Lado B
La dialéctica de la comunidad y el reto de la participación social en la educación
Por Juan Martín López Calva @m_lopezcalva
29 de septiembre, 2015
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Martín López Calva[1].

@M_Lopezcalva 

Larry King: ¿Cree usted en la vida en otras partes, en otros planetas?

Stephen Hawking: La vida apareció en la tierra bastante pronto después de la formación del planeta, hace 4,500 millones de años. Eso sugiere que la vida primitiva aparecerá espontáneamente en cualquier planeta habitable. Por otra parte, la vida inteligente parece ser muy rara. Este tipo de vida tiene todavía que ser detectada en la tierra”[2].

 

“La espontaneidad intersubjetiva y el orden social concebido de manera inteligente tienen su fundamento en una dualidad inmanente en el propio ser humano. En cuanto inteligente, el ser humano es el origen y el responsable de los sistemas sociales dentro de los cuales, en cuanto individuo, desea y trabaja, goza y sufre. En cuanto inteligente, el ser humano es un legislador; pero, en cuanto individuo, está sujeto a sus propias leyes”.

Bernard Lonergan. Insight, p. 271.

 

1.-La dinámica compleja del desarrollo social.

[dropcap type=»1″]S[/dropcap]i analizamos los signos de la crisis global que vive la humanidad en estos tiempos, tendríamos que asumir como verdadera la idea de Hawking respecto a que la vida inteligente es algo que todavía tenemos que detectar o descubrir en la tierra. La situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la humanidad actualmente a partir de la crisis económica, política, social, ecológica, cultural, ética que imperan en el mundo nos lleva muchas veces a preguntarnos en dónde se encuentra la inteligencia en el mundo o por qué si la especie humana se autodenomina inteligente y racional, ha sido capaz en su devenir histórico de construir tantos elementos irracionales y tanta probabilidad de autodestrucción.

La promesa central de la modernidad respecto al progreso lineal inevitable a partir del fundamento de la razón humana expresada en la ciencia y la tecnología, ha sido puesta en entredicho por innumerables hechos de guerra, horror, genocidio, deshumanización y destrucción que fueron dando origen a la desilusión que sustenta al mundo posmoderno.

Sin embargo, si observamos la dinámica de las sociedades humanas desde una perspectiva de más largo aliento es posible ver que la realidad de los procesos sociales es compleja y no está exclusivamente marcada por el desorden, el miedo, la inestabilidad o la violencia ni tampoco está orientada de manera inevitable o determinista hacia el orden, el progreso o la permanencia. Porque el devenir humano individual y colectivamente considerado es ambiguo y está marcado por una “dualidad inmanente” que señala Lonergan, por este carácter de la especie, simultáneamente “homo sapiens” y “homo demens”, como lo señala atinadamente Morin.

El desarrollo de toda sociedad humana en el espacio de la historia responde a una dinámica compleja que es siempre una mezcla de progreso y decadencia, afirma contundentemente Lonergan contradiciendo a la promesa racionalista moderna.

De manera que todo orden social más o menos inteligentemente organizado coexiste siempre con la espontaneidad intersubjetiva y detrás de toda construcción de un sistema social de la que los seres humanos en interacción son responsables, existe el sufrimiento y el gozo, el deseo y el trabajo de personas y grupos concretos que tienen y manifiestan en su actuación social, intereses y aspiraciones particulares que no necesariamente coinciden con lo que es más inteligente, razonable y valioso para todos. El bienestar colectivo que debe ser la finalidad de todo sistema social está siempre coexistiendo y muchas veces chocando con las búsquedas individuales y grupales de bienestar particular.

2.-La dialéctica de la comunidad.

La dialéctica de la comunidad es una combinación de fuerzas, ideas, acciones y reacciones concretas, dinámicas y opuestas que está presente en la dinámica de las relaciones humanas en la sociedad y en las formas estructurales y normativas que van adquiriendo estas relaciones sociales.

Desde el ángulo del progreso y la humanización progresiva, esta dialéctica de la comunidad se manifiesta en el diálogo y el debate entre distintos individuos y grupos que comprenden de manera distinta el proceso social en el que viven y que generan ideas inteligentes y responsables para proponer decisiones comprometidas hacia el bienestar colectivo. Desde esta óptica, la dialéctica de la comunidad genera un verdadero desarrollo puesto que, a partir de una situación concreta actual, individuos y grupos se esfuerzan por comprender las situaciones problemáticas, generan ideas que buscan el bienestar común y las ponen en diálogo con otras ideas igualmente inteligentes y responsables para llegar a la toma de decisiones comprometidas que al llevarse a la acción van generando una nueva situación mejor que la anterior.

