Lado B
Los cisnes vuelan sobre México
De cómo unos músicos venidos del post punk y el rock noise ochentero le pusieron broche al Festival Nrmal 2015
Por Diana Edith Gómez @tras_lucido
05 de marzo, 2015
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Tomada de metropoli.com

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Diana Edith Gómez

@dianaegomez

Incomodidad es una de las palabras que bien podrían definir a Swans, la banda neoyorkina que nació en lo ochentas, murió a finales de los noventas y regresó en el arranque la segunda década del tercer milenio. Una incomodidad poética, gráfica, músical, lírica, y porqué no, hasta carnal. Es cierto, nadie es el mismo después de verlos en vivo. La experiencia te deja una cierta jaqueca, una resaca por la inmersión en ese mundo que construyó en torno a si Michael Gira y que resumió, si eso es posible, en dos horas en el cierre del festival Nrmal 2015. ¿Qué pasó exactamente en esas dos horas? aún me lo pregunto. Cómo también me pregunto, no una sino cientos de veces, cómo es posible que existan músicos que pueden, en un chasquido, cambiarte todo.

Que Swans haya tocado por más de dos horas en un festival en México es brutal, pues no se trata de una banda facilmente digerible, tampoco es uno de esos grupos con los que cerrar una borrachera con tus cuates, por el contrario, es una banda de culto, para iniciados, forjados en los subterraneos del post punk ochentero neoyorkino, el más sucio, el más rasposo. Es, de hecho, el ejemplo más claro de cómo debe culminar un verdadero festival. A Swans hay que tragárselos por partes y despacio.

1983 fue el año en el que el ruido que se inició con un EP homónimo, lanzado un año antes, comenzó a cimentarse. Su primer trabajo de larga duración llamado “Filth”, viene tamizado de violencia, de sexo, del Marqués de Sade y de esas benditas repeticiones.

La pregunta en ese entonces era, qué tan sucio y tan oscuro estaba el cerebro de Swans. La respuesta podría encontrarse en los tiempos distorsionados, las guitarras desafinadas y en ese Michael Gira seduciendo el escenario con su pesadez y odio. Sin embargo, el jazz también estaba ahí, convidado a la fiesta de los cisnes, intacto, compartiendo espacio y lineas con ese post punk casi callado. Así que nombres como Chester Burnett y Joy Division estuvieron siempre ahí, en su perfecta terquedad.

Parte del brillo de la banda en esos años estuvo en Sonic Youth, y no es casualidad que estos últimos sean siempre una referencia necesaria para entender mucho de lo que se escucha hoy. Thurston Moore, el líder de Sonic Youth, colaboró con Gira antes de que el desastre de cada uno comenzara.

Un año más tarde, Swans presenta “Cop”, su segundo trabajo de estudio en el que el Heavy Metal está más presente y que explicaría los volúmenes estridentes que permearán todos sus demás trabajos y presentaciones, pero no fue hasta 1988 cuando, con un cover de Joy Division, la banda logra un acuerdo importante con MCA.

En “Soundtracks For The Blind” de 1996, Gira y compañía cesan por un momento su demencia y se dirigen a la serenidad de una paleta de sonidos ambientales oscuros. Y tras ello no sólo bajan los decibeles sino también ponen una pausa a su carrera, y no será hasta el 2010 cuando con “My Father Will Guide Me up a Rope to the Sky”, “The Seer” y “To Be Kind” los cisnes ofrecerán un resumen fabuloso de ese ruidoso, caótico y oscuro pasado.

Pensándolo ahora, pasada ya la vorágine de esas dos horas del banquete musical que ofreció, Swans en México fue la maquinaria de un reloj. Y Michael Gira en el escenario fue el segundero que empujó a los demás, y el que incitó a Christoph Hahn a que sus dedos rasgara sin control ese Lap Steel Guitar que lo devoró todo, sin parpadear apenas.

Y si a alguien hay que darle el nombre de jefe, es a Gira, porque él es el timón y también el padre que se da cachetadas frente a todos mientras sus demás hijos se regocijan en loops interminables.

Las introducciones y finales en Swans siempre serán la base de su estructura, y es en ellas donde comienza la magia, porque mientras esos preambulos parecen estar matando a la audiencia entran en escena dos baterías para romper aún más esos pedazos que nos escupieron previamente.

No existe una comparación sobre este concierto en México. Swans fue como aguantar la respiración bajo el agua no, estos músicos saben a la perfección como incitar, como hacer crescendos, y como ahogarte en ellos.

El NRMAL 2015 cerró sus tres días de su particular oferta musical con una banda épica, que removió todo en el escenario de la forma más espeluznante, y que nos dejó temblando.

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Diana Edith Gómez
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