Lado B
Por los jóvenes y las mujeres, México no se puede perder: Solalinde
México es una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, y quienes cruzan son vulnerables a agresiones tanto del crimen organizado como de los cuerpos de seguridad nacional: Moreno Villa
Por Aranzazú Ayala Martínez @aranhera
16 de octubre, 2014
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Aranzazú Ayala Martínez

@aranhera

“Lo que pasa en México no son hechos aislados. Tlatlaya, Ayotzinapa… no podemos pensar que no tiene que ver con la migración, con todo lo que pasa”, dijo el sacerdote Alejandro Solalinde Guerra durante su participación en el XI foro de Derechos Humanos del Sistema Universitario Jesuita, que inició este miércoles 15 de octubre en la Universidad Iberoamericana Puebla.

Durante el panel “Migrantes en movimiento y la esquizofrenia de la política migratoria” –en el que participaron también el jesuita Rafael Moreno Villa e Irazú Gómez, del programa migratorio del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría, de la casa de estudios poblana– Solalinde habló del contexto actual de la migración en el marco de la situación que atraviesa México. La migración, dijo, no es algo fortuito, sino que se enmarca en el contexto del modelo neoliberal capitalista “que ha generado un orden equivocado”.

El primero en tomar la palabra, después de la introducción de Irazú, fue Moreno Villa, quien dijo que México es el país que tiene la mayor expulsión de emigrantes a nivel internacional, y donde también está la frontera con mayor tránsito (la norte, vecina con Estados Unidos). Él se centró más en la política migratoria del Estado, a la que describió como “esquizofrénica”. Pese a las altas cifras de expulsión de connacionales, en 2012 el país sólo aceptó 178 solicitudes de personas refugiadas, y en 2013 bajó a 157. Números que, dijo, son mínimos. Y la migración irregular que llega al territorio nacional no equivale ni al 1% del total de la población.

Según los datos oficiales compartidos por Moreno Villa, recabados por distintas organizaciones internacionales, México es también una de las rutas migratorias más peligrosas del mundo, y todos los que cruzan son vulnerables a agresiones tanto del crimen organizado como de los cuerpos de seguridad nacional, además de ser propensos a la explotación laboral, trata de personas y a sufrir accidentes mortales en el desierto, en el tren de carga conocido como “La Bestia”y al cruzar el Río Bravo.

Moreno Villa denunció que por una parte el Estado Mexicano firma convenios y se dice apoyar e impulsar leyes a favor de los Derechos Humanos, presentándose como un defensor de los paisanos que están en Estados Unidos, pero por otra parte “por la esquizofrenia, ese mismo gobierno, promueve correcciones o reservas en esos mismos convenios en contra de los derechos de los migrantes”. “México es el principal país expulsor de migrantes en el mundo, pero también es el país de mayor tránsito en el mundo y ahí no es coherente con su política.”

¿Y en qué consiste esta política? El Estado ya ni siquiera defiende a los mexicanos en el extranjero y ataca a los de paso, sino que ha desarrollado lo que Moreno Villa llama una “política de lobo con piel de oveja”. La situación “se ha agravado porque el país ya no está defendiendo a los emigrantes mexicanos”, y el gobierno tiene un discurso humanitario de supuestamente querer proteger a los centroamericanos, pero en realidad les hace la vida más complicada.

Desde la implementación del Plan de la Frontera Sur, ha sido más difícil para los migrantes centroamericanos atravesar México, por lo que cada vez buscan con mayor frecuencia rutas menos visibles, más largas y peligrosas, donde necesitan la ayuda de “coyotes”, lo que los vuelve más vulnerables. Pese al endurecimiento e hipocresía de las políticas migratorias del gobierno, Moreno Villa concluyó que el flujo de migrantes no va a poder detenerse si las causas estructurales del mismo no se resuelven.

México todavía tiene futuro: Solalinde

“A nivel nacional las cosas están tremendas. Tenemos un Estado roto, sin contenido. Un Estado que no gobierna, porque no gobierna. Finge que gobierna, simula que gobierna. Administra los problemas, pero administra sobre todo la lana”, dijo el sacerdote, después de que el auditorio repleto escuchara las palabras de Rafael Moreno Villa en el primer panel luego de la inauguración del encuentro que reúne por tres días a activistas y defensores de todo el país.

Al hablar de la situación de los transmigrantes en el país, Solalinde se centró sobre todo en el trasfondo de lo que provoca la migración, y enfatizó que los migrantes “seguirán migrando” en tanto no sean atendidas las causas de fondo que impulsan a la gente a irse de sus países de origen. En lo que respecta a México, dijo, el Estado se limita a administrar los problemas, y principalmente el dinero. “Todo México somos recursos al servicio de ese poder fáctico que es el dinero”.

Como sociedad en general, comentó, no queremos entender que no hay cabos sueltos, que todos somos migrantes. Y la solución a esta crisis que azota a todo el país y se ve reflejada en los abusos que sufren todos los que intentan cruzar el territorio nacional para buscar una mejor vida en Estados Unidos “no va a venir de arriba”. “Eso descártenlo”, porque es imposible que el corazón de bolsillo y la visión de moneda de los políticos cambie. Los cambios profundos vienen de la sociedad civil, dijo Solalinde, y principalmente de los sectores emergentes más fuertes que son las mujeres y los jóvenes.

“México no se puede perder por dos factores: por los jóvenes y las mujeres. Pese a la barbarie, no se puede perder”, aseguró el sacerdote. Aunque el panel en general mostró un panorama complicado pero realista en cuanto a la situación que atraviesa México, la cual sufren tanto nacionales como extranjeros en sus travesías hacia Estados Unidos, Solalinde acabó con un mensaje de esperanza pero también de responsabilidad. Al final, cuando recibió el aplauso del público, agradeció pero reconoció que con la admiración de los demás “no vamos a cambiar México”. “Lo que le toca a cada uno, cada quien lo tenemos que hacer”.

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Autor Lado B
Aranzazú Ayala Martínez
Periodista en constante formación. Reportera de día, raver de noche. Segundo lugar en categoría Crónica. Premio Cuauhtémoc Moctezuma al Periodismo Puebla 2014. Tercer lugar en el concurso “Género y Justicia” de SCJN, ONU Mujeres y Periodistas de a Pie. Octubre 2014. Segundo lugar Premio Rostros de la Discriminación categoría multimedia 2017. Premio Gabo 2019 por “México, el país de las 2 mil fosas”, con Quinto Elemento Lab. Becaria ICFJ programa de entrenamiento digital 2019. Colaboradora de “A dónde van los desaparecidos”
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