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Periodismo de investigación, cuestión de tiempo
En empresas periodísticas que funcionan como maquilas informativas, es imposible hacer periodismo de investigación. Yo quisiera ser optimista y adherirme a lo que le he escuchado a algunos periodistas y fotoperiodistas –consagrados y no consagrados– sobre el periodismo, al cual pintan como una profesión que se esmera para proporcionar información que ha sido investigada, pero se olvidan de sus contextos y sus condiciones de trabajo.
Por Lado B @ladobemx
23 de febrero, 2014
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Susana Sánchez Sánchez

En empresas periodísticas que funcionan como maquilas informativas, es imposible hacer periodismo de investigación. Yo quisiera ser optimista y adherirme a lo que le he escuchado a algunos periodistas y fotoperiodistas –consagrados y no consagrados– sobre el periodismo, al cual pintan como una profesión que se esmera para proporcionar información que ha sido investigada, pero se olvidan de sus contextos y sus condiciones de trabajo.

Para ejemplo Puebla, la ciudad en la que habito y donde la prensa ha sido poca mirada, en parte porque, afortunadamente, los periodistas todavía no han sido asesinados para que sean foco de atención, pero existe otra violencia, la laboral, y que según miro es pan de cada día de la prensa poblana, donde no hay horarios, pero se deben hacer entregas de material a destajo: el adelanto de la notas, las notas y lo que venga. No es novedad, así es la vida periodística, la misma dinámica de trabajo en un medio informativo exige no tener horarios de vida personal, no es gratis que se diga que para el periodismo hay que tener vocación, y yo agregaría, condición física para aguantar o sopesar las desveladas y el estrés.

Además de todo ello, la mayoría de los periodistas en Puebla le ahorran a sus patrones material de trabajo o el pago de luz, parece una bobada, pero si miramos con detenimiento, los reporteros le ahorran los insumos a algunos medios informativos poblanos. Imagínese que usted va a construir su casa y le pide al albañil que lleve los ladrillos, y además que él los pague… ¡hágame favor!, ya ni le digo hasta dónde lo podría mandar el albañil; bueno, pues en el gremio periodístico, los reporteros y fotoreporteros, a veces ponen la grabadora, la libreta, el bolígrafo, las pilas para la grabadora, la computadora, la conexión a internet, la gasolina o los pasajes que se gastan entre un traslado y otro, casi siempre corre a cuenta del periodista… menos mal que nos les cobran por trabajar.

Me pregunto  si con ese trajín ¿en Puebla es factible hallar periodismo de investigación? Pero empecemos por algo básico,  ¿qué implica el periodismo de investigación? En la red circula un libro llamado La investigación a partir de historias. Manual para periodistas de investigación, de Mark Lee Hunter, editado por la UNESCO en 2013. Aunque el libro va dirigido al gremio periodístico, si usted le echa un ojo, también podría sentirse en una clase de metodología de la investigación a nivel licenciatura o posgrado, o sea, el periodismo de investigación no se hace en una sentada o en un día, requiere tiempo.

De acuerdo con el libro, en el periodismo convencional “el reportaje es considerado un reflejo del mundo, que se acepta tal cual es. El periodista no busca más resultados que informar al público”, mientras que en el periodismo de investigación “el periodista se niega a aceptar el mundo tal cual es. El objetivo de la historia es penetrar o exponer una situación dada para así reformarla, denunciarla o, en algunos casos, promover un ejemplo de una mejor forma de hacer las cosas”, para ello se necesita, insisto, ¡tiempo!

En Puebla, hay medios de comunicación informativos con más de quince años de vida que no le han invertido tiempo ni dinero al periodismo de investigación. Además la tecnología en la prensa poblana parece haber esclavizado al periodismo a la maquila de noticias, en esta dinámica no hay tiempo, porque lo que pasó hace cinco minutos ya fue nota, y en eso andan los periodistas de los medios convencionales –ahora ya con plataformas digitales–, están enfrascados en una agenda mediática tan saturada que no les permite hacer periodismo de investigación; y no crea que por falta de vocación, de ganas o de profesionalismo, nomás no les da tiempo de analizar un mismo tema y documentarlo excelentemente en quince días, un mes o tres meses, y a la par sacar su trabajo diario que les exige alrededor de 16 horas o más.

Por eso les decía al inicio de este choro que en las empresas periodísticas que funcionan como maquilas informativas, es imposible hacer periodismo de investigación.

*Estudiante del posgrado en Sociología-BUAP.

Cualquier discrepancia, precisión, duda o recomendación, escríbale a los correos: sanchezsanchez.susana@facebook.com / susana.sanchezalcuadrado@yahoo.com.mx    

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