Por el contrario, desde la perspectiva de la decadencia y la deshumanización, esta dialéctica se manifiesta en el conflicto y el choque entre individuos y grupos que están preocupados por preservar sus propios intereses y aumentar sus propios beneficios dentro de la sociedad en la que viven. No hay en estos individuos y grupos un genuino interés por comprender y mejorar la dinámica social, sino una permanente preocupación y acción dirigida hacia la instrumentación de decisiones que los privilegien sobre los demás. De esta manera, la situación actual es vista siempre con una óptica egoísta y a partir de esta óptica que hace a los grupos cerrarse a la búsqueda de inteligencia, se toman decisiones interesadas y se genera una situación cada vez peor en términos humanos, con cada vez menos probabilidades de bienestar colectivo y humanización individual.

La dialéctica de la comunidad se presenta como una combinación de las dos perspectivas descritas; es decir, como una mezcla de fuerzas, ideas, acciones y reacciones concretas, dinámicas y opuestas que están presentes en la sociedad y que se expresan tanto en decisiones y propuestas de acción inteligentes y responsables de carácter distinto u opuesto, pero que buscan el bienestar colectivo y decisiones y propuestas de acción interesadas e irresponsables que buscan mantener y aumentar los privilegios de un grupo por encima del bienestar social.

3.-Hacia una participación social auténtica en nuestra educación.

Una auténtica participación en la educación tiene que ser el fruto del reconocimiento de la existencia inevitable de la dialéctica de la comunidad y dentro de ella, de los sesgos de diverso tipo –sobre todo grupales- entre los actores que intervienen normativamente en la definición del rumbo de la educación nacional. Esta participación tiene que fundarse en el reconocimiento del otro como un sujeto semejante a uno mismo y orientarse hacia la construcción de tolerancia auténtica y de una ética de la realización y la comprensión, a través del diálogo y la comunicación.

Estos son elementos que tienen que buscarse en la revisión y redefinición de las normas y políticas de participación social en el sistema educativo. Es ineludible la urgente responsabilidad de transformación de las estructuras burocráticas, gremiales y organizacionales hacia una alta complejidad que son condición necesaria para lograr avanzar en este rumbo.

El cambio de estas estructuras y de la cultura educativa, es algo que se tiene que iniciar hoy, pero que fructificará a mediano y largo plazo. No se puede lograr este cambio sistémico hacia una verdadera reforma de lo educativo si no se inicia hoy con el esfuerzo cotidiano y concertado de todos, sobre todo el que venga desde la reflexión y la propuesta de las bases de la sociedad hacia las estructuras institucionales. Pero es ingenuo e imposible esperar que este cambio pueda producirse de manera inmediata o en el corto plazo. Las estructuras y las culturas requieren de tiempo amplio para irse transformando.

La estrategia para lograr esta regeneración de la participación social está en la formación de ciudadanía para el México del futuro, para el país que queremos construir entre todos.


[1] Este artículo está basado en algunas secciones del capítulo escrito con motivo del foro sobre participación social en educación co-organizado por la UIA Puebla y Observatorio Ciudadano de la Educación Puebla en 2008 y publicado en el libro de memorias de este foro bajo el título de: Participación social en Educación: del análisis a las propuestas. Se puede encontrar en: http://www.redgestionescolar.org/file_biblio/participacionsocialOCE.pdf

[2] Tomado de una entrevista televisiva de “Larry King Live” con el físico Stephen Hawking.

En: CNN Interview Transcript. Larry King Live Weekend. Stephen Hawking Discusses Quantum Physics and ALS.Aired December 25, 1999 – 9:00 p.m. ET. (http://www.psyclops.com/hawking/resources/cnn.html). Traducción libre del inglés, realizada por el autor de esta columna.

 

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Autor Lado B
Juan Martín López Calva
Doctor en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Realizó dos estancias postdoctorales en el Lonergan Institute de Boston College. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, de la Red Nacional de Investigadores en Educación y Valores y de la Asociación Latinoamericana de Filosofía de la Educación. Trabaja en las líneas de Educación humanista, Educación y valores y Ética profesional. Actualmente es Decano de Artes y Humanidades de la UPAEP, donde coordina el Cuerpo Académico de Ética y Procesos Educativos y participa en el de Profesionalización docente..
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