Lado B
Los medios en México no somos un contrapeso del poder: Lizárraga
Fueron décadas de seguir una escuela de periodismo de denuncia y no hemos podido transitar al periodismo de investigación
Por Mely Arellano @melyarel
25 de agosto, 2015
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Foto: Marlene Martínez

Foto: Marlene Martínez

Mely Arellano

@melyarel

En México todavía son pocos los ejemplos de periodismo de investigación, aunque ya hay esfuerzos por explorar esa práctica periodística que en países como Argentina, Colombia o Chile, ya tiene tradición.

En qué estamos fallando y hacia dónde podríamos encausarnos, son algunas de las reflexiones que hace Daniel Lizárraga, en entrevista para Lado B, a quien el periodismo de investigación lo tiene “loco y desempleado”, y quien estuvo en Puebla para participar en los festejos por el cuarto aniversario de este portal.

Lado B (LB): ¿Cuál es la visión que tienes del periodismo de investigación que se está haciendo en los estados?

Daniel Lizarraga (DL): En México hay un problema, no se hace en general el periodismo de investigación. Lo que se hace es el periodismo de denuncia, que no es lo mismo. (…) Porque así nos enseñaron a reportear, porque así eran las condiciones del país.

Daniel Lizárraga, ex coordinador de investigaciones especiales del programa de Carmen Aristegui en MVS, explica que fueron tres décadas, de los 60 a los 90, de practicar un periodismo de denuncia, herencia de Proceso y Julio Scherer, y aunque es una gran historia y una gran escuela, aún no se ha podido transitar al periodismo investigación.

DL: Nos quedamos anclados en ese periodismo y no hacemos más que reproducir periodismo de denuncia. Nuestra visión es tan corta que pensamos que es lo mismo.

[pull_quote_right](…) no hay contrapesos, que los modelos actuales no sirven para hacer contrapesos de los poderes y el periodismo debe ser un contrapeso, sea de derecha, de izquierda, de centro-derecha, no importa, siempre tiene que serlo[/pull_quote_right]

LB: ¿Qué está  fallando para dar ese paso?

DL: Creo que son 3 factores: uno es las escuelas. Otro tiene que ver con el modelo de negocios de los medios de comunicación, que están más dirigidos hacia las élites, a sobrevivir de la publicidad. Y el otro tiene que ver con los periodistas, la gran mayoría de los compañeros que se echan y les gusta ir a hacer notas y no está mal, pero que se creen que todo el periodismo es hacer notas, me parece que es una inercia difícil de romper pero sin embargo hay gente que se está moviendo. Yo apuesto a que haya generaciones como las de ustedes que terminen haciendo las cosas mejor que la nuestra”.

LB: ¿Será que también estamos mal interpretando el periodismo de investigación y no tenemos muy clara la idea de qué es periodismo de investigación?

DL: Yo creo que sí, que es un problema de formación. No lo tenemos claro porque no hay una tradición, como la hay en Brasil, en Colombia, en Chile, en Argentina, no es algo que brote de los medios ni de las universidades. El problema es que los medios en general en México no somos un contrapeso del poder y eso es uno de los problemas principales, en todas las democracias consolidadas, inclusive la de EU el peso del Washington Post o del New York Times es muy fuerte, porque son empresas independientes, entonces hacen un contrapeso al poder.

Los diarios referidos por Lizárraga están considerados no sólo entre los más influyentes de EU, sino del mundo, al grado de que sus editoriales sobre la política nacional o internacional pueden poner en duda gobiernos y vaticinar desgracias.

–En México –continúa el periodista que también pasó por las filas de Proceso y Reforma- realmente no hay muchos medios, o la gran mayoría no le hace contrapeso al poder y eso hacer que los desarrollos democráticos sean incipientes y se convierten en partidos de estado, entiéndase lo que quiero decir en la actualidad. Pero igual puede ser un fascista de derecha o lo puede ser un dictador de izquierda. Yo fui hace poco a Bolivia y lo que pasa con la prensa, lo que está haciendo allá Evo es terrible. Imagínate que vas a publicar un gran reportaje crítico, se enteran en la presidencia o lo presumen y allá por decreto tienes la obligación de meter la publicidad que te da el gobierno y no te la paga. Entonces de pronto te la mandan y te dicen las primeras 5 páginas son para anuncios oficiales, y se acabó. No hay posibilidad de hacer nada y si no lo cumples: multas o hasta la cárcel pueden ir a parar los dueños de los medios. A eso me refiero, a que no hay contrapesos, que los modelos actuales no sirven para hacer contrapesos de los poderes y el periodismo debe ser un contrapeso, sea de derecha, de izquierda, de centro-derecha, no importa, siempre tiene que serlo.

LB: ¿Crees que alguna ley que regulara la publicidad oficial podría ser una buena opción?..

DL: Yo creo que eso podría ser, tratar de empujarlo, pero lo veo muy complicado con el gobierno de Peña Nieto. Porque incluso fue una promesa de campaña y todavía la estamos esperando, y nos vamos a sentar a esperarla, porque los medios juegan un papel de reproductores del discurso, de reproductores de la verdad oficial para que todos pensemos de la misma manera en la que piensa el gobierno. (…) No es tan fácil que lo hagan, atenta contra el propio sistema.

