Lado B
El INM debe reestructurarse por una gestión migratoria más humana: Insyde
Migrantes centroamericanos forman nueva caravana para cruzar el país; exigen libre tránsito
Por Lado B @ladobemx
30 de abril, 2014
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Mely Arellano

@melyarel

Más allá de considerar la migración como un tema de seguridad nacional, el Instituto Nacional de Migración (INM) debe reestructurarse, mejorar sus procedimientos, profesionalizar a su personal y sanear sus deficiencias para dar paso a la ejecución de una gestión migratoria más humana, así como el diseño y la implementación de una política migratoria regional, son algunas de las conclusiones del diagnóstico “Hacia un Sistema de Rendición de Cuentas en Pro de los Derechos de las Personas Migrantes en México” realizado por el Instituto para la Seguridad y la Democracia A.C. (Insyde).

Foto: Marisol Castro

Foto: Marisol Castro

El documento fue presentado este miércoles por Sonja Wolf, de Insyde; Irazú Gómez, del Programa de Migración del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría S.J. (Idhie) de la Universidad Iberoamericana Puebla, y Arturo Villaseñor, de Iniciativa Ciudadana.

Se trata del primer estudio integral que se ha hecho en México sobre el INM e incluye una revisión a la gestión institucional, desde el reclutamiento del personal, la capacitación, el sistema de supervisión y de sanciones, así como el tema de la protección de los migrantes, el control migratorio, la detención en las estaciones migratorias y las deportaciones de los migrantes indocumentados.

–Contiene un análisis de los procedimientos formales que tiene el Instituto, pero también de las prácticas para entender por qué los agentes a veces no actúan según las reglas establecidas o por qué no existen reglas. Pero la idea fundamental era entender cuáles son los factores que hacen posible las violaciones a los derechos de los migrantes y los factores que hacen posible los niveles de corrupción que durante mucho tiempo se han dado en el Instituto –explica Sonja Wolf.

El diagnóstico revela deficiencias estructurales en el INM que de alguna manera inciden en otras prácticas, como el uso de la fuerza durante los operativos o la violación a los derechos humanos en las estaciones migratorias.

–Ahí vemos por ejemplo –dice Sonja Wolf- que las condiciones sí han mejorado un poco a lo largo de los años, pero el trato hacia los migrantes no necesariamente ha mejorado, siguen abusos, se da hacinamiento, pero también tiene que ver con la falta de capacitación de los agentes y con el volumen de los migrantes.

–¿El Instituto debe desaparecer?

–Es una opinión que se ha expresado muchas veces pero lo que propone Insyde es una reestructuración, quizás hacer un diagnóstico un poco más profundo porque el nuestro se topó con difícil acceso a la información, pero habría que mejorar los procedimientos, así como los protocolos y manuales, y revisar el actuar del Instituto para llevar la profesionalización hacia otros niveles y sanear las deficiencias que existen, sobre todo en el aspecto de la supervisión y las sanciones.

El análisis hecho en el diagnóstico, realizado durante un año y medio gracias al apoyo económico de la Fundación Ford,  tuvo al fenómeno de la migración como punto de partida, para entender el contexto en que se crea el INM, y el momento en que la dependencia de corrompió.

Cambio de ruta

El vía crucis migrante que está atravesando el país en una gran caravana exigiendo libre tránsito a los gobiernos estatales como federal, y que pasó por Puebla el pasado, plantea un nuevo panorama, se trata quizás de una nueva ruta, una ruta más segura en tanto más visible, una ruta inédita.

Foto: Marisol Castro

Foto: Marisol Castro

Ayer, defensores de derechos humanos en los estados de Tabasco y Chiapas lanzaron la alerta por redes sociales sobre la conformación de una nueva caravana, luego de la decisión de Ferrosur de no permitir más migrantes a bordo.

–Esta situación de que los trenes del sur no están saliendo nos está planteando un nuevo reto –advierte Irazú Gómez-, no sólo a nosotros, sino a los gobiernos, de qué va a pasar con este éxodo. Estamos hablando de 400 personas varadas en Tenosique, ayer (martes) nos reportaban 300 en Palenque, y lo interesante del proceso es que el migrante centroamericano, que tiene una justificación, un sueño, una situación por la cual salir de su país, está empoderándose y asumiendo su proceso. Esa es una de las cuestiones que vimos con la caravana del vía crucis, ellos mismos se iban organizando, nosotros lo que íbamos haciendo es lo que nos toca como defensores, acompañar, acoger, coadyuvar.

–¿Pero qué implica el reto?

–El panorama no es fácil porque es un éxodo de personas que deciden migrar, tomar su voz y decir “denos un tránsito libre”. En la primera caravana se juntaron varios sucesos: no salió el tren, era semana santa y era el vía crucis, y ante esa situación hicieron una reflexión de su proceso y fueron haciendo una reflexión de cómo pasar por México. Eso está dejando antecedente para los que están llegando y es una problemática fuerte, porque esta nueva manera de migrar nos marca otra dinámica migratoria. Qué va a pasar con estas personas migrantes que estamos pensando serán 600, 700. Cómo las vamos a atender, cómo vamos a recibirlas, cómo va a actuar el gobierno frente a estas movilizaciones masivas, cuál será su respuesta. Sí, no tenemos muchos elementos, sabemos que van a salir, pero aquí lo importante es saber el proceso que el propio migrante está teniendo de asumir “tengo un derecho a migrar y tengo derecho a libre tránsito y tengo la voz para decirle al gobierno mexicano que tengo ese derecho y que me haga valerlo”.

–¿Cómo viste la actuación del gobierno de Puebla con el vía crucis migrante?

–Hubo apoyo, les dieron seguridad, hubo atención médica, contribuyeron con los autobuses, la asistencia humanitaria estuvo cubierta, pero creo que tenemos que ir más allá en esos diálogos y en ese coadyuvar con ellos, sobre todo cómo vamos entre todos, organizaciones, gobierno, Comisión Estatal de Derechos Humanos, cómo vamos a ver ya el tránsito de indocumentados en Puebla y cómo lo vamos a tratar, porque siguen pasando y ellos necesitan atención médica, no solamente la caravana, ellos necesitan hacer denuncias, cómo vamos a incluir en toda esta política migratoria estatal a los migrantes indocumentados, esa es la gran pregunta.

A diferencia del vía crucis migrante, la caravana que se está conformando en el sur del país caminaría por México sin la compañía de defensores como Fray Tomás, del albergue “La 72” en Tenosique, Tabasco; o el padre Alejandro Solalinde, del albergue “Hermanos  en el camino” en Ixtepec, Oaxaca.

Lea aquí el Resumen Ejecutivo del Diagnóstico.

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