Jerónimo Villa

@Jerome_Vil

La hora y el lugar equivocado, dos circunstancias que marcan la tragedia. Así fue para Juana y Angélica Macuil Cóyotl el sábado 21 de junio, cuando iban pasando en el momento en que sus vecinos en Cacalotepec, San Andrés Cholula, se manifestaban contra la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA).

Iban al médico pero ya no llegaron porque al comandante de los 150 granaderos que estaban ese día se le ocurrió ordenar la detención de Juana. Su hija Angélica protestó y también se la llevaron a ella.

Hace menos de un mes que salieron de prisión tras pagar una fianza de 480 mil pesos, su familia tuvo que vender todo lo que pudieron y pedir prestado. También deben los honorarios de su abogada. Juana perdió su trabajo como asistente doméstica y con tremenda deuda está prácticamente en la calle.

–Yo les dije que mejor me dejaran dentro, ese dinero ¿de dónde? -dijo Juana de 43 años de edad a los asistentes al Foro «Cuidado y Defensa del Territorio Frente a Políticas Depredadoras», en la Ibero Puebla.

Vestida de manera sencilla, una blusa y suéter naranja con pantalones de mezclilla, Juana llegó tarde al evento y sentó en la orilla izquierda, su hija a su lado. Juana es madre soltera de cuatro: Angélica, de 21 años; David, de 16 años; José Miguel, 13 de años, y Álvaro de tres. Los tres varones tuvieron que vivir cuatro meses sin ella. El más pequeño no pudo entrar al preescolar, porque los gastos de la familia de Juana no lo permitieron. Y el más grande tuvo que vender gelatinas para ayudar a la manutención de sus hermanitos.

[quote_box_right]A Juana ninguna organización política o social la ayudó. Sólo su familia. Sin embargo, aún no termina la tragedia pues existe la posibilidad de que la acusen de participar en la protesta del 20 de junio, un día antes de su detención.[/quote_box_right]

Angélica tenía la ilusión de entrar a la universidad ese año, no pudo porque estuvo en el Centro de Readaptación Social (CERESO) de San Pedro Cholula acusada por los delitos de motín y ataques a las vías públicas. Igual que su madre.

Y aunque han sido muchas las protestas por la implementación de la RUTA, debido a los pagos dobles con la tarjeta de prepago, la falta de camiones o que no les permiten llevar bultos, sólo ese 21 de junio arrestaron a ocho personas: cuatro hombres y cuatro mujeres.

–Yo no soy una presa política porque no pertenezco a ningún grupo político.

El coraje se le sube a Juana en la voz. Y tiene razón, los mismos académicos de la Universidad Iberoamericana dicen que muchos de los más de 50 detenidos durante el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas, fueron aprehendidos por participar en movimientos sociales y no por sus creencias o prácticas políticas. Eso los haría presos sociales.

A Juana ninguna organización política o social la ayudó. Sólo su familia. Sin embargo, aún no termina la tragedia pues existe la posibilidad de que la acusen de participar en la protesta del 20 de junio, un día antes de su detención.

–Yo ni sabía que protestaron ese día, fue hasta que llegó mi hijo y me contó.

Pero eso no les importa a las autoridades, porque así como Juana y Angélica hay media centena de personas que está o pasó por la cárcel luego de oponerse al gobierno estatal.

El 9 de julio en San Bernardino Chalchihuapan, en el municipio de Ocoyucan, también la policía estatal detuvo a cuatro hombres y luego los liberó porque sus abogados demostraron que estaban en prisión en el momento en que se desató la trifulca que dejó como saldo a un niño muerto, José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, y varias decenas de heridos. Los hombres iban pasando por el lugar al momento de la manifestación por la salida del registro civil de la comunidad: hora y lugar equivocados de nuevo.

Juana Macuil llegó a una conclusión de todo esto: Moreno Valle Rosas es un dictador, no un gobernante, porque no le importa hacer daño a la gente humilde como ella, que trabajan para ganarse el sustento, y no que tienen todo como él.