LB: Dado el acaparamiento del gobierno, los gobiernos, sobre los medios de comunicación masiva, como la televisión, el radio y los periódicos impresos, aunque en internet se estén haciendo cosas distintas, ¿qué puede ser más importante en términos de influencia: en internet donde el círculo rojo y la gente de poder te lee o en los impresos donde llegas, como tal, a las masas?

DL: Son todas las formas. Uno de los problemas que tenemos en México es que no hemos sabido planear la difusión del mensaje, a diferencia de lo que hacen en otros países, así como se planea la investigación, también planean cómo difundir el mensaje.

LB: Como lo que hicieron con el reportaje de “La casa blanca”…

DL: Exactamente. No inventé nada, no hice nada que no sea lo que hacen los brasileños. Vi lo que hacían y lo repliqué: planear de qué manera puedes generar más impacto a tu trabajo, utilizando las redes sociales, las características del Twitter, de Facebook, el impreso, la web, el video. Tratar de adaptar tu trabajo a las diferentes plataformas y asociarte con otros medios para salir simultáneamente. (…) Cada investigación requiere un tratamiento diferente para ser difundida, depende del contenido.

[pull_quote_right]Creo que la mejor enseñanza es leer las mejores investigaciones que se hacen en América Latina y en México. Hay que verlos con otros ojos y tratar de ver cómo hicieron la investigación: tratar de sacarle la columna vertebral a la investigación, y como periodista puedes hacer eso[/pull_quote_right]

El reportaje de “La casa blanca de Peña Nieto” fue dado a conocer en el programa radiofónico de Carmen Aristegui y a la par en dos medios más. En noviembre del 2014, y fue seleccionado entre “las mejores historias producidas en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas realizadas hasta el mes de marzo de 2015”, por el International Center for Journalists (ICFJ) en alianza con CONNECTAS, en la categoría de Impacto.

Lizárraga, también autor del libro La Corrupción Azul, el derroche en las transiciones presidenciales, que obtuvo el 1er lugar en el premio de libro-reportaje de la editorial Random House Mondadori, aconseja a los periodistas que tengan claro lo que quieren ser, de modo que orienten su profesionalización en ese sentido, ya sea la entrevista, la crónica, la investigación –“aunque no todo mundo se mete a hacer investigaciones porque terminas loco o despedido o las dos cosas”-, pero primero hay que definir qué es lo que quieren.

–Y tomar en cuenta otras cosas que no te dicen en las universidades. Tienes que aprender a ser jefe de equipo. Tienes que llevar la batuta de investigación, tienes que sentarte con un diseñador web, o con un analista de datos o con un infografista: el trabajo o la nota es ésta, tú cómo le puedes hacer mejor para desplegarla. (…) El trabajar en conjuntos multidisciplinarios nos pone en competencia real con otros países. (…) Ya se acabó la era del periodista solitario, se necesita aprender a trabajar en equipo con profesionales de otras ramas.

LB: Recomiéndanos algo, ¿qué debemos leer?

DL: Creo que la mejor enseñanza es leer las mejores investigaciones que se hacen en América Latina y en México. Hay que verlos con otros ojos y tratar de ver cómo hicieron la investigación: tratar de sacarle la columna vertebral a la investigación, y como periodista puedes hacer eso. Incluso anotar en un cuaderno cómo crees que hicieron la investigación y así terminas aprendiendo, porque no existe ni en español ni en inglés un libro que sea la biblia del periodismo.

En 2011, Daniel Lizárraga recibió mención honorifica en la Conferencia Latinoamericana de Periodismo de Investigación (COLPIN), gracias a la serie de reportajes sobre el patrimonio oculto de Felipe Calderón, al que accedió en parte a través de solicitudes de información, reconoce que la creación del Instituto Nacional de Acceso a la Información (antes IFAI) ha sido una herramienta que pone al país en ventaja en términos de periodismo de investigación.

DL: El modelo, per se, es muy bueno. Ha sido replicado en El Caribe, en Chile, en Centroamérica y en algunos otros países. Afortunadamente, Fox no supo ni lo que hizo, como siempre. Pero en este caso fue para bien, porque dejó pasar una iniciativa que no tenía la más remota idea de qué se trataba. Y si alguien no pudo controlarlo, fue él. (…) El IFAI permitió obtener información que dio lugar a notas como los vestidos de Marta Sahagún o el “toallagate” de Anabel Hernández. Para cuando entraron al poder Calderón y Peña, ya era muy tarde para abolir el modelo; sin embargo aprendieron a controlar a quienes sueltan los expedientes.

Y advierte sobre los nuevos cambios en la operación de dicho Instituto para el 2016.

DL: Viene una importante reforma para el IFAI, ahora llamado Instituto Nacional de Acceso a la Información, el cual se encargará de las resoluciones de los congresos de los estados, quitándole el poder a los gobernadores sobre la información.

(Con información de Ana Salas y Fernanda Páez)

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