Ernesto Aroche Aguilar

@earoche 

¿Es el cuerpo una construcción?

Los constructivistas dicen que sí. Algunos antropólogos incluso establecen dos cuerpos dentro de uno solo: el cuerpo físico, ese que nos sirve de soporte y envoltorio a la conciencia, y el cuerpo social, ese que se construye a partir de las normas y reglas sociales, el que tiene ataduras simbólicas y presiones que lo constriñen. El cuerpo es, dicen los investigadores sociales, un lienzo a través del cual exhibimos características que tienen que ver con la posición social, la filiación religiosa o hasta la identidad sexual que proyectamos. Y si nos vamos más lejos con la intervención tecnológica, el cuerpo ya no sólo es lo que socialmente construimos o nos obligan a construir, sino es incluso el campo de experimentación científica que nos permite extender artificialmente el tiempo de vida, a partir de la invasión y la prótesis.

Sí. El cuerpo es algo que construimos a partir de una serie de valores estéticos y sociales, más allá de lo que biológicamente nos viene dado.

Y sobre ese binomio de cuerpo y construcción, o sobre cuerpo y arquitectura, es sobre lo que reflexiona, desde el arte y desde el catálogo de obras la nueva exposición de la Capilla del Arte UDLAP.

–Son 40 piezas –cuenta el coordinador del espacio, Alonso Pérez Fragua— que provienen de la colección de arte UDLAP, una colección formalmente tiene unos 10 años, y está conformada por piezas que se han venido adquiriendo por compra o donación. La línea curatorial ya establecida es de arte mexicano moderno y contemporáneo, o de arte hecho por extranjeros pero con una trayectoria importante en nuestro país.

“Se trata de ver al cuerpo como una construcción a partir de tres núcleos que son conceptos de vienen de la arquitectura, aunque primero están presentes en la naturaleza, que son: fragmentación, mímesis y metamorfosis, vemos piezas que tienen está relación de lo arquitectónico y el cuerpo humano.”

Y en esa construcción del cuerpo, o tal vez como declaración de principios, la muestra que ocupa toda la planta del espacio ubicado en la 2 norte número 6, arranca con un perfomance videograbado de Héctor Falcón, el artista que ha hecho de su cuerpo el vehículo principal, o al menos el más visto, de su experimentación artística y hasta política.

En el perfomance, vemos a Falcón rasurarse la mitad del vello del pecho y rostro para después pintárselo con una pluma bic, siempre bajo “la idea de la reconstrucción o actualización del cuerpo que Héctor lleva trabajando por años, yo digo que esta es la menos radical, pues sólo fue pluma bic, mientras que tienen otras piezas con modificaciones corporales a partir de procesos quirúrgicos”, apunta Alonso Pérez Fragua.

–Hay obras que de forma muy evidente tienen esta conexión, especialmente en materiales, con la idea de la construcción de una casa o edificio y el cuerpo humano. Por ejemplo el torso hecho con ladrillo, de Daniel Lara, ese es una de las piezas más evidentes para entender el concepto de la obra. O la obra de Joaquín Conde, profesor tiempo completo de la Universidad que tienen cuatro piezas en cerámica y una escultura en varilla y cemento, que es de esas que dicen fuertemente, cuerpo arquitectónico.

En la muestra, cuya museografía quedó a cargo de Luis Calvo, uno de los responsables del proyecto Estudios Abiertos que se realizará el próximo fin de semana, ofrece lo mismo piezas tridimensionales: escultura, cerámica y talavera. También hay piezas de gráfica y fotografía, como los trabajos de Mónica Castillo y Víctor Blanco, egresado de Antropología de la UDLAP; un poco de grabado con trabajos de Baruch Vergara, y poco pintura, explica el coordinador del espacio.

–Sobresale en la muestra el formato tridimensional. La parte a destacar de la talavera es que debe ser pensada como talavera contemporánea, que se sale de la idea de las piezas bicromáticas, muy poblanas, de hecho la que retoma estos motivos es la talavera hecha por Sara Porter, una artista extranjera que entendió que se puede usar para algo más allá que vajillas, platitos o tibores.

A la par de la expo, informa Pérez Fragua, se realiza un ciclo de cine que revisa la creación el espacio arquitectónico y cómo impacta en las relaciones sociales.

Sexta convocatoria Adopta y Adapta

Como se ha vuelta ya una tradición, como parte de las actividades paralelas a la exposición y con la intención de provocar un mayor acercamiento con el arte la Capilla del Arte abrió su convocatoria para la sexta edición del Adopta y Adapta.

–En esta sexta edición tenemos por orden de cómo están montadas, el performance de Héctor Falcón, el torso de Daniel Lara, uno de los 3 grabados de Baruch que se llama «Encuentros cercanos del tercer milenio», basado en una pintura flamenca del siglo XV, una mujer que le toca el pezón a otro, que era una prueba de embarazo de la época.

Una cuarta pieza que es la escultura de varilla y cemento de Joaquín Conde. Una quinta pieza que son los corazones de talavera, que se llaman “Instrucciones para un corazón luminosos” de Maris Bustamante, que es más conocida como performancera y sus grupos de perfomance de los 60s y 70s. Y, finalmente, el grabado en piedra de Per Anderson, llamado «Fotosíntesis».

La exposición-interacción del Adopta y Adapta se inaugurará el 10 de abril y se mantendrán las piezas de los espontáneos junto con las de los artistas hasta que la muestra Cuerpo Arquitectónico concluya.