Lado B
El arte del bordado: subversivo refugio a la colonización
Capilla del Arte ofrece una reflexión sobre las implicaciones centenarias de hacer bordado a través de la obra del chileno Carlos Arias
Por Ámbar Barrera @astrobruja_
01 de junio, 2015
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Foto: Ambar Barrera

Foto: Ambar Barrera

Ámbar Barrera

@Dra_Caos

Carlos Arias es un artista chileno, exiliado por la dictadura desde 1993. Ha trabajado sobre la pintura toda su vida, aunque tiene una faceta semi oculta como bordador desde aquel 1994 en el que se le ocurrió agregar el bordado de un patrón alemán a un paisaje de las cordilleras chilenas.

Carlos Arias fue definido en una dualidad casi antagónica por su curador como el pintor tramposo y desleal, que por envidia al bordador Carlos Arias, no dejo que sus alumnos y el público conociera desde hace 10 años o más, a ese artista bordador.

Carlos Arias, incluso ahora que la importancia de su trabajo con el bordado es tan evidente, continua sosteniendo que él no es bordador, sino pintor, pues le gusta pensar en el bordado como un lenguaje, lo que acerca la técnica más a la pintura que al arte textil.

En un mero ejercicio de reflexión sobre el bordado, Carlos Arias compró un paño completo en San Martín Texmelucan. Su objetivo era reflexionar sobre la jornada de trabajo del bordar que regularmente es muy larga, de 6 a 8 horas para hacer 20 cm cuadrados de bordado.  Con el paño completo, tenía una superficie superior a los 20 metros.

— Le propuse a la tela… – cuenta el artista en la rueda de prensa que ofreció la UDLAP el pasado 26 de mayo – dije, bueno, tú solamente vas a ser bordada cuando seas invitada a exponer, si te invitan a ti como pieza, vas a ser bordada.

Y ese día llegó, aunque la tarea resultaría tan absorbente que encontró una manera de presentar un resultado parcial y continuar con ese gran proyecto durante los siguientes 20 años de su vida

— Decidí bordar un mes al año a partir del 98 y todos los años bordaba en semana santa, navidad… y ya he logrado que esa pieza de 22 metros, ya esté bordada 18 metros.

El hilo de la vida

El hilo de la vida es el nombre de la exposición en la Capilla del Arte de la UDLAP que recoge en un diálogo reflexivo más de 20 años de la obra bordada de Carlos Arias, también catedrático de la UDLAP.

Foto: Ambar Barrera

Detalle de la obra. Foto: Ambar Barrera

El curador para esa ocasión fue Cuauhtémoc Medina, considerado actualmente el mejor curador del país, quien aclaró que la exposición no es una retrospectiva o biográfica o cronológica del trabajo de Arias, sino una reflexión sobre las implicaciones centenarias de hacer bordado.

La exposición está dividida en 7 núcleos temáticos donde se explora la reflexión de Arias desde un ejercicio heterogéneo del bordado como una posibilidad pictórica, hasta las relaciones del bordado con una condición de género y clase social, pasando por las exploraciones de índole sexual, erótica, autobiográfica, escultural y siempre llena de confrontaciones sociales.

— Cuando Carlos Arias explora la figura humana y la sexualidad- dice Cuauhtémoc Medina –interroga los pliegues del bordado con pliegues de la piel y pliegues del deseo en una expresión de órganos sexuales, de copulaciones, de mezclas de piel e hilo que resulta verdaderamente formidable y que creo es uno de los momentos más grandes del arte para mi generación.

La obra que dio el título a la exposición se llama «Jornadas» y es descrita por el curador como “una especie de muro plegable”. Se trata de un trabajo constante que Arias ha bordado durante los últimos 20 años y en los que recoge palabras, frases, imágenes y retratos de su vida, como si de un diario personal se tratara, solo que en vez de papel usa tela y los mensajes se extienden a lo largo de varios metros en distintas imágenes y percepciones estéticas del bordado.

–Como el bordado está históricamente desalojado por la definición del arte y las bellas artes modernas, se volvió un arte con todos los calificativos que le han puesto como menor, doméstico, artesanal y femenino –explica Medina–, el costo de esto es que hay a quien le gusta mucho que el arte quede definido y todo lo que quede fuera de él se pueda aplastar como moscas. El hecho de que en el siglo 17 o 18 se haya condenado algo que era tan crucial como el bordado, le permite  a Arias re-descubrirlo y dotarlo de una variedad de lenguajes para hacer de su trabajo la historia del arte del bordado en las telas mismas. Representa uno de los momentos más interesantes de la subversión de prácticas artísticas de la periferia de los años 90.

El mismo artista define a su obra como táctil y al mismo tiempo, ligado indiscutiblemente al lenguaje de la pintura. Considera que el bordado como técnica tiene vida propia, pues no lo ha visto envejecer como a sus pinturas.

— El bordado no es originalmente indígena –aclara en algún momento el artista–, el bordado viene a ser un refugio a la colonización.

El hilo de la vida permanecerá expuesto en la Capilla del Arte (2 norte 6) hasta el 6 de septiembre y el autor hará recorridos guiados cada martes y domingos.

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Autor Lado B
Ámbar Barrera
Periodista, comunicóloga, fotógrafa, feminista y amante del arte.
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