un reconocimiento galante por parte de galerías o periódicos: “mira, entre tantos machos, ella que bonita que pintaba…” Eso es un trato tan galante que es absolutamente irrespetuoso.

Hay muchos mecanismos para cortar a las mujeres de ese reconocimiento y esta memoria. Además de la devaluación de su trabajo en el mercado del arte, también existe una devaluación de sus aportes a la producción de una época entera, incluso se borra la influencia que tuvieron sobre otros artistas.

Por ejemplo, Francesca menciona a la pintora mexicana Cordelia Urueta, quien influenció enormemente toda la generación de la ruptura pero en la historia oficial, el movimiento reconoce como única influencia a Vlady, un pintor ruso posterior a Urueta.

Árbol, 1954 (Cordelia Urueta)

Árbol, 1954 (Cordelia Urueta)

Lo mismo sucedió con la escritora mexicana Nelly Campobello, quien desde la literatura fue una autora fundamental para la comprensión de la guerra revolucionaria en el norte de México con su novela Cartucho, de 1931. Sin embargo, a Nelly sólo se le conoce oficialmente como una de las fundadoras de la Escuela Nacional de Danza porque siguiendo el estereotipo, “danzar si es cosa de mujeres”, mientras que hablar de la guerra, no.

–(Nelly) murió en condiciones de abandono después de ser secuestrada por sus supuestos cuidadores. Eso es todo lo que se sabe, es más importante la telenovela de su secuestro por parte de su secretaria y su marido para cobrar la pensión, y no se dice nunca que sus novelas determinaron el estilo de toda la literatura mexicana.

Cartucho, una de las novelas más importantes de su siglo, afirma Francesca es la precursora de la prosa de Juan Rulfo, de la que “Pedro Páramo le es totalmente deudor”, pero no recibió ninguna reseña sobre ese libro durante su vida.

Posteriormente Nelly escribió un libro llamado En las manos de mamá, donde hablaba por supuesto de la figura de la madre en la cultura mexicana. Ese libro fue recibido con muchas buenas críticas para después regresar al olvido. Los estereotipos aprobados socialmente sobre la maternidad como un rol femenino fueron los que le dieron ese reconocimiento momentáneo.

Agregar nombres de mujeres a la historia del arte no es suficiente

Francesca dijo durante su conferencia que existe una ausencia de símbolos femeninos (aquello que se asocia con las mujeres) propios. Estos símbolos existen pero no han sido nombrados por las mujeres mismas sino por ese sistema que valora altamente la masculinidad dominante.

–Esta ausencia de símbolos propios es muy peligrosa porque conlleva a la imposibilidad de sentir y pensar empáticamente con las mujeres y lo que se asocia a ellas: la tierra, el agua, la afectividad, la educación.

Por ello, Francesca recalca la importancia de una propuesta de estética específicamente feminista, para que las mujeres tengan la posibilidad de crear y recrear una simbología de lo femenino diferente a la de los sistemas dominantes, porque sin esto, incluso otras mujeres en el arte seguirán reproduciendo modelos racistas, clasistas y sexistas.

Ejemplos de esas reproducciones del sistema, menciona Francesca, pueden observarse cuando la famosa escritora Rosario Castellanos, comenzaba su tesis de maestría diciendo que las mujeres sólo pueden hacer arte cuando no son madres.

[quote_box_left]También habló de Xóchitl Rivera, artista que trabaja interviniendo periódicos, analizando plásticamente que éstos “sistemáticamente vulneran la imagen de las mujeres y eso propicia la violencia física y económica, las violencias más evidentes en la imagen de la mujer”.[/quote_box_left]

–Para que haya una o varias estéticas feministas es indispensable reconstruir primero las historias del arte y de la participación social de las mujeres. Las dos deben ir caminando juntas y alimentándose una de la otra.

Sin embargo, Francesca apunta que esto resulta complejo, pues no sólo es reconocer a las mujeres artistas, sino también otras cosas que atraviesan la historia completa, por ejemplo, que en un taller, aunque las obras sean pintadas y firmadas por el padre de familia, es posible que las ideas para el arte hayan sido dadas por una mujer de la casa. Para eso, sería necesaria una metodología precisa.

–Ahora bien, incluir a algunas mujeres cercanas a la estética de los productores dominantes no implica la inclusión historia de toda la humanidad marginada.

Como ejemplo a ello Francesca menciona a Frida Kahlo, que en ese sentido “deteriora la historia de las mujeres en el arte en México porque ella sirve para tapar a todas las demás”.

–(Kahlo) Es la única artista que en el mercado internacional tiene un precio más alto que sus contemporáneos varones. Sin embargo, es una gran construcción para tapar a las otras productoras de arte de su época.

Estética para la libertad

Francesca se ha dedicado a entablar diálogos profundos con muchas artistas feministas contemporáneas como la rapera guatemalteca Rebeca Lane quien sostiene que “la música ayuda a las mujeres a salir de las espirales de la violencia”, o la fotógrafa peruana Natalia Guíñez que dice que “lo más importante hoy es cuestionar el rol de las mujeres en la sociedad mestiza y urbana atravesada por la religión, la pareja y la maternidad”.

–El arte feminista tiene corte performativo para la simbolización de lo femenino, tiene una crítica de las relaciones de las subordinaciones sociales, denuncia la separación de las mujeres por clases sociales, morales y cetáreas con el fin de imposibilitarlos.

Francesca también mencionó a Mónica Mayer como iniciadora de la reflexión sobre arte feminista en México, quien se enuncia a sí misma como feminista como una práctica teórica con la que “se cambia el rol social hacia la libertad que las mujeres necesitan vivir”. Y también habló de Xóchitl Rivera, artista que trabaja interviniendo periódicos, analizando plásticamente que éstos “sistemáticamente vulneran la imagen de las mujeres y eso propicia la violencia física y económica, las violencias más evidentes en la imagen de la mujer”.

–Desde la perspectiva de una liberación de las mujeres, reconocer el sexismo y el racismo de las publicidades, las apropiaciones clasistas de la idea de bello, el secuestro de la idea de arte por parte de academias y mercados, la desinformación construida adrede sobre la vida y las culturas que no son las que tienen el poder simbólico y práctico de imponerse, son actos estéticos, afirmaciones de sentimientos políticos para la interlocución y verdaderas revoluciones contra la inercia de una psiquis perezosa, como se le llama a nuestra tendencia a obedecer los mandatos de la educación, y eso nos permite descubrir nuestra responsabilidad de la vida

En conclusión, Francesca planteó el trabajo de las artistas todas, feministas y no, como productoras de significados propios que descubren desde y en su historia, abordando todo tipo de temas y abriendo la posibilidad de actuar desafiando al sistema en un ejercicio de libertad.

Si tiene dudas, pregunte (Obra de Mónica Mayer)

Si tiene dudas, pregunte (Obra de Mónica Mayer)

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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