Foto cortesía Binxo Meshi

Ámbar Barrera

@Dra_Caos

En Cholula ocurre una inauguración de arte contemporáneo de manera habitual. En Terminal 205 sucede el brindis y el público platica animado en la entrada. Mientras tanto, afuera, un hombre algo corpulento abre la puerta de un coche y ayuda a bajar a alguien entre las sombras. Luego inmediatamente camina apresurado a la entrada del lugar para anunciar: “Viene llegando la primera dama”.

El personaje tiene la cara de Angélica Rivera impresa en una bolsa de papel que sirve como máscara. Viste un saco rojo, falda negra, medias y zapatillas. Las uñas de carmesí brillante se pueden ver mientras sostiene su bolso beige y levanta el dedo meñique. Es Binxo Meshi interpretando a “La Gaviota” e interrumpiendo la inauguración con un performance de sátira política.

Binxo Meshi no es como tal un artista, sino una propuesta. El nombre hace referencia a una especie de juego de palabras sobre la mexicanidad. Además, si alguien lo viera en una exposición tampoco sabría su nombre, es clandestino, un personaje o una reflexión más que una persona.

Es mejor conocido como “quien interviene en las inauguraciones”. Al principio, camuflajeado entre el público, colgaba banderines mexicanos de papel picado miniatura o pequeños textos. Conforme el proyecto avanza, Binxo Meshi tiene ahora también algunos personajes, entre los que ha presentado a Enrique Peña Nieto y a Angélica Rivera, a los cuales llama “el Pena” y “la Gaviota”. Cada intervención la ha hecho con una intención crítica de algún tema social y político, usando además la sátira y el cinismo como herramientas y como reflejo de la realidad.

La idea de Binxo es mantener oculta su identidad de manera permanente. No tiene interés en recibir un crédito como autor y además considera que así está más seguro por la naturaleza de los temas que toca.

En las instalaciones del IMACP, durante la inauguración de Loreto, la muerte de una comunidad, Binxo, interpretando a Pena (EPN), pegó tiras de papel por todo el lugar que decían “censurado”, además de llevar pegada una fotografía de Carmen Aristegui en la parte de atrás del pantalón, también con un letrero de censura. Censuró también al público y hasta al guardia se seguridad y al curador Michael Murillo.

— Busco interactuar con el público para romper con esa pulcritud de los espacios sacramentados de arte contemporáneo, de romper con esa energía tan vertical, también tan ensimismada y tan hosca. – dice Binxo en entrevista para Lado B.

En ese caso, el policía reaccionó confundido, pues el público estaba tranquilo interactuando con el personaje y además, había muchos que tomaban fotos o grababan video. Eso de cierta manera protege la identidad de Binxo.

— También se trata de burlar la vigilancia de los espacios durante las inauguraciones con ese cinismo, igual de cínico como es el gobierno respecto al arte y a todo.

Foto cortesía Bincho Mexi

En el Museo del Tecnológico de Monterrey se infiltró como una persona más del público durante la inauguración de Génesis. Ser y hacer. Mujeres artistas en Latinoamérica,  y pegó sin que nadie se diera cuenta fotografías de los pechos de una mujer con banderines de papel picado mexicano. Se dieron cuenta hasta el final.

Binxo supone que quien era el encargado de Relaciones Públicas del museo fue a quien más molestó su acción, pues comenzó a arrancar las imágenes y mandó a la gente de seguridad para que buscara más fotos  y las quitaran.

–Lo peor fue que al otro día, subí las fotos a Facebook y me las censuraron, las denunciaron diciendo que eran pornográficas… ¡Y son los del Tec! Son los que supuestamente velan por el arte contemporáneo…

Binxo existe desde el 2013 y ha intervenido en inauguraciones en algunos países de Latinoamérica. En una ocasión, después de enterarse de un premio de arte donde los jueces tenían ya a sus “pollos” artistas, o sea, a quienes favorecerían, decidió colgar por toda la exposición patas de pollo y letreros que decían “cada pollo tiene su pata”, pues en en algunos países hacer la pata significa dar apoyo.

El proyecto continuará indefinidamente y evolucionando. No hay manera de saber cuándo o en dónde hará una intervención. El único contacto posible es a través de su perfil de Facebook donde sube fotos o videos después de sus apariciones.