[dropcap]H[/dropcap]ay formulas infalibles que han demostrado dar buenos resultados, pero que han sido tan explotadas que en ocasiones se corre el riesgo de caer en lugares comunes, algo que ya he mencionado en ocasiones anteriores.

Un ejemplo claro de esto es la enorme cantidad de series de detectives, criminales y policías, género que en lo particular es uno de mis favoritos pero que cuesta trabajo encontrar opciones nuevas, frescas y bien hechas.

Ante el cansancio de las versiones gringas, no queda más que recurrir al viejo continente, donde la BBC produjo The Fall, la cual con sus dos temporadas conformadas por 11 capítulos es una de las mejores historias de policías y ladrones (o bueno, en este caso asesino) que han pasado por mi pantalla.

La trama se ubica en Belfast, Irlanda, hasta donde llega la detective Stella Gibson, enviada desde Inglaterra para investigar el asesinato de una joven, caso que toma relevancia e que interesa se resuelva pronto pues se trata de la exesposa de un personaje público.

Sin embargo, en poco tiempo la detective descubre que este es solo un caso de varios cometidos por un mismo asesino serial, los cuales habían sido pasados por alto por las autoridades quienes habían considerado los homicidios de mujeres como casos aislados.

Así empieza una cacería contrarreloj para encontrar al asesino, quien en sus tiempos libre (o sea, cuando no está acosando, investigando y matando a sus presas) es un hombre de familia, casado, con dos hijos y un trabajo como psicólogo en una clínica pública.

No se preocupen, lo que acabo de describir es sólo el primer capítulo, no hay spoilers. Esa es la temática central de la historia, pero claro, como siempre, termina yendo más allá.

[quote_right]Gilian Anderson, esa actriz que todos conocemos como la agente Danna Scully de X-Files, toma el papel de Stella Gibson y nos presenta a uno de los personajes femeninos más fuertes de la televisión actual.[/quote_right]

Como se ha comentado en este espacio en entregas anteriores, algo que siempre ayuda a que una historia conocida se diferencie de las demás son las actuaciones, y esta no es la excepción.

Gilian Anderson, esa actriz que todos conocemos como la agente Danna Scully de X-Files, toma el papel de Stella Gibson y nos presenta a uno de los personajes femeninos más fuertes de la televisión actual. Stella es fría, calculadora, esquemática, no permite que las emociones se apoderen de ella y nublen su visión o perspectiva de las cosas. Ella toma las decisiones, enfrenta las consecuencias y odia ser la damicela en apuros. Muchas mujeres quisiéramos ser como ella.

Por otra parte, en el papel de Paul Spector, el padre de familia/asesino serial, tenemos a Jamie Dornan, quien empezó en esta serie años antes de saltar a la fama con Fifty Shades of Grey, aunque siendo honestos en esta serie es enteramente diferente y más sexy que en la infame película, en donde, si hablamos con la verdad no lo vemos actuar ni aprovechar esas cualidades que en The Fall saca a relucir para darnos a un homicida carismático al que seguirías hasta el fin del mundo y por el que sufres cuando están a punto de atraparlo.

A esto le podemos sumar una excelente dirección, una fotografía deliciosa y un aprovechamiento del estilo de producción europeo que le da un tono más de película que de serie televisiva.

En la segunda temporada, al fin se nos permite tener frente a frente a Gibson y Spector, en una escena que dura varios minutos en los cuales uno no puede respirar, porque es un verdadero duelo de titanes, close ups, caras, miradas, no más. Perfección.

Si me hacen caso y ven la serie, la cual está completa en Netflix, no se espanten con el final de la segunda temporada, ya que está en producción una tercera entrega la cual saldrá a finales de este año o principios de 2016, y aunque sólo tendrá cinco capítulos, si se parece en lo más mínimo a las temporadas anteriores valdrá muchísimo la pena esperar.