Lado B
“Aunque sea de maestro…”
 
Por Juan Martín López Calva @m_lopezcalva
15 de abril, 2015
Comparte
Martín López Calva

@M_Lopezcalva

[dropcap]E[/dropcap]l Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (una de las poquísimas instancias que están funcionando dentro de la reforma educativa en marcha-pendiente), presentó la semana pasada al Congreso de la Unión y a la sociedad en general el documento “Los docentes en México. Informe 2015”, donde aporta información sistematizada y análisis acerca de la situación de los docentes en nuestro país y hace recomendaciones muy pertinentes para mejorar su formación inicial y permanente y sus condiciones laborales.

Dentro de este informe del INEE destaca entre otras cosas la idea de que la profesión docente parece estar volviéndose menos atractiva para los jóvenes y que dentro de unos años será mayor el número de profesores que se jubilen del sistema educativo que el de egresados de las escuelas normales del país.

Esta situación de pérdida de atractivo es todo un reto para las autoridades que deberán tomar muy en serio las recomendaciones del informe y establecer las medidas de política pública indispensables para revertir lo que yo llamo el doble déficit docente -el de la cantidad de profesores que se requieren formar y el de la calidad con que esta formación debe hacerse- pero al mismo tiempo representa una oportunidad enorme para regenerar el sistema de formación docente y contar con maestros que tengan la vocación indispensable para emprender esta profesión y la preparación profesional necesaria para asumir las exigencias educativas de la sociedad de la información.

A reserva de ocuparme de otros elementos muy relevantes que aparecen en el informe, presento aquí algunas reflexiones sobre las visiones presentes y necesarias en la cultura docente nacional que se suscitaron en mí a partir de la lectura del informe y en especial de la consideración de esta idea de la pérdida de atractivo de la carrera docente.

A.-La docencia como herencia.

“Algunas profesiones más que otras tienden a transmitirse en forma casi «hereditaria».

Debe resultar obvio que esta transmisión no es explícita y formal, sino informal y difusa, pero bien real, al igual que todas las herencias culturales. Este fenómeno es más frecuente en las sociedades tradicionales, donde el peso de las familias es determinante en las elecciones que hacen los hijos tanto en su trayectoria laboral como social en general… la docencia es una profesión fuertemente endogàmica (es decir, que tiende a reproducirse en el interior de las configuraciones familiares)”. Emilio Tenti Fanfani. La condición docente.

“Los profesores se casan con profesoras y tienen profesorcitos” decía irónicamente un estimado colega en un foro educativo al que asistí. Se refería a lo que Tenti documenta en esta parte de su estudio comparativo de la condición docente en Argentina, Brasil, Perú y Uruguay respecto a la docencia como una profesión altamente endogámica que se tiende a reproducir en las configuraciones familiares, transmitiéndose de forma casi hereditaria –a lo que desafortunadamente contribuía el manejo de las plazas como herencia hasta hace muy poco tiempo (quizá hasta hoy en algunos casos)- y automática.

[pull_quote_right]En efecto, muchas familias de padres no docentes recomendaban a sus hijos estudiar “aunque sea para maestro” porque la formación normalista era hace algunas décadas la más corta de estudiar pues se requería solamente la secundaria para ingresar a ella. [/pull_quote_right]

Aunque el estudio de Tenti es en Sudamérica, la situación no es muy distinta en México donde hasta hace muy poco –y tal vez hasta hoy en algunas regiones y situaciones- las plazas docentes podían literalmente heredarse de padres a hijos, lo que formalizaba totalmente esta situación endogámica de la profesión. La condición familiar de la docencia en México puede fácilmente verificarse cuando uno es invitado a alguna celebración familiar de docentes amigos, alumnos o exalumnos. En estas celebraciones será difícil encontrar una mesa en la que no predominen los profesores.

¿La tendencia que muestra el informe del INEE hacia la reducción de jóvenes interesados en estudiar la carrera docente tiene que ver con que ahora se plantea el examen de oposición para poder acceder a una plaza de profesor en México?

Si esto es así, bienvenida sea esta disminución del atractivo de la carrera magisterial.

B.-La docencia como facilidad de acceso.

“Los padres de familia de aquellos años  muy candorosos decían: “mi hijo estudiará aunque sea de maestro” y lo repetían con tanta sinceridad y franqueza, sin la menor intención de menoscabar y empequeñecer esta noble carrera, y es que en verdad era la profesión mas fácil y corta de estudiar”.

