Dr. Said R. Casolco*

La cumbre de líderes de América del norte, sinónimo de desarrollo regional y competitividad. Pero esto es un gran compromiso, debido a que esto representa un mercado de 450 millones de personas con necesidades claras y además con economías e inversiones productivas en donde el punto central es potencializar y generar la apertura de nuevas empresas, dar empleo local y redistribuir productos y servicios a todo el mundo.

Lo interesante es no ver al Tratado como un todo, debemos de analizarlo y entender o puntualizar en donde poder empezar.

Ya que es importante identificar que en términos de agricultura y de exportaciones de productos básicos no se ha avanzado. Razón por la cual es importante identificar oportunidades y poder realizar propuestas para que la tecnificación y la innovación sea una realidad, ya que es necesario retomar opciones para que los productores nacionales obtengan el mayor beneficio a esta posibilidad de aperturar el comercio internacional.

Pero la clave no es el producto o los países, es la cadena de valor, y es por ello que las estrategias y la integración en cada región deben ser el punto sustancial.

Pero en el entorno mexicano cual es la oportunidad. Por qué no creer en centros de acopio o mejor llamados “Agroparques”.

Es la cadena de valor donde el círculo virtuoso va de la mano con el productor, la tecnificación, el conocimiento, y la comercialización. Obviamente basado en características puntuales donde el productor siempre debe de ser el que mejor capacitación técnica y experimental tenga para poder ser la clave del éxito.

En términos analíticos, si bien el producto más certero está en el alimentario y por q no apostarle si es sabido que la mejor distribución y práctica de comercio está en función de la alimentaria.

Si solo, se tiene que revisar casos como Wal-Mart (EU), Carrefour (Francia), Schwarz UT KG (Alemania),  que son las grandes trasnacionales líderes en innovaciones logísticas, mercadológicas, tecnológicas  y organizacionales en este sector. Es decir, el producto está en la mano del consumidor del lugar que sea y al costo que sea.

Pero comparativamente con el modelo de Agroparques, que son una alternativa competitiva, para que el productor y la cadena de valor se encuentre en la compleja red de un modelo de negocio que sea resaltado por cambios tecnológicos y logísticos, para movilizar grandes volúmenes  de producto y poder vincularse con los miles de proveedores y millones de clientes en el interior y en el exterior.

Por qué no cambiar a diferentes canales de distribución  y escalar un mejor posicionamiento para que  el mercado de alimentos en todas las regiones se optimicen para la diversificación y mejor penetración a los mercados.

La diferencia se tiene que enfocar, es operaciones de procesamiento, como en el caso de deshidratación, congelación enlatado y aún más en empaques y etiquetas. Es por ello que este modelo de comercializadora colectiva, tiene que brindar el comercio justo local y el nacional, que para ellos es necesario la suma de esfuerzos de 4 voluntades.

4% empresa productora comercializadora

56% Sector financiero

22% Proveedores de insumos, maquinaria, equipos de laboratorios y consultorías.

18% entidades gubernamentales y educación.

En conclusión  se considera que el cambio debe de ser inmediato, el país lo necesita y será esta nueva alternativa de planeación la que determine una nueva transformación del agro del cual ya es momento de posicionarse y también de que México, sea nuevamente visionarios en sus tratados de libre comercio, porque aún queda la estrategia y el aprovechamiento del Mercosur y la alianza Chile, Colombia, Perú con México.

*Said Robles Casolco, Investigador S.N.I. -1 y Director de la Maestría en Ingeniería  Automotriz

Correo: srobles@itesm.mx