Lado B
Hablemos de aborto (4o lugar)
Por Lado B @ladobemx
12 de octubre, 2014
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Zoraya R.
22 años y 7 meses, estudiante de Psicología.

Atlixco, Puebla.

Me parece imperante hablar, tratar, visibilizar y sobre todo: actuar  en cuanto al tema del aborto. Ya que si bien son miles las mujeres que, por diversos temas desean ser madre, también hay una enorme cifra que no desea serlo o no desea tener más hijos. Entre estos dos tipos de mujeres (la “santa madre” y la “perra” que “abandona” a sus crías) se encuentra una situación sumamente violenta la cual ha logrado dejar muerta a más de una de esas “malas” mujeres con justificantes tan cerradas y mediocres como “se lo merecía”. Es necesario hacer conciencia, gritar, pelear, lograr… no solo para nosotras, no solo para nosotros… también para esas nuevas generaciones que vienen deseosas de una visión del mundo… una visión más sana, más positiva y con más opciones. De algún modo yo quiero dejar mi granito de arena para que, quienes estemos aquí y ahora empecemos a vivir de un mejor modo y para que, quienes estén por llegar encuentre un lugar que los acoja en mejores condiciones. Después de todo bien dice Eva Amaral “Somos demasiados y no podrán pasar por encima de la vida que queremos heredar”

 

Revolución

Cita un viejo refrán que “uno no puede hablar más que de lo que conoce” es por ello que yo, aquí plasmare lo que eh visto durante mis 22 años de estancia en este mundo… en este estado… este pueblo que tanto y tan poco me ha dado, que tanto y tan poco me ha enseñado de todo y de nada… este pueblo que es mi pueblo, mi hogar y mi pequeño mundo dentro del mundo. Durante mucho tiempo, viviendo dentro de una comunidad que aun goza con bastante ruralidad eh podido disfrutar las ventajas que tiene un paisaje semi urbano adornado con el Popocatepetl y la iztaccihuatl durmiendo a su lado. La tranquilidad, el cielo claro, el buen clima y el señor popo observándonos.

Sin embargo y a pesar de lo rica que es mi tierra también eh podido ver de lo que carece. Mi comunidad, rodeada de belleza y tradiciones que vale la pena perpetuar y no dejar en el olvido tiene sus puntos ciegos y sus deficiencias: la pobreza de unos, la falta de educación de los otros, los dogmas de unos cuantos más, los estigmas y los prejuicios. Entre ellas (creo yo) de las mayores y más importantes deficiencias esta la educación sexual que se nos imparte de la cuna a la mortaja. Aquí de sexo no se habla en casa (o casi no) porque “no vaya a ser que a los hijos se les alboroten las ideas” o que las hijas “se vayas de locas por ahí” pero siempre les dejaran en clarito (quien sabe de qué modo) que el mejor hombre “el más macho” es el que se “coge” a todas el que trabaja, se va de parranda y se la juega el todo por el todo, “el más macho” es “el que más chinga”. La mejor mujer por otro lado sigue siendo aún la más devota, la más calmada, “la que lleva su cruz” la que no habla ni sabe de sexualidad y mucho menos la ejerce con todas sus letras y variables: la fiel y sumisa. Y el asunto dentro de las escuelas no mejora, ni para ellos, ni para ellas: todo se limita a dar una o dos clases o pseudoplaticas que se remiten a lo mismo de antaño: menstruación, eyaculación, vagina, pene… fisiología al fin y al cabo. Los jóvenes, obviamente curiosos y habidos de hormonas y ganas de conocer buscan por otros medios lo que sienten les hacen falta, internet, televisión, amigos, revistas. Y ahí está el asunto: gente joven, confundida y bombardeada de información contradictoria que tiene más dudas que certezas, más incapacidades que herramientas y las hormonas ávidas de nuevas experiencias.

