Lado B
¡Mujer embarazada, no me sirves!
La semana pasada circuló la noticia del despido de una reportara poblana a causa de su embarazo. La información se hizo viral en las redes sociales. De acuerdo con el portal de Aristegui noticias, la reportera “Arlette de la Torre Togán, debido a las complicaciones de su embarazo de alto riesgo”, fue despedida de la revista Líder de circulación local. El hostigamiento laboral en contra de la reportera empezó desde octubre de 2014, el agresor principal fue su jefe Martín Gutiérrez Salvatori.
Por Susana Sánchez Sánchez @
03 de febrero, 2015
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Susana Sánchez Sánchez

[dropcap]L[/dropcap]a semana pasada circuló la noticia del despido de una reportara poblana a causa de su embarazo. La información se hizo viral en las redes sociales. De acuerdo con el portal de Aristegui noticias, la reportera “Arlette de la Torre Togán, debido a las complicaciones de su embarazo de alto riesgo”, fue despedida de la revista Líder de circulación local. El hostigamiento laboral en contra de la reportera empezó desde octubre de 2014, el agresor principal fue su jefe Martín Gutiérrez Salvatori.

<<El testimonio de la reportera indica que el 20 de octubre de 2014 su jefe, Martín Gutiérrez Salvatori, le notificó por un mensaje de texto que estaba despedida, días después de haberle dicho en una reunión que él “necesitaba una persona completa e íntegra, sin que pusiera excusas personales”. La periodista comunicó el 8 de octubre a su jefe el diagnóstico médico de amenaza de aborto, pero este último continuó asignándole coberturas.

Tras el despido, Arlette de la Torre fue advertida por su jefe de la buena relación entre el director de la revista y el alcalde de la ciudad de Puebla, José Antonio Gali Fayad, lo que haría inútil cualquier demanda. “De aquí a que te pelen ya hasta que nació tu bebé” fueron las palabras que recibió la reportera de su jefe, según la información de Cimac>>

El hecho de estar embarazada significa para algunos empresarios una carga o un obstáculo para los procesos de productividad. El desdén empresarial por los trabajadores, es un síntoma del falso ascenso neoliberal que debería suponer un mundo donde la empresa y la iniciativa privadas son el camino o la llave de la creación de la riqueza y eso supondría niveles de vida más elevados y dignos en la vida cotidiana, sin embargo nos topamos con casos como el de Arlette, donde la integridad, la salud -y ya no se diga cómo se siente el trabajador en la empresa- es lo de menos.

La revista poblana de corte político Líder Puebla, ahora es cuestionada y señalada porque existe una denuncia legal de por medio, no obstante, el problema con las mujeres embarazadas en la prensa mexicana, particularmente en la poblana es su tema latente que se mantiene como secreto a voces entre el gremio, a través de las anécdotas de pasillo, de café o de cantina. Lo que homologa las experiencias de aquellas que han decidido embarazarse mientras ejercen como reporteras o fotoreporteras es su amplia carga de trabajo en los últimos cuatro o tres meses de gestación. Las mujeres embarazadas en la prensa entran a un juego de resistencia, aguantar vara es la única forma de sobrevivir en un campo trabajo donde la gente es remplazada a los cinco minutos y todavía hay personas en la fila de espera.

Ciertamente las mujeres embarazadas podrían seguir con su actividad normal, pero cualquier jefe con sentido común tendría que saber que una mujer embarazada en los últimos meses de gestación o con un embarazo de alto riesgo habría que tratarla si no diferente al resto de sus compañeros de trabajo, sí con una carga de trabajo menos pesada, si es que el jefe en turno cuida los intereses empresariales y se quiere ahorrar unos pesos por un posible accidente laboral. Cualquiera con sentido común o que haya aprobado la asignatura de física en la secundaria sabrá que un cuerpo con mayor peso no se desplaza igual que uno más ligero.

[pull_quote_left]La revista poblana de corte político Líder Puebla, ahora es cuestionada y señalada porque existe una denuncia legal de por medio, no obstante, el problema con las mujeres embarazadas en la prensa mexicana, particularmente en la poblana es su tema latente que se mantiene como secreto a voces entre el gremio, a través de las anécdotas de pasillo, de café o de cantina. [/pull_quote_left]

Tal parece que el incremento de carga de trabajo para las mujeres embarazadas son un mensaje tácito para todas las mujeres que entran al gremio periodístico: mujer embarazada, para hacer periodismo no me sirves. Las empresas con tal de ahorrarse la seguridad social de sus trabajadores, llevan a cabo prácticas mezquinas, por ejemplo ejercer una violencia psicológica en contra de las trabajadores, de tal suerte que una embarazada realmente se sienta enferma o inútil en una empresa; otra de las prácticas viscerales de las empresas en contra de sus empleados es la de hartarlos, ponerles zancadillas, de tal suerte que sean los trabajadores quienes presenten su renuncia y así evitar el pago de una liquidación por despido injustificado.

En esta competencia voraz por obtener o permanecer con una chamba o muchas chambas, el mercado requiere de gente responsable, competitiva (o sea, graduada, poliglota, con cinco años de experiencia, actualizada, etc.), sin hijos, sin enfermedades, dispuesta a ganar lo que sea, el chiste es tener chamba y no andarse quejando de que no tiene prestaciones.

Estar embarazada parece la mayor crisis en estos tiempos, aunque en realidad la vulnerabilidad de los trabajadores no es una cosa de mujeres embarazadas (claro, agudiza más el problema), nos pega a todos. ¿Le suenan las preguntas: ¿disponibilidad de horario?, ¿disponibilidad para viajar?, ¿tiene algo que le impida trabajar? ? Pues no son gratuitas. Actualmente a los empleadores lo que les interesa es ver que tan fácil pueden contratar a alguien y que tan fácil pueden despedirlo.

Ante esas preguntas, las empresas desechan casi en automático a las mujeres embarazadas, a las mujeres con hijos, a los enfermos o a los alborotadores que andan moviendo a sus compañeros de trabajo para exigirle al dueño mejores condiciones laborales. Todos ellos representan gastos y tiempo para las empresas, lo más sencillo es deshacerse de los “obstáculos” a través de algunas prácticas mezquinas que ya les conté.

Yo que sepa Nadie en una entrevista de trabajo tras escuchar preguntas que tienen que ver con su vida privada o con la administración de su tiempo, le dice a la empresa contratista:

¿Me pagará puntual cada quincena?

¿Respetará mis horarios?

¿Tendré un salario digno que me permita mantener a mí mismo y a mi familia?

Eso de disponibilidad de horario y de movilidad, ¿corre por cuenta de la empresa o por la mía?

¿Me pagarán por trabajar o pagaré por trabajar?

En fin, espero que Arlette tenga suerte con la demanda que presentó contra su jefe ante la Junta de Conciliación y Arbitraje de Puebla. Desde esta trinchera un aplauso para ella, pues muchos desisten en presentar demandas laborales, sobre todo ante este burocratismo que requiere de paciencia y resistencia.

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