Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

La declaración de Noé es clara: a uno de sus compañeros se le acercó el chofer y escolta personal del alcalde de Medellín de Bravo (Omar Cruz Reyes), de apellido Meneses, de parte del edil, “que si le podía hacer un favor muy especial (…) diciéndome que le comentó que tenía que desaparecer a una persona de nombre Moisés Sánchez, que era taxista de ahí de la localidad. Que porque le andaba estorbando en sus, en su comunidad y en sus labores de presidente municipal”.

La voz de Noé Rodríguez fue reproducida durante una rueda de prensa el domingo por la noche, a cargo del titular de la Procuraduría General de Justicia (PGJ), Luis Ángel Bravo Contreras, en la que confirmó el asesinato de Moisés Sánchez Cerezo, periodista secuestrado el 2 de enero de 2015 en su domicilio del municipio de Medellín de Bravo, en la zona conurbada del puerto de Veracruz.

El Procurador dijo que Noé Rodríguez, actualmente detenido, dijo que la muerte del comunicador la realizaron por encargo directo del chofer del edil, “a cambio de protección policial para que su banda pudiera realizar la venta de droga en ese municipio sin problema alguno. En esa misma declaración”.

Al rendir su declaración, Rodríguez explicó que desde mediados de diciembre de 2014 ya no podían trabajar vendiendo drogas en el municipio de Medellín, porque Moisés Sánchez “empezó a alborotar ahí el panal, ya no se pudo trabajar, porque el señor Moisés Sánchez empezó a alborotar ahí el panal, pidiendo mayor presencia policiaca, por la inseguridad que había ahí”. También contó cómo secuestró a Moisés, junto con sus compañeros “el Moy” y “el Harry”, y cómo este último le cortó el cuello, “y ya me dijo textualmente: ya cumplimos con la orden que había dado el señor alcalde de Medellín de Bravo. Y yo le contesté bueno ahora tú has contacto con Meneses para que sepa, y cumpla con lo que prometió.” El detenido dijo que al día siguiente del asesinato se enteró que Moisés Sánchez no era solamente un taxista, sino que también era periodista, y se espantó, llamando a sus compañeros y diciéndoles “ya vieron el pedote que se ocasionó por el señor Moisés”. Supuestamente, “el Harry” le respondió que iba a hablar con Meneses, el chofer del alcalde, “para ver si el alcalde paraba la bronca”.

[quote_box_right]El cuerpo de Moisés, como tal, no ha sido identificado, pues según Bravo Contreras, estaba ya degradado y muy lastimado. Lo que se hizo fue cotejar la huella digital del acta de matrimonio del periodista con las de la mano del cuerpo, encontrando 35 coincidencias entre ambas –de acuerdo a la PGJ, las normas internacionales piden un máximo de 16 coincidencias–.[/quote_box_right]

Actualmente, Martí López Meneses, chofer y escolta personal del alcalde Omar Cruz Reyes, está arraigado. Hay otros dos policías arraigados, contra quienes se solicitará orden de aprensión: José Francisco García Rodríguez y Luigi Heriberto Bonilla Zavaleta. Hasta el momento está legalmente detenida una persona y se solicitarán otras órdenes de aprensión en contra de otras personas cuyo nombre se reservó el procurador, “por razón de que se me pueda a mí escapar alguien de estas personas”.

El titular de la PGJ dijo que solicitará al H. Congreso del Estado de Veracruz el juicio de procedencia contra Omar Cruz Reyes, presidente municipal de Medellín de Bravo, en virtud de que goza de fuero constitucional que impide actuar a la autoridad ministerial de manera inmediata en su contra, por su probable responsabilidad en posible grado de autoría intelectual en el homicidio doloso calificado de Sánchez Cerezo.

En la rueda de prensa, el procurador veracruzano dijo desconocer si los presuntos asesinos de Moisés Sánchez están vinculados a algún cartel, argumentando que su dependencia no es competente para conocer delitos que tengan que ver con la delincuencia organizada, pues son delitos del fuero federal. “No es competente la Procuraduría ni la Fiscalía de Veracruz para conocer de hechos que tengan que ver con cárteles o con cosas de delincuencia organizada, son delitos federales.”

El cuerpo de Moisés, como tal, no ha sido identificado, pues según Bravo Contreras, estaba ya degradado y muy lastimado. Lo que se hizo fue cotejar la huella digital del acta de matrimonio del periodista con las de la mano del cuerpo, encontrando 35 coincidencias entre ambas –de acuerdo a la PGJ, las normas internacionales piden un máximo de 16 coincidencias–. Hasta el momento se está a la espera de que los peritos especializados de la Procuraduría General de la República (PGR) confirmen con pruebas genéticas que es el cadáver del comunicador.

A la pregunta expresa de una reportera del motivo del asesinato de Moisés, si estaba vinculado con su ejercicio periodístico, el procurador respondió claramente que “se puede decir que (el asesinato de Moisés) fue por hacer uso de su derecho a la libertad de expresión.”

En menos de un mes ya ha sido asesinado un periodista en una de las entidades más peligrosas del país para ejercer labores de información: durante el gobierno de Javier Duarte de Ochoa, han sido asesinados 11 comunicadores.