Lado B
Gobiernos y empresas pagan para mantener pulmones ambientales
Es una tendencia a nivel internacional que avanza lentamente, sobre todo en México, donde se hace de manera incipiente y se paga muy poco: investigador BUAP
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
20 de octubre, 2015
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AtrapandoelCarbono

Ámbar Barrera

@Dra_Caos

¿Sabías que pueden darte dinero por contribuir a la detención del cambio climático, por el simple hecho de conservar un terreno lleno de árboles? Pues sí.

Aunque los árboles desempeñan la función de limpiar el aire (entre otras cosas) y no dejan de trabajar si no les pagan, desde hace algunos años a nivel internacional se dan estímulos a las personas u organizaciones que cuentan con terrenos (por cientos de hectáreas) o se encargan de proteger áreas naturales que a su vez ayudan a detener el cambio climático.

¿Cómo sucede eso? En México existe un programa de «Pago por Servicios Ambientales» y en varios estados se aprovecha. Aunque para entender el proceso, es necesario decir que no es tan fácil cómo suena, se requiere de estudiar la tierra y el ambiente antes de aplicar. Y precisamente en la BUAP se encuentra un equipo de científicos que se dedican a eso y asesoran a las comunidades que quieren participar.

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El maestro Miguel Ángel Valera Pérez es académico e investigador en el Departamento de Investigación de Ciencias Agrícolas (DICA) y se especializa en geoquímica ambiental. Esto quiere decir que se especializa en el estudio del suelo (química de la tierra) y la problemática que desde ahí se relaciona con los cambios globales y de calidad ambiental.

El maestro Valera trabaja y estudia los suelos de los sistemas forestales, es decir, zonas de la naturaleza que no han sido intervenidos por el hombre como bosques o selvas, y que a comparación de los suelos agrícolas no han sido modificados de ninguna manera con el propósito de sembrar.

Los sistemas forestales se estudian con el objetivo de aprovechar el terreno de acuerdo a las características intrínsecas de su suelo. Y a este tipo de aprovechamiento en algunos casos se le conoce como servicio ambiental.

–¿Y qué son los servicios ambientales?

Los servicios ambientales se ocupan de mejorar la calidad del agua, del aire o incluso para la conservación de la biodiversidad que existe en el lugar, entre otros beneficios.

Los servicios ambientales se pagan. Alguien que demuestre los beneficios que podría dar su territorio al medio ambiente puede recibir un incentivo económico por ello. Valera dice que es una tendencia a nivel internacional que avanza lentamente, sobre todo en México, donde se hace de manera incipiente y se paga muy poco.

El escenario del Pago por Servicios Ambientales en México

En México existe un programa de Pago por Servicios Ambientales desde 2003.

De 2003 a 2009 el Gobierno Federal a través de la Semarnat (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) declaró haber apoyado Servicios Ambientales de 2.27 millones de hectáreas de bosque, invirtiendo poco más de 306 millones de dólares en ello.

Considerando que una hectárea es un área de 10 mil metros cuadrados, en promedio le dieron 35 dólares por cada hectárea en un periodo de 7 años. Esto es 2.5 dólares al año por hectárea.

En un boletín de 2014, el Conafor informa que con una inversión de 67 millones de dólares (48% aportado por el Conafor y 52% por empresas privadas) se beneficiaron a 248 mil hectáreas. En promedio, eso significó poco más de 270 dólares por hectárea.

México cuanta con 138 millones de hectáreas con vegetación forestal de las cuales 64 millones de hectáreas son bosques y selvas. Esto quiere decir que el Pago por Servicios ambientales manejado por el Gobierno Federal cubre apenas el 0.3% de ese territorio.

En Baja California Sur existe un programa de servicios ambientales con los arrecifes de coral, ya que ellos también secuestran carbono además de evitar la erosión de la playa y conservar la vida marina. En el Parque Nacional Cabo Pulmo se estima que se paga poco más de un millón de dólares al año por ese servicio ambiental, según académicos de la Universidad Autónoma de Baja California

En Zacatecas el Pago por Servicios ambientales según el Conafor beneficia a 930 hectáreas. Este beneficio se mantiene hasta por 5 años siempre y cuando los dueños de los terrenos mantengan buenas prácticas que mejoren la provisión de estos servicios ambientales.

En contraste, según información del Semarnat desde 1995se han expedido más de 300 permisos de aprovechamiento forestal en Chiapas de los que 200 siguen vigentes actualmente. Además el Conafor estima que la inversión en Servicios Ambientales alcanza los 200 millones de pesos en ese estado.

En la página del INECC (Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático) puede encontrarse un manual para desarrollar un programa que aplique para el PSA (Pago por Servicios Ambientales) y la convocatoria 2015 (lanzada en conjunto al CONACyT), aunque sólo incluye una lista de los programas que podrían participar y no los requisitos completos para aplicar ni las condiciones en caso de ser seleccionados.

Secuestro de carbono: Servicio Ambiental

Para determinar los servicios ambientales que puede ofrecer un sistema, son necesarias ciertas evaluaciones de metodología científica, y es ahí donde entra el proyecto que coordina el maestro Valera. Se trata de un proyecto en el que él y su equipo evalúan la cantidad de dióxido de carbono que el suelo puede almacenar y que por tanto, contribuirá a reducir el efecto invernadero y el cambio climático. A ese proceso se le llama secuestro de carbono.

Uno de los proyectos más importantes sobre Servicios Ambientales de secuestro de carbono se encuentra en Chiapas y se llama Scolol’te. La Conafor (Comisión Nacional Forestal) estima que su presupuesto rebasa los 200 millones de pesos y uno de sus principales financiamientos proviene de la Fundación de la Federación Internacional de Automovilismo, una fundación relacionada con los eventos de la Fórmula 1 que, como parte de un programa de Responsabilidad Social, buscan compensar el daño por el dióxido de carbono que se libera por el uso de los automóviles en sus carreras.

 

–¿Cómo funciona el pago de servicios ambientales por secuestro de carbono?

Actualmente las aproximaciones necesarias para evaluar los sistemas naturales (terrenos) se hacen a través de la vegetación, sin embargo, el maestro Valera dice que hace falta hacer estimaciones a partir de lo que se encuentra en el suelo: Establecer la línea base de carbón en el suelo.

Su proyecto trata justamente de establecer esas líneas base en el suelo. Es decir, evalúa los sistemas como almacenes de carbono, cuánto puede almacenar y también de qué calidad será el almacenamiento

–¿A qué se refiere con la calidad del carbono almacenado?

El equipo del maestro Valera trabaja en las regiones del país que la CONABIO (Comisión Nacional para el Conocimiento y uso de la Biodiversidad)  ha establecido desde el 2008 como Regiones terrestres prioritarias de conservación. Estas 152 regiones incluyen 7 que están dentro del Estado de Puebla:

  • Huauchinango, Zacatlán y Xicotepec de Juárez (Bosques de la Sierra Madre Oriental que comparten territorio con Hidalgo y Veracruz);
  • Cuetzalan, Teziutlán y Zacapoaxtla;
  • Guadalupe Victoria (la zona del Pico de Orizaba y el Cofre de Perote, territorio compartido con Veracruz);
  • Tehuacán, Santiago Miahuatlán y Magdalena Cuayucatepec (Valle de Tehuacán – Cuicatlán compartido con Oaxaca);
  • Puebla y San Miguel Canoa (Zona de la Malinche compartida con Tlaxcala);
  • Puebla, Atlixco y San Martin Texmelucan (Zona de la Sierra Nevada compartida con el Estado de Mpexico, Morelos y Tlaxcala);
  • Parte de las Sierras de Taxco – Huautla compartidas con los estados de México, Guerrero y Morelos.

Por ese lado, los proyectos que se trabajan para la conservación de ese territorio son variados y multidisciplinarios, por lo que el equipo del maestro Varela no es el único actor en escena.

–¿Quién financia el trabajo de su equipo para ese proyecto?

El equipo del maestro Valera se encarga de asesorar (desde la evaluación científica del suelo) a las comunidades que aplican para un PSA del Conafor. En ese caso, la asesoría la paga el Conafor aunque el recurso del PSA va directamente a las comunidades que están aplicando al apoyo. En otros casos, empresas particulares también piden los servicios de evaluación que son facturadas directamente por la BUAP, aunque para el maestro Valera son más importantes los proyectos en los que pueden involucrarse directamente con la comunidad aunque muchas veces resulta difícil colaborar con ellos.

Los esfuerzos fallidos

El maestro Varela cuenta que ya que los temas que atraviesa su proyecto también son políticos y sociales, muchas veces el trabajo en algún municipio se ve interrumpido o cancelado por el cambio de un presidente a otro o de un partido a otro, al igual que algunas leyes que se anteponen, como en el caso de la zona del Parque Nacional de la Malinche.

También se han encontrado otro tipo de trabas al ser evaluados por su trabajo desde la academia y la universidad.

–Desafortunadamente está pesando más cuánto publicas en revistas académicas y no que tanto impacto social tiene lo que estás haciendo, de manera directa. Eso no lo evalúan, no lo consideran.

–¿Cuáles han sido entonces los resultados en el terreno práctico con las comunidades?

Su trabajo también ha sido modificado, como cuando trabajaron en conjunto al gobierno estatal de Mario Marín para armar una estrategia contra el cambio climático. Al final se editó un libro donde el DICA participó armando el capítulo donde se habla del suelo agrícola y forestal. Se hicieron pocos ejemplares, supone el maestro Valera porque se imprimió ya al final del periodo presidencial y se le dio poca difusión.

Un año después, ya en el gobierno de Rafael Moreno Valle se reeditó el libro y en los capítulos que ellos redactaron aumentaron al menos 3 páginas con información que desde la perspectiva del maestro Valera no guardan relación con el tema que se investigó originalmente. Él cree que se lo agregaron por una cuestión política.

Lo mismo sucedió con las políticas ambientales: cambiaron junto al gobierno. Y dice que lo mismo pasa aunque se trate de políticos del mismo partido, lo que dificulta aún más su trabajo en términos de continuidad y los resultados del mismo en el sentido del impacto social.

Menciona el caso de Xochitlán de Vicente Suarez donde se omitieron los resultados de sus evaluaciones aunque resultaban de gran importancia para el bienestar de la comunidad e incluso de comunidades vecinas.

–¿Qué pasó en Xochitlán?

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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