“Soy mujer.

En un tiempo

en que el feminicidio

nos ha vuelto desechables”

Patricia Karina Vergara Sánchez

Natalí Hernández

@natali_ha

[dropcap]H[/dropcap]ace apenas unos días en el municipio de Puebla se presentaba el programa de ciudades seguras y libres de violencia contra las mujeres y las niñas, informando la inclusión del municipio a este modelo y teniendo como testigo a ONU Mujeres. También, la semana pasada, la Fiscalía General del estado informaba sobre los avances obtenidos en algunos de los casos de feminicidio ocurridos en lo que va de este 2016. Y hasta la Secretaría General de Gobierno publicaba imágenes de su nuevo titular en la primera reunión con el sistema estatal para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres.  ¡No pues wow!

Mientras tanto, en el mismo Puebla nos enterábamos de los feminicidios de Samai Alejandra Márquez Salgado (a quien buscaban desde el pasado 17 de febrero), el de una mujer de 25 años encontrada en un baldío de San Jerónimo Caleras y el de otra mujer encontrada en San Pero Cholula (estas últimas sin datos de identidad). Tres feminicidios en sólo dos días y 4 en esta semana.

No puedo evitar pensar que las “acciones que transforman” para nosotras significan negligencia, simulación y olvido, donde se gestan el enojo e indignación y se formulan preguntas a las que aún no encuentro respuesta.

¿Cuántos asesinatos de mujeres consideran alarmantes para que el gobierno actúe de manera eficaz contra los feminicidios?

¿Hasta cuando las autoridades entenderán la PREVENCIÓN como una emergencia, lejos de cuotas y pactos políticos-partidistas?

¿Cuándo un feminicidio (uno solo) resultará tan indignante como para ejercer acciones contundentes?

¿Hasta cuándo las autoridades y algunos medios de comunicación dejaran de exhibir los cuerpos de las mujeres como objeto de consumo, incluso hasta en sus asesinatos?

Me resulta imposible confiar en que las autoridades están poniendo todo el empeño en procurar la vida de las mujeres (esas mujeres a las que en campaña piden sus votos y van a sus mítines, las que representan más de la mitad de la población del estado, que sostienen a las familias y en quienes también está puesto el futuro de esta sociedad) cuando la realidad se empeña en mostrar lo contrario.

[quote_box_center]De acuerdo con información del Observatorio de Violencia Social y de Género de la ciudad de Puebla (OVSG-P) presentada en noviembre de 2015, en el estado de Puebla, de 2010 a 2015 se han cometido 240 feminicidios. Tan sólo de enero a noviembre de 2015 sumaban 67 feminicidios en la entidad.[/quote_box_center]

Lo único que alcanzo a observar es una necedad por gastar energías para salir a desmentir las cifras, o deslegitimar los hechos: “Que sí es o no un feminicidio”, “que si los datos de las organizaciones no son fidedignos”, “que no es necesaria una alerta de género”. Mientras los feminicidios son cada vez más frecuentes y crueles, y se engruesa la lista de familias exigiendo justicia, de feminicidas prófugos y mujeres en riesgo latente.

Duele reconocer que la vida de las mujeres, ¡nuestras vidas!, se encuentran frente a un panorama que no ofrece alternativas; con promesas incumplidas y funcionarios más ocupados en las elecciones que se avecinan, hoy es sumamente necesario construir desde la ciudadanía para que la indignación y la tristeza que se instalan en el cuerpo sirvan para trazar caminos distintos.

A la sociedad en general le insisto: no se permitan creer que un feminicidio es un hecho aislado, no supongan la culpa de la víctima ni fomenten razones para exculpar a los asesinos. Condenen cada feminicidio, pidan cuentas a las autoridades, sean solidarios/as con las familias que exigen justicia, compartan sus demandas, acompañen a las mujeres en la lucha por una vida libre de violencia.

A las mujeres: hoy sigue siendo indispensable organizarnos, construir lazos y redes que nos permitan mantenernos seguras y vivas. No paremos de exigir nuestro derecho a la justicia y a vivir sin violencia. Pero sobre todo, no permitan que el miedo las invada.

A los medios: nos urge que sean aliados de la ciudadanía, en particular de las mujeres que están siendo victimas de tantas atrocidades. Sean conscientes de la relevancia de la información que transmiten, construyan otras formas de hacer periodismo; libre de machismo, sin revictimizar a las mujeres, sin colocar sus cuerpos como objeto de consumo, sin juzgar “las razones” del feminicidio.

“Yo tengo poca cosa, pero me basta.

Tengo boca, tengo puños, tengo versos.

Tengo memoria de tantos agravios.

Tengo estos tambores de vida que claman por vida.

Que cantan mientras marcho buscando veredas.

Que proclaman a cada golpe de baqueta un latido único, constante, urgente.

Ya no más.

Es la hora:

Autodefensa.”

Patricia Karina Vergara Sánchez