Lado B
Digamos que es ficción para que no sea real
La ley secundaria de Telecomunicaciones pasará. No estoy a favor, pero soy pesimista. Admiro profundamente a aquellos que en contra de la ley han salido a marchar o que desde sus casas, escuelas, trabajos, charlas de café o en la calle han propagado su postura en contra, no es fácil buscar aliados en una sociedad que está más preocupada por salir de las deudas cotidianas que de echarle un ojo a lo que hacen los diputados y senadores. La gente que no se queda callada y está ahí como loquita informando y convocando a marchas, es digna de admiración. Mi espíritu pesimista, sin embargo, no sabe qué tanto ayude hacer una marcha en contra de esta ley (o cadena humana como la que hicieron el sábado 26 de abril en el D.F., de Los Pinos a Televisa), ya la clase política ha de estar acostumbrada a las marchas
Por Lado B @ladobemx
27 de abril, 2014
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Susana Sánchez Sánchez

La ley secundaria de Telecomunicaciones pasará. No estoy a favor, pero soy pesimista. Admiro profundamente a aquellos que en contra de la ley han salido a marchar o que desde sus casas, escuelas, trabajos, charlas de café o en la calle han propagado su postura en contra, no es fácil buscar aliados en una sociedad que está más preocupada por salir de las deudas cotidianas que de echarle un ojo a lo que hacen los diputados y senadores. La gente que no se queda callada y está ahí como loquita informando y convocando a marchas, es digna de admiración. Mi espíritu pesimista, sin embargo, no sabe qué tanto ayude hacer una marcha en contra de esta ley (o cadena humana como la que hicieron el sábado 26 de abril en el D.F., de Los Pinos a Televisa), ya la clase política ha de estar acostumbrada a las marchas; los gobiernos se ven tolerantes y democráticos –aunque no lo sean–, y los ciudadanos –aunque siguen siendo pocos–  combatientes… y ¡qué bueno!, eso quiere decir que hay un ápice de esperanza de que este país pueda cambiar, y de que los pesimistas nos vayamos a darle una vuelta a la rotonda de la China Poblana.

Quienes salieron a marchar y quienes no dejan de hacer circular información sobre cómo puede afectarnos esta ley secundaria de Telecomunicaciones[1], se han pronunciado básicamente porque esta propuesta de ley hace más fuertes a quienes ya ejercen el poder político y económico de este país: Estado, Televisa y Telmex.

Además, bajo el pretexto de la seguridad nacional, en esa ley de Telecomunicaciones también se le otorga al Estado la posibilidad de cortar legalmente las telecomunicaciones en marchas o eliminar de los medios de comunicación ciertos contenidos. ¡Qué mañas! si justo por medios no tradicionales, como los que existen en internet, muchos nos enteramos de lo que realmente pasa en las marchas y otros tantos se encargan de hacerlo viral en distintas partes del mundo, sin necesidad de acudir a los medios tradicionales (que dicho sea de paso, a veces no informan).  De ser aprobada esa Ley secundaria de Telecomunicaciones nos será más complicado acceder a la información, por cierto, un principio fundamental en las sociedades democráticas.

Los pronunciamientos que he escuchado o leído en contra de la Ley secundaria de Telecomunicación son magníficos; sólo que quienes bateamos del lado del pesimismo, tenemos presente que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) regresó recargado y  sin miras a soltar el hueso, también tenemos presente que el trabajo legislativo se hace rápido y en caliente, sin reflexiones críticas de por medio.

Con lo que a veces cacho en internet o me encuentro en alguna librería, me he permito hacer una guía del pesimista ante la ley secundaria de telecomunicaciones.

1)   Deje atrás el optimismo, ya nos cayó el chahuiztle desde  mediados del siglo XX.

Juan Larrosa Fuentes, en un texto titulado La lucha por las telecomunicaciones en México: una disputa en contra de los viejos modelos políticos y económicos (Iteso, 2011), sintetiza la historia de las telecomunicaciones y nos recuerda que la Ley Federal de Radio y Televisión, promulgada durante el mandato de Adolfo López Mateo, fue el pase de entrada para que la familia Azcárraga se sirviera con la cuchara grande. Fue una ley hecha a modo, un pacto entre los mandamases de la industria de la televisión, la radio (también más adelante la telefonía) y el poder político que quería –quiere- dominar rápido y en grandes masas.

2)   Deje atrás el optimismo, donde manda capitán… las marchas, el activismo y el ciberactivismo  le hacen los mandados.

Martín Becerra y Guillermo Mastrini, en el libro Los dueños de la palabra, editado por Prometeo en el 2009, nos llevan de la mano por las telecomunicaciones de América Latina. Y pues no, nomás no le veo forma de derribar a Televisa y Telmex, coludidas con el Estado. Si el PRI pudo regresar al poder, a pesar de que hubo activismo, ciberactivismo y  marchas… ¡uy!, una Ley secundaria de Telecomunicaciones seguro pasa. Sucede que en este libro, los autores nos cuentan que la industria de telecomunicaciones en México es la segunda más importante en América Latina (la primera es Brasil), lo que no quiere decir que todos los mexicanos tengamos acceso a éstas.

El negocio de las telecomunicaciones está en manos de pocas empresas.  Televisa, Tvazteca y Telmex, principalmente, son quienes facturan en dólares las actividades en Telecomunicaciones de este país, incluidas las discusiones de sus reformas.

3)   Deje atrás el optimismo, con la Telebancada, todos pueden decir misa,  porque la “Ley de Herodes…” es la mera mera mitotera.

Dario Ramírez, director de artículo XIX, en su texto El secuestro de la ley de telecomunicaciones (Sin embargo, 2014), nos recuerda que la famosa Telebancada, es decir, los personajes claves que están en el Congreso de la Unión con los pies dentro de los intereses de los monopolios y no de la democracia, son quienes legislan -a través de reformas o leyes–, el rumbo de este país.

Se lee en el artículo de D. Ramírez: “Dicha telebancada está compuesta por senadores y diputados cuyos intereses están claramente vinculados al duopolio televisivo. Por ejemplo: Ninfa Salinas Sada (PVEM): Hija de Ricardo Salinas TV Azteca; Juan Gerardo Flores (PVEM): Ex asesor de Televisa, actual diputado y presidente de la Comisión de Radio y TV en San Lázaro; Arely Gómez (PRI): Hermana de Leopoldo Gómez, Vicepresidente de Noticieros Televisa; Luis Armando Melgar (PVEM).- Ha estado al frente de Seguros Azteca, es presidente de la Fundación Azteca Chiapas desde 2011 y Director de Proyecto 40; Carlos Puente (PVEM): En Televisión Azteca ha ocupado los cargos de Jefe de Administración de Convenios Públicos, y los diputados, entre otros, Antonio Cuéllar Steffan (PVEM): Ex director Jurídico de Televisa y Patricio Flores Sandoval (PRI): Dirigente del Sindicato Industrial de Trabajadores y Artistas de Televisión y Radio (Sitatyr); se dice que cuenta con plaza en Televisa”.

4)   Deje atrás el optimismo, ¿no sabe quién es Javier Lozano Alarcón, el expriista, ahora senador panista y uno de los defensores más mediáticos de la Ley secundaria de Telecomunicaciones?

Si no sabe quién es, puede leer un excelente perfil biográfico, hecho por el periodista Javier Rosiles Salas, titulado Javier Lozano: el operador del sexenio,  publicado en el año 2012, en la página electrónica Sin embargo.

Ojalá que en próximos días todos los pesimistas nos veamos obligados a ir a darle una vuelta a la China Poblana para que la boca se nos haga chicharrón.

 


[1] Para ampliar información sobre la Ley secundaria de Telecomunicaciones, se le recomienda leer: La Ley Telecom, rechazo casi unánime.

 

*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP.

Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale al correo: susanita19mx@yahoo.com.mx

Informar tiene su chiste, también aparece los viernes en el programa Movimiento Perpetuo, transmitido de lunes a viernes de 9:30 a 10:30 hrs., a través de la XHBUAP – Radio BUAP 96.9 F.M.

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