En efecto, muchas familias de padres no docentes recomendaban a sus hijos estudiar “aunque sea para maestro” porque la formación normalista era hace algunas décadas la más corta de estudiar pues se requería solamente la secundaria para ingresar a ella. El informe señala que hubo una etapa de disminución del atractivo de la carrera docente cuando se elevó a nivel superior y se exigió el bachillerato como requisito de ingreso.

Sin embargo, a pesar de que la reforma de la educación normal que se instrumentó en el gobierno de Miguel de la Madrid Hurtado elevó a nivel de educación superior la carrera docente, esta profesión siguió siendo de fácil acceso y para muchos jóvenes de escasos recursos o de comunidades alejadas de las grandes ciudades, prácticamente la única opción de acceder a una formación profesional.

Muchos egresados de bachillerato han seguido hasta ahora estudiando “aunque sea para maestros” ante la dificultad de ingreso a las universidades públicas que además en este tiempo han elevado sus estándares de admisión. Un buen número de egresados de bachilleratos rurales por ejemplo, no cuentan con los recursos para mudarse y mantenerse en una ciudad relativamente grande donde haya una universidad pública y no tienen además el nivel de preparación para poder pasar los exámenes de admisión que han limitado progresivamente el acceso.

¿La disminución del atractivo de la carrera docente entre los jóvenes tiene que ver con que ya no ven a esta carrera como la más corta y la más fácil para poder tener una educación profesional? ¿La disminución del atractivo de la carrera se debe a que cada vez menos jóvenes están dispuestos a estudiar “aunque sea para maestros”?

Si esto es así, bienvenida sea esta disminución del atractivo de la carrera magisterial.

C.-La docencia como profesión.

Papá le decía a su hijo, “estudia aunque sea para maestro, para que empieces a ganar unos centavos; ya después estudias para licenciado”, Juventino Gamelí.

La visión socialmente extendida de estudiar “aunque sea para maestro” tiene de fondo la idea de que ser docente es menos importante y tiene menos nivel que ser licenciado en cualquier disciplina. Esta idea refleja por un lado una cierta sobrevaloración de los títulos de licenciatura pero también una percepción no carente de sustento acerca de la deficiente preparación que brindan las normales respecto a la que se obtiene en las universidades.

El informe plantea como una línea fundamental de recomendaciones el establecimiento de un esquema de “…transformación de las escuelas normales a mediano plazo de manera que algunas de ellas se vayan convirtiendo en verdaderas instituciones de educación superior de mayor tamaño, con altas proporciones de profesores doctorados o al menos con estudios de posgrado, con una mayor proporción de docentes contratados de medio tiempo o, de preferencia, de tiempo completo, y con profesores egresados de diversas disciplinas y de carreras afines a la docencia…” es decir, de una reforma que profesionalice a las escuelas normales para volverlas instituciones de educación superior de alto nivel, que se dediquen a la investigación vinculada a la docencia, para convertirse en “verdaderos laboratorios de enseñanza”.

La paulatina recuperación del estatus social de la docencia es una de las principales oportunidades que puede derivarse de esta pérdida de atractivo de la profesión entre los jóvenes. Dejar atrás la idea de estudiar “aunque sea para profesor” y construir una imagen atractiva y relevante de la profesión magisterial a partir de su progresiva profesionalización puede ser el resultado deseable de esta crisis –doble déficit- siempre y cuando las autoridades tomen muy en serio las recomendaciones del informe y pongan en marcha las políticas públicas que como afirma el informe en sus conclusiones “…aseguren la formación de maestros profesionales, comprometidos, satisfechos y reconocidos por su desempeño. (Porque) La profesionalización docente es la mejor inversión que puede hacerse en el sistema educativo”.

Comparte
Autor Lado B
Juan Martín López Calva
Doctor en Educación por la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Realizó dos estancias postdoctorales en el Lonergan Institute de Boston College. Es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, del Consejo Mexicano de Investigación Educativa, de la Red Nacional de Investigadores en Educación y Valores y de la Asociación Latinoamericana de Filosofía de la Educación. Trabaja en las líneas de Educación humanista, Educación y valores y Ética profesional. Actualmente es Decano de Artes y Humanidades de la UPAEP, donde coordina el Cuerpo Académico de Ética y Procesos Educativos y participa en el de Profesionalización docente..
Suscripcion