Lado B
¿A qué se enfrentaría Mandela en México hoy?
Por Lado B @ladobemx
08 de diciembre, 2013
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Héctor Rodrigo

@HéctorRodrigo

Entre frases del admirado Nelson Mandela interpretaremos la realidad mexicana. ¿A qué se enfrentaría Madiba en el México de hoy?

La educación es el motor que nos iguala

 “La educación es el gran motor del desarrollo personal. Es a través de la educación como la hija de un campesino puede convertirse en una médica, el hijo de un minero puede convertirse en el jefe de la mina, o el hijo de trabajadores agrícolas puede llegar a ser presidente de una gran nación.”

El sistema educativo mexicano es una desgracia. No puedo entender por qué muchos maestros prefieren protestar por lo que su dirigencia les obliga, que luchar por realizar verdaderas mejoras al programa educativo mexicano. No parece que luchen por una mejor capacitación, ni porque el millonario presupuesto para la educación sea transparente, vemos golpes, cierres de avenidas, millones de niños sin clases.  Mientras tanto, México sigue empeorando en los resultados de la prueba PISA, es el lugar 32 de la OCDE y el 52 de 65 países que realizan la prueba cada año.

El monopolio del poder

 “Debe haber un final para el monopolio del poder político, y una reestructuración fundamental de nuestros sistemas políticos y económicos para así asegurarnos que las desigualdades del Apartheid están dirigidas y nuestra sociedad democratizada a fondo.”

El Gobierno Federal y el Poder Legislativo presumen reformas estructurales este año, la educativa, la fiscal, la política y próximamente la energética. La estructura “es un sistema de conceptos coherentes enlazados, cuyo objetivo es precisar la esencia del objeto de estudio”… No identifico la esencia de un mejor país en los cambios que están acordando los partidos políticos, no se nota ni la reforma ni lo estructural en las nuevas leyes mexicanas. Parecen aspirinas, apenas maquillaje para lo que realmente podrían estar reformando.

Mientras los partidos políticos antepongan sus privilegios antes que a las necesidades presentes y futuras de los mexicanos, todo lo que presuman será demagogia, verborrea y política ficción.

Los pactos y la oposición

 “Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero”

Los partidos políticos y los ciudadanos no debemos vernos como rivales, sino como complementarios; la oposición no significa llevar la contraria, sino aportar lo que me corresponde para mejorar la propuesta del otro.

Muchos ciudadanos organizados se han acercado a participar para mejorar el sistema democrático de su país, y sus propuestas han sido ignoradas. Pareciera una tomada de pelo. Deben comenzar a entender que nos conviene como país, aunque como partidos pierdan un poco el poder.

En el Pacto por México se han librado sólo batallas de especulaciones, no de decisiones transformadoras. Pretendieron sumar a las 3 fuerzas políticas principales a una negociación de grandes reformas, pero las ideologías partidistas son de todo o nada y su prioridad ha sido salir bien librados en el negocio de la política más que profundizar en los cambios que México necesita.

El odio entre mexicanos

 “Nadie nace odiando a otra persona por el color de su piel, o su origen, o su religión. La gente tiene que aprender a odiar, y si ellos pueden aprender a odiar, también se les puede enseñar a amar, el amor llega más naturalmente al corazón humano que su contrario.”

En este país donde hay muchas diferencias socioeconómicas tenemos que trabajar, con la educación y la aplicación de la ley, para que no existan humillaciones ni injusticias por la procedencia de los individuos. En México nos enseñan a odiar y no a convivir: La distinción entre las escuelas públicas y las privadas, entre los empresarios y los pequeños comerciantes, entre quien tiene influencias y quien no las tiene, además de los ejemplos de maestros y los políticos, no nos permiten ver que podemos ser un país que se reconcilie por su presente y deje de pelearse por su pasado.

Gracias Mandela por hacernos ver lo poco congruente que es la política mexicana. Yo sí creo que pueden surgir cerebros y voluntades congruentes que nos lleven a un país verdaderamente democrático, aunque sea poco a poco, pero más rápido de lo que ahora vamos.

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