Lado B
En Tetela ratifican su rechazo a la mina
Habitantes de la zona cuestionaron que la Semarnat haya ignorado las recomendaciones de los especialistas
Por Lado B @ladobemx
14 de octubre, 2013
Comparte
Tetela14

Foto: Arturo Alfaro Galán

 Samantha Páez

@samantras

La semana pasada, el 3 de octubre, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) publicó en la Gaceta Ecológica que se aprobaba el proyecto de Minera Espejera SA de CV Puebla para exploración minera por dos años en la zona; sin embargo, para que eso ocurra se tiene que hacer una consulta con la población indígena antes de que la empresa filial de Frisco, perteneciente a Carlos Slim Helú, pueda iniciar cualquier trabajo.

A las doce del día el zócalo luce lleno, no es sólo por el tianguis que se instala todos los domingos en las calles del centro, con sus frutas, verduras y ropa, sino porque hoy se hará un foro para hablar sobre la mina. Hay unas 500 personas, algunas sentadas en las sillas bajo la lona que pusieron para tapar el sol, otras paradas bajo los árboles o sombrillas. También hay niños que llevan la cara pintada o que tienen carteles con frases como «No a las minas», «No a la destrucción del ambiente».

Todos esperan, don Germán toma el micrófono con seguridad: «tajo a cielo abierto, que sí utilizarán dinamita, que habrá 32 afectaciones, que sí han solicitado a la Conagua cuatro pozos de agua, en la actualidad sabemos que están solicitando 25 pozos de agua, con todas esas mentiras no es posible llegar a un acuerdo». Explica que con la mina el agua para las casas y para la siembra se va a terminar porque la contaminarán con cianuro o con mercurio, porque la maquinaria va a reventar la montaña donde están los nacimientos de agua.

Para una mina cielo abierto se necesitan 32 mil millones de litros de agua diarios para disolver las 16 toneladas de cianuro que utilizan para atraer las partículas de oro en enormes lagunas de lixiviación, también se utilizan 25 toneladas diarias de explosivos para minar el cerro y así obtener 120 gramos de oro por cada 6 mil toneladas diarias de tierra.

En la voz de don Germán hay indignación cuando dice que la Semarnat omitió las recomendaciones que hicieron universidades como la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Nacional Autónoma de México y la Universidad Autónoma Metropolitana, sobre la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) donde se dice que existen en la zona más de 40 especies endémicas y que un proyecto así no es viable.

Las personas escuchan atentas, serias, casi sin moverse, como si de esas palