* Mtro. Javier Egea Ortega

[dropcap]H[/dropcap]ace unas semanas acudí a una estación de radio para buscar una respuesta a un tema que está muy de moda por su impacto social y su gran relación con la tecnología: ¿Los celulares nos acercan a los lejanos, pero nos alejan de los cercanos?

Y es que seguramente te ha pasado que al estar en una reunión social o de trabajo, encuentras varias personas que están leyendo la pantalla de su teléfono celular, tablet o laptop y muy probablemente la comunicación entre los presentes es casi nula. Incluso tal vez te has sorprendido realizando lo mismo aun cuando estés con tu pareja, tus mejores amigos o con la familia.

Este nuevo fenómeno social es popular en casi todo el mundo y por eso se llega a la conclusión de que la tecnología nos aleja de los cercanos porque tal vez más de uno de los que te acompañan está “chateando”, “twitteando”, “facebuqueando”, “whatsapeando” con una persona que está en otra Ciudad o País.

Quienes amán la tecnología justifican ampliamente las ventajas que ofrecen estos aparatos: “estoy chateando con mi novia que se fue de vacaciones”, “mira estoy haciendo una video conferencia con mi papá que está fuera del país”, “¿Cómo ves la foto que me acaba de mandar mi primo que vive en el norte?”, etc., motivos para establecer contacto con personas que físicamente no están en el mismo lugar a través de alguno de estos aparatos, nunca acaban, pero ¿Qué hay de los que te acompañan físicamente dónde estás? ¿Se sienten bien? ¿Están cómodos? ¿Se está cumpliendo el motivo por el que se reunieron?

En el programa al que me invitaron había adolescentes, profesionistas, amas de casa, personas de edad avanzada, etc., y cada quien defendía su punto de vista de acuerdo a sus expectativas, necesidades y gustos.

A mí me invitaron porque trabajo para una empresa de telefonía celular y por la experiencia que tengo en la misma, me asignaron el papel de abogado defensor de la tecnología, sin embargo aun cuando con ese servicio me gano la vida, no puedo vendarme los ojos y negar que es incómodo estar en reuniones de cualquier tipo, donde no puedes “acercarte a los cercanos” para socializar con ellos porque están en contacto con una o varias personas a muchos kilómetros de distancia. Claro yo también lo he hecho y en más de una ocasión mi esposa o algún miembro de la familia me dirigen un “mjum jum” o cualquier otro sonidito que me hace consciente de que ya me “desconecté” de ellos y “regreso” al lugar donde me encuentro.

Pero para dejar claro mi punto de vista en el programa radiofónico, acudí al mismo ejemplo que he venido utilizando durante muchos años en mi faceta de publicista:

[quote_left]Pero finalmente el “mal” no está en la herramienta, sino en la forma en la que la utilizamos, así que la solución está en cada uno de nosotros y para ello podemos generar una nueva etiqueta social para mantener el contacto con los cercanos y lejanos, sin crear conflicto con ninguno de ellos[/quote_left]

¿Un martillo es bueno o malo?

Sí lo usas para construir o reparar algo definitivamente es bueno, pero malo si aprovechas sus características para romper o dañar a algo o a alguien. Entonces ¿el martillo es bueno o malo?

Lo mismo pasa con la publicidad ¿es positiva o dañina?

La publicidad cumple una función muy importante dentro de nuestra sociedad al dar a conocer productos, servicios, conceptos, ideologías, artistas, etc., y gracias a ella la economía mundial sigue creciendo y dando sustento a miles de millones de personas, pero también hay publicidad que engaña a la gente, que falsea la realidad para el beneficio de unos cuantos y que no ha ayudado a tener un mejor nivel de vida a muchas personas en el mundo.

Entonces ¿la publicidad es buena o mala?

Lo mismo pasa con la tecnología de telecomunicación y los aparatos con los que la gente hace contacto con sus seres queridos, que por cualquier razón no pueden estar cerca de ellos.

El martillo, la publicidad y la tecnología son herramientas que pueden usarse para el bien o para el mal. En el caso de nuestro tema, puede alejar a los cercanos porque no los “pelamos” por esa manía de contactarnos con los lejanos o peor aún, abstraernos con algún jueguito o video de moda.

Pero finalmente el “mal” no está en la herramienta, sino en la forma en la que la utilizamos, así que la solución está en cada uno de nosotros y para ello podemos generar una nueva etiqueta social para mantener el contacto con los cercanos y lejanos, sin crear conflicto con ninguno de ellos, por ejemplo:

Al estar en una reunión de cualquier tipo, silencia tu celular y activa el modo de vibrador. En algunos casos también puedes activar el “flash” de la cámara si esperas una llamada o mensaje muy importante.

En caso de que te llegue esa comunicación, discúlpate con los presentes y responde brevemente para reintegrarte a la reunión donde te encuentres. Sí es una llamada celular te sugiero salir del lugar para atenderla.

En muchos celulares también puedes activar un mensaje de disculpa por no tomar la llamada y los mensajes escritos a menos que sean muy urgentes, puedes contestarlos más tarde.

Disfruta y aprovecha a los cercanos al darles toda tu atención y cuando estés solo, disfruta la tecnología que tenemos para acercarte a los lejanos ampliando así tu círculo social a prácticamente cualquier lugar civilizado en el mundo.

El autor es profesor de la Universidad Iberoamericana Puebla.

Este texto se encuentra en: http://circulodeescritores.blogspot.com

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