Me ha parecido importante mencionar todo lo anterior porque, al final eso es, por lo menos para mí el origen de esta y muchas otras problemáticas que existen: gente joven y confundida, gente joven y con hambre, gente joven y sin educación que luego se trasforman en adultos prejuicioso eh incompletos, en adultos que repiten los mismos dogmas y las mismas conductas. No todos están (o estamos… me gusta incluirme) siguiendo ese mismo esquema (no por lo menos en todos sus aspectos) pero existe una gran parte de la población que lo hace y eso es por demás preocupante.

Lo que eh podido observar a lo largo de todos mis años de escolaridad es que la educación que se da (a quienes logran llegar a las secundarias y preparatorias) en cuanto a sexualidad es muy pobre. Se les llega a dar la ya mencionada platiquita y una tira de condones a cada quien (que, claro está, acabaran en malos chistes y de globos por todo el salón de clases) y no hay más.

Eh aquí toda mi cuestión: en mi educación escolar (y cabe mencionar que en la de casa también) hubo (lo que es para mí) una educación sexual deficiente que me brindo poca información de todo y a lo mucho una o dos menciones superficiales del aborto y no más,  lo demás bien lo habría podido oír y creer de la tele o los amigos (que obviamente lo satanizan)… sin embargo siempre eh tenido cierta inclinación averiguar un poco más.

Llegando a la universidad poco a poco, pregunte, investigue, me sumergí en internet y en libros, intente discernir entre la información que es verídica y confiable y la que no. Entre toda la información que encontré me eh podido dar cuenta que muchas mujeres abortan y lo hacen todos los días, esto por debajo del agua claro esta… de hecho me hubiese gustado iniciar este trabajo dando una cifra de cuantas mujeres mueren al año por abortos clandestinos, y cuántos de estos abortos se realizan. Buscando en internet y ningún dato se me hizo fiable… pensaba “si son clandestinos es obvio que los números que se presentan aquí están viciados o no son del todo ciertos” así que acabe pasando de esta idea de dar números exactos… lo que se me hace muy real y cierto es que (a pesar de no contar con una cifra) el número de mujeres que pasan por esto es enorme. Día tras día las mujeres se embarazan y abortan. Lo triste de esta verdad no es otra cosa que las leyes “antiaborto” que no lo impiden y solo hacen que se viva clandestinamente y con miedo y que condenan a la falta de atención médica o al encierro a las mujeres que son descubiertas, todo esto además del subsecuente escarnio público.

Miedo, muerte, dolor, escarnio… es lo primero que se piensa cuando se toca el tema del aborto. Y aquí está de nuevo: gente confundida y prejuiciosa que no cuenta con las herramientas necesarias para una sana sexualidad y que le teme o aborrece el aborto. La solución: “no lo abortes, tenlo, lo vas a querer luego” “te arrepentirás toda la vida si lo matas” “si te quedas embaraza es tu culpa por abrir las piernas” “no seas estúpida y encárgate de tus errores” “si no lo quieres regálalo o  dalo en adopción”. “Es mejor una vida dudosa que matar a un niño que no tiene la culpa” alguna vez me sentencio muy fuertemente un amigo mío al decirle que hay demasiadas mujeres sin los recursos o deseos necesarios para ser madres y demasiados niños en las casas hogar, en las calles, en los basureros, en casas donde hay maltrato y violencia. Conozco mujeres que tienen su rostro, su historia, sus dolores y han estado sin mayor guía, teniendo sexo sin protección y embarazándose sin mayor conciencia de lo que implica ser madres, teniendo así hijos a quienes desatienden y dejan a sus expensas para que este círculo se repita. Claro, también eh conocido mujeres con la fuerte convicción de ser el mejor tipo de madres que puedan ser a pesar de que las situaciones en las que este acontecimiento se dio no fueron óptimas. Sin dudas también hay mujeres en mi vida que no desean tener hijos, o que no los quieren ahora. Mujeres que trabajan, estudian etc. Todas ellas tienen su historia personal, sus motivaciones, sus razones y deseos y todas son válidas. La cuestión aquí es que, como ya lo eh leio tantas veces, al final la maternidad ES UNA DECISIÓN, NO UNA OBLIGACION. Bien dijo Simone en el segundo sexo que “la gestación es una labor fatigosa que no ofrece a la mujer un beneficio individual” aclarando que ese punto de vista era meramente fisiológico, que la maternidad puede ser psicológicamente beneficiosa  y gratificante para las mujeres. Eh aquí algo que yo tomare como una dualidad… INDIVIDUALIDAD y COLECTIVIDAD… colectivamente se existe la idea de que la mujer “DEBE” ser madre. Individualmente es obvio que cada mujer piensa diferente “el “instinto materno” es algo que inventaron un montón de viejos locos y viejas que los secundaban” siempre me decía una vieja amiga seguido de un “ser madre en los seres humanos ya no tiene nada que ver con sus mentados “instintos”… es una decisión que se debe tomar seria mente y no al chingadaso de ah “sí, bueno, ya te embarazaste, ahora te haces cargo del escuincle… que tú y el mal coman, mal duerman y mal vivan no es nuestro problema… eso te mereces por abrir las patas” ¡bonita cochinada! ¡Están mal de su cabeza!” Y de ahí deviene un par de preguntas enormes ¿Por qué la mujer que ha decidido ser madre es más valida que la que ha decidido no serlo? Ni la una es “una santa” ni la otra “una criminal”… se debe entender que solo están ejerciendo el libre albedrio sobre su cuerpo. Y yo entiendo muy bien que existen muchos métodos anticonceptivos hoy en día… pero, ni todas las mujeres tienen los recursos (culturales, intelectuales, económicos, etc.) necesarios ni todas se acoplan a los métodos que existen hoy por hoy. Además, siendo realistas: para quienes deseamos ser madres en un futuro los anticonceptivos quirúrgicos aun no son opción, los de barra, caducan, se rompen, se olvida. Las pastillas se pierden o no se toman a tiempo (o ni siquiera se toman… sin mencionar, por supuesto la enorme carga hormonal que representan los métodos anticonceptivos hormonales) y el dejar de tener sexo se me hace de lo más irreal que se pueda mencionar (para empezar y por la sencilla razón de que todo ser humano tiene derecho a vivir y disfrutar su sexualidad de manera plena y sana) es así de simple: ni nos vamos a despertar todas siendo asexuales para mañana, ni se va a poner de moda el celibato y tampoco hay método anticonceptivo 100%

Desde mi perspectiva y hablando de mi puedo decir que (por problemas de salud) los métodos hormonales no son opción para mí. Tengo bien plantada la idea de que prefiero abstenerme de esa bomba hormonal que me simbolizan y sus consecuencias (que en lo personal y en mi se me hacen terribles) y si bien tengo el deseo de ser madre, si quedara embarazada en estos momentos estoy segura de que abortaría. No por egoísta, no por “asesina” o por “puta”… simplemente porque sé que no estoy de ninguna manera preparada para recibir a otro ser humano, porque sé que es la mejor decisión posible, porque siento que nadie de quien critique esa decisión mantendrá y criara a ese hijo y porque no estoy dispuesta a arrojar a un ser humano a este mundo solo para que tenga una calidad pésima de vida. Lo puedo hacer porque sé que es un proceso que puede hacer sin riesgos ni complicaciones, porque me eh puesto a investigar, porque entre tanta mujer que eh conocido ha habido algunas que han abortado y siguen aquí y siguen de pie y están bien y seguras de haber tomado la mejor decisión. El único fin de mis afanes en cuanto a este tema es poder, de algún modo mi granito de arena para que la gente vea que hay más opciones y que el león no siempre es como se lo pintan.

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Mira los otros trabajos:

1er lugar. Yazmin Yolanda Sandoval García

2o lugar. Isabel Partida

3er lugar. Rosa Borrás

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