Foto: @Dra_Caos

Ámbar Barrera

@Dra_Caos

Al escuchar la palabra retrato, puede venirse a la mente la imagen o fotografía de una persona, donde se rescatarán perfectamente aquellos detalles de su cuerpo o rostro que puedan hacerlo identificable entre el resto. Desde el arte, y más específicamente, desde la exposición Colectiva de Retrato en El Venado y el Zanate en Puebla, los retratos pueden ir más allá de esa clásica perspectiva.

–Muchas cosas pueden retratarnos a nosotros mismos –dice Kiimil, artista y líder del proyecto El Venado y el Zanate–, entonces queríamos romper con esto del típico retrato.

La cabeza de un rinoceronte, palabras bordadas o incluso un baúl lleno de recuerdos. Eso es un retrato.

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En el caso de Kiimil, quien es pintor pero para esta exposición decidió explorar desde un ámbito totalmente diferente, su pieza consiste en un baúl que contiene trabajos y libretas con bocetos que hizo durante su vida de estudiante, así como fotos, juguetes y paletas usadas llenas de pintura seca

–Yo creo que las personas se construyen con recuerdos. Todo lo que somos ahorita, todo lo que hemos vivido… por eso se me hacía padre una pieza que reuniera mis recuerdos y que la gente pudiera entrar en ellos. Tengo hasta cartas de novias y así –dice el artista mientras suelta una pequeña risa.

Retrato, un pretexto para el trabajo en colectivo

Colectiva de Retrato cuenta con piezas de Fernando de Ita, Manolo Vida, Darío Urzuk, Karla Itzel Hernández, Santo Miguelito, Braulio Melendez, Irving Aguilar, Kiimil Balam, Edgar Barbosa, Pepe Gracmor, Laura Arroy, Adriana Rivera, Luis Lezama, Eduardo Camargo, Julio Lantan y Othon Álvarez.

La curaduría estuvo a cargo de Rodrigo Vázquez, quien tuvo la idea de la exposición después de reunirse varias veces con los miembros de la Cooperativa Ave. En estas reuniones hablaban y compartían sobre los procesos de producción de cada artista.

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–Nos dimos cuenta que a veces eso es más importante que lo de la escuela –cuenta Kiimil, quien también formó parte de esas reuniones–, porque en la escuela nos enseñan la teoría y la técnica pero en la vida real, el cómo vender tu obra, cómo moverla, exponer o montar es otra cosa. Y en los procesos, no es nada más hacer el dibujo, sino cómo hacer que el dibujo se vea bien en el espacio o tenga cierto diálogo con la gente.

Una exposición sobre retrato, como dice Kiimil, fue también el pretexto para llevar a un nuevo nivel de discusión y aprendizaje a aquellas reuniones.

Egresados todos de diferentes escuelas, tuvieron la oportunidad de retroalimentarse entre pares durante el montaje de la exposición.

El Venado y el Zanate

En una tranquila vecindad del Centro Histórico, se alcanza a ver, en lo alto y en la intersección de una escalera que de pronto se divide en dos caminos, las letras de metal de El Venado y el Zanate.

El espacio funciona como una pequeña cafetería-restaurante y además es un centro cultural. En septiembre celebrará su primer aniversario.

El área de galería es muy reducida, aunque también usan la estancia principal para colocar obra, espacio en el cual las obras pueden quedarse por un tiempo más extendido al de su exposición.  En el cuarto donde se encuentra la barra, se pueden apreciar las paredes llenas de obras de Kiimil y otros artistas que han regalado sus piezas para decorar el lugar.

También hay arte en las paredes que rodean la azotea. En esa terraza, que tiene un ambiente muy cómodo y es visualmente rico, se encuentran pintas, dibujos, y otras obras que también han dejado a manera de huella los artistas que han participado en las exposiciones organizadas en ese espacio.

Desde su inicio, El Venado y el Zanate ha buscado ser un espacio que recibe proyectos artísticos de calidad para ser expuestos. Han hecho exposiciones y talleres (entre ellos, de xilografía para niños o danza prehispánica).

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–El espacio vive de la comida y la bebida, porque nuestra idea es no cobrarle a los artistas por exponer. Está bien que venga gente y consuman algo, y si los artistas venden piezas por su lado, está de pelos.

Kiimil cuenta que se han ido haciendo de lazos y contactos a través de ese espacio de manera involuntaria, por ejemplo, el dueño de un hotel al que él le está pintando unos murales, ofreció un cuarto de hotel para un artista oaxaqueño que expuso en El Venado y el Zanate, además de mostrar interés en comprar otras obras.

Próximamente tendrán más talleres (entre ellos uno de clown) y también ya están gestionando su permiso para poder vender bebidas alcohólicas, lo que aumentaría sus ingresos y les permitirá tener un horario de apertura más extendido, ya que por ahora abren de lunes a viernes de 12 del día a 6 de la tarde.

La exposición Colectiva de Retrato permanecerá hasta el 20 de agosto y le seguirá una exposición sobre intervención de fotografía y la fiesta de aniversario el 5 de septiembre, para la que están planeando el festejo.

Para estar al tanto de las actividades, pueden consultar su página en Facebook.