Ilustración: Mariana Rodríguez
Entonces vi una estrella que había caído del cielo a la tierra.
Se le dio la llave del pozo del abismo.
Abrió el pozo del abismo y subió del pozo del abismo una humareda como la de
un horno grande, y el sol y el aire se oscurecieron con la humareda del pozo.
De la humareda saltaron cadáveres sobre la tierra, y se les dio un poder como el
que tienen la carne y la sangre, el témpano y la lluvia sobre la tierra.
Pablo Piceno, Parusía de los muertos
Ámbar Barrera
En la religión cristiana se le llama «parusía» al último advenimiento de Cristo, lo que marca el Apocalipsis. El poeta poblano Pablo Piceno pensó en la parusía poco tiempo después de enterarse del caso de los 43 normalistas desaparecidos en Ayotzinapa.
Parusía de los muertos es un poemario de Pablo Piceno con ilustraciones de la diseñadora egresada de UNARTE, Mariana Rodríguez Fernández y el diseño editorial de Héctor Gómez.
–La contradicción del título está en que en el Cristianismo se espera que (Cristo) venga a llevarse consigo a los que siguen vivos y a los muertos que han sido justos, pero aquí lo que digo es que están viviendo los muertos. ¿Qué pasaría si un día todos los muertos vinieran frente a nosotros y exigieran justicia? O ni siquiera exigiéndola, simplemente que se nos presentaran. En muchos Estados eso ya se vive.
Pablo Piceno describe su libro como un «poema de largo aliento» dividido en tres secciones. El proyecto nace días después de que Pablo se enterara del caso Ayotzinapa. Él, junto con otros ocho poetas, presentó un libro de poesía en el Distrito Federal y, al finalizar, alguien del público les preguntó que por qué no hacían algo sobre la violencia que se vivía en ese momento.
Ilustración: Mariana Rodríguez
Ya a principios de 2014, Pablo había escrito un poema sobre la violencia del narcotráfico, tras hacer investigación para un ensayo titulado “La casa del cuerpo de los condenados” publicado por la UAM.
Tal ensayo aborda la relación entre los narcotraficantes y los cuerpos de sus torturados, y la forma en que los presentan al público, lo que después se convertiría en el poema de largo aliento Parusía de los muertos.
El poeta, estudiante de literatura de la Universidad Iberoamericana y colaborador de distintos medios y revistas de literatura, trabajó este poema durante varios meses, con el principal objetivo de «enunciar lo que sucede en el país».
–Yo pienso que lo hay que hacer en contra de eso (la censura y la violencia) es enunciarlo desde donde te compete. Mejor enunciarlo a no enunciarlo: a esperar que te caiga la inspiración del cielo para que escribas el mejor poema de la historia.
Parusía de los muertos está dividido en tres secciones ancladas por tres citas (modificadas) del libro del Apocalipsis del Nuevo Testamento.
En la parte final hay un diálogo de ficción con Raúl Zurita, poeta chileno que, desde la opinión de Pablo, es uno de los más grandes poetas vivos de la lengua castellana. Raúl Zurita vivió la dictadura de Augusto Pinochet, y toda su obra gira en torno a lo que vivió durante su persecución.
Pienso a Zurita lo tomaron preso en un barco a los 23, le
tiraron al mar el bulto de sangre que eran sus poemas
aunque probablemente la sangre más sangre empezaba
entonces.
Pienso yo tengo ahora 23 años.
(Fragmento de Parusía de los muertos, Pablo Piceno)
Parusía de los muertos se ha publicado por fragmentos de manera digital en distintos medios y revistas, y espera más adelante ser publicado en alguna editorial independiente o cartonera, para se distribuido al mayor número de personas posible.
Sobre las ilustraciones
Piceno conoció a Mariana Rodríguez por su trabajo en Torpedo, publicación poblana cultural, y le escribió un mensaje alguna madrugada para contarle de Parusía de los muertos y su interés en que ella lo ilustrara.
–Me esperaba otra cosa cuando me contó del proyecto y fue una grata sorpresa cuando lo leí –dice Mariana, entrevistada por Lado B. Muchas frases de Pablo me pusieron los vellos de punta; me impactaron, supongo. El poemario me pareció que no sólo trata de Ayotzinapa. Creo que es mucho más potente que eso: hay imágenes muy fuertes, muy crudas, muy reales.
Cuando Mariana leyó la frase «un día temblará la tierra de tanto callar» decidió que quería ilustrar eso.
Ilustración: Mariana Rodríguez
El proceso creativo requirió que Mariana platicara extensamente con Pablo, y él le dio carta abierta. Mariana tenía algunos dibujos de cuando leyó el libro por primera vez. Después lo leyó cinco veces más para sacar palabras clave o pensando en imágenes con alguna frase o poema en concreto.
–La verdad es que le dediqué mucho más tiempo y cuidado a las imágenes de Parusía de lo que normalmente suelo hacerlo. Casi nunca boceto cuando dibujo; siempre trazo directo con pluma o plumón, y con estas imágenes sí boceté a lápiz un poco. Hice muchos más dibujos que los que se publicaron, pero al final me parecieron los que le hacían un poco más de justicia al poemario.
Otras voces que se levantan
Además de Pablo Piceno, a lo largo de un año (y un poco más) desde el 26 de septiembre de 2014, cuando desaparecieron los 43 normalistas, muchos otros artistas, grupos y gestores involucrados desde el arte y la cultura han alzado la voz: desde el mismísimo Francisco Toledo en Oaxaca, hasta esfuerzos que provienen directamente de otras ciudades y estados. En Puebla, la artista Mónica Muñoz ha realizado grabados que forman parte de banderines en protestas y que también se han pegado en las calles de la ciudad.
Fenómeno 43, un grupo de artistas y gestores, ha organizado distintas actividades que alzan la voz por el caso Ayotzinapa. Ellos han organizado lecturas de poesía, exposiciones, lecturas de poemas, ciclos de cine y tienen una galería virtual que está para presentarse físicamente.
Asimismo Etcétera, espacio experimental (2 oriente 809) inauguró recientemente una muestra gráfica colectiva titulada “Gráfica por Ayotzinapa”, en la que participaron más de 50 artistas y talleres. De ella resultará un libro que recopilará las obras y será entregado a los padres de los normalistas desaparecidos.
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