Lado B
En la cama con Elissa
Una de las obras que lleva más tiempo en la cartelera del teatro poblano, que ha pisado diversos escenarios a lo largo de los últimos cinco años y que ha logrado incluso utilizar al entrañable personaje que presenta para protagonizar otros montajes, es En la cama con Elissa.
Por Josué Cantorán @josuedcv
23 de octubre, 2014
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Josué Cantorán

@josuedcv

[dropcap]U[/dropcap]na de las obras que lleva más tiempo en la cartelera del teatro poblano, que ha pisado diversos escenarios a lo largo de los últimos cinco años y que ha logrado incluso utilizar al entrañable personaje que presenta para protagonizar otros montajes, es En la cama con Elissa.

Se trata de un monólogo escrito por el dramaturgo Israel Macuitl, quien también da vida al personaje de Elissa Ruth Rebeca Resnikoff, una mujer judía de familia tradicional nacida en Jerusalén pero llegada a México desde pequeña ante la violencia desatada por el conflicto de ocupación en su sitio de origen.

Elissa se encuentra en su habitación y cuenta algunos de los detalles más íntimos de su historia a la audiencia que va a verla, desde los inicios de su vida familiar hasta los episodios más contemporáneos de su vida, intercalando temas como la sexualidad, la idiosincracia de la comunidad judía en México y hasta asuntos políticos de actualidad.

En la cama con Elissa es un montaje que rompe la cuarta pared desde el inicio y la interacción con el público se da a lo largo de todo el texto, de ahí que funcione mejor cuando se presenta en sitios pequeños, como bares, donde el actor puede hacerle preguntas al público y hasta entablar breves conversaciones con los miembros de la audiencia que sepan seguir el paso de sus bromas.

El montaje está realizado a modo de farsa, pues el personaje de Elissa, interpretado por un hombre, utiliza por momentos una jerga que se identifica con la comunidad gay y no coincide del todo con el de una mujer judía tradicional.

Eso no significa, sin embargo, que se trate de un texto menor. En realidad es un libreto muy inteligente que aunque sabe hacer reír no sólo a través de los chistes fáciles y vulgares, también logra contar una historia y presentar a un personaje que de tan bien construido que se vuelve de inmediato entrañable.

La comedia no sólo se logra, como ya se mencionó, a través de los elementos fáciles, como el hecho de que se trate de un actor travestido haciendo con exageración de maneras a un personaje femenino.

Parte del resultado de la obra se logra por la audacia del actor principal, que ya acostumbrado a su personaje y en total comodidad tras haberlo interpretado por tantos años, Israel Macuitl puede darse el lujo de jugar con el público siempre en personaje, siempre creíble y siempre teniendo en su poder el último chiste a contar.

En el teatro mexicano de las últimas décadas abundan los ejemplos de obras de farsa cuyos personajes de señoras presidentas o cavernícolas les otorgan temporadas larguísimas incluso de años y años.

Quizá ese mismo caso sea en Puebla el de En la cama con Elisa, una obra que no redefine el teatro ni arriesga más de la cuenta, ni lo pretende, pero una obra que hay que ver una vez, por el puro placer de la risa.

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En la cama con Elissa

De: Israel Macuitl.

Reparto: Israel Macuitl.

Dirección: Enrique Escalera.

Se presenta este miércoles 29 de octubre en El Breve Espacio (7 Norte #8 Centro).

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El viernes pasado no se publicó esta columna que reseña semana a semana una puesta en escena en Puebla. Pero, en lugar de ello, realicé un reportaje con el que busqué documentar la situación actual del teatro independiente local. Agradezco las entrevistas de José Carlos Alonso (Tetiem), Luis Manuel Cabrera (Teatro Melpómene), Mónica Ponce (El Taller) y Amancio Orta (CCU). El reportaje “El teatro en Puebla, sin público ni políticas públicas” puede leerse aquí.

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