Lado B
La osadía cinematográfica de Eugenio Caballero
El diseñador de arte de El Laberinto del Fauno estuvo en Puebla, durante el festival Cinetekton, para explicar por qué su trabajo se trata de contar historias
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
13 de octubre, 2015
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Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

Ámbar Barrera

@Dra_Caos

Eugenio Caballero tiene un trabajo que requiere osadía y al mismo tiempo responsabilidad, como él mismo lo describe. Eugenio se considera un contador de historias. Eugenio trabaja en el mundo cinematográfico. Eugenio es un diseñador de producción.

El diseño de producción o diseño de arte en el cine es la disciplina que se encarga de crear el concepto visual dentro de una película, junto al director (quien tiene el concepto total de la película) y el fotógrafo.

–El diseñador de producción se encarga de concebir y proveer lo tangible que está en una pantalla que no sea el trabajo de los artistas. Es decir: paredes, muebles, locaciones… También la supervisión del vestuario, del maquillaje y todas esas cosas que al final son parte del concepto visual –dice durante su conferencia magistral como parte de Cinetekton, festival de cine y arquitectura.

Eugenio Caballero nació en la Ciudad de México, estudio Historia del Arte en Italia y Escenografía en Bellas Artes. Por su trabajo como diseñador de producción, se ganó un Oscar y un Ariel por su trabajo en la famosa película El Laberinto del Fauno dirigida por Guillermo del Toro, además de otras nominaciones.

–Para mí (el diseño de producción) es un elemento más que tenemos los cineastas para hacer sentir. Por otro lado, es esa otra oportunidad de contar las historias. Entonces para mí no es una disciplina estética, sino una disciplina narrativa.

Eugenio cuenta historias a través del color, la forma y la textura.

Describiendo su trabajo, cuenta que el equipo de diseño de producción sigue la visión de un director pero cada equipo lo interpreta desde sus propias trincheras.

Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

En El Laberinto del Fauno el equipo de producción tenía claro que tenía que existir una diferencia visual entre el mundo real y el mundo de fantasía, y aunque la idea inicial era ocupar locaciones existentes, decidieron que tendrían que construir casi todo porque con locaciones era difícil lograr esa diferencia.

Así, todo el mundo fantástico fue construido exclusivamente para la película, excepto por las escenas en el bosque, aunque ahí también tuvieron que modificar algunas cosas para obtener el efecto deseado visual y narrativamente.

Sin embargo, estas modificaciones no fueron digitales. Eugenio siempre prefiere crear las cosas en vez de utilizar los recursos de efectos especiales o retoque digital. Además, una de sus partes favoritas es cuando quieren crear paisajes.

–El verde era súper importante para el concepto de la película y visitamos un bosque por febrero o marzo. Nos dijeron que tendríamos por seguro que estuviera verde cuando viniéramos a grabar y cuando regresamos, todos los helechos estaban amarillos y no había una pizca de pasto.

Para evitar poner pasto falso, utilizaron aserrín mezclado con un desecho orgánico de pino y lo pusieron en todos los lugares donde se iba a filmar. No se notaba que era falso hasta que lo mirabas muy de cerca.

Para otra escena el escenario fue un bosque de pino, ya que buscaban que en la composición se vieran líneas rectas. Además, así los árboles funcionaban como si fueran unas rejas que aprisionaban a los personajes. El concepto narrativo exigía que dichos árboles tuvieran musgo, sin embargo, los pinos no lo generan.

–Le pusimos musgo falso a todos los árboles. Fueron intervenidos por el staff que iba con botes de pintura ecológica y aserrín que le pusieron a cada árbol, uno por uno.

Cada decisión en el diseño de arte tiene un porqué.  Para El Laberinto del fauno toda la parte de la película que se desarrolla en la realidad se resume a ángulos y líneas rectas y la sobredimensión de muebles o elementos arquitectónicos, esto para que el personaje de Ofelia se vea más pequeña. En cambio, en el mundo de fantasía todas las líneas son muy curvas, suaves y fluidas.

En el diseño de producción también es de suma importancia el color. En el caso de El laberinto del Fauno, la paleta de color para el mundo de fantasía es muy cálida, mientras la del mundo real está llena de grises y azules.

Eugenio arma paletas de colores para cada película primero a partir de fotos y luego a partir de colores. En el caso de su participación en Lo imposible (película del director J.A. Bayona sobre el tsunami en Tailandia) Eugenio mostró su paleta de colores a la audiencia.

Esta paleta va siguiendo el guion. Los colores inician muy vivos y saturados: turquesa, verde brillante, magentas… luego el color va desapareciendo y quedan colores más pardos. Conforme avanza inician los colores de nuevo a partir de una gama de blancos algunos azules y amarillos y al final quedan colores muy encendidos de nuevo.

También, suele hacer para sus películas una especie de bitácora de diseño que llena con textos, notas, dibujos y fotos, lo que refleja de manera tangible su proceso creativo.

–Esta es una herramienta muy útil para explicar las ideas al director, al productor o a toda la gente que trabaja contigo, que pueden ser dos personas como en una producción pequeña o 257, como fue conmigo en Lo Imposible.

En esos casos, Eugenio señala que es importante la comunicación y la integración del trabajo de todos para que en el camino no se pierda la idea original.

–La dirección de arte o diseño de producción funciona en muchos sentidos. Le da un contexto que sería muy literal si estuviera en el guion: contexto social, momento de vida y cómo se siente el personaje. A mí lo que me interesa es el cine cebolla. Lo ves y hay una forma concreta, pero en cuanto vas quitando capas, vas descubriendo nuevas emociones, nuevos sabores y nuevos colores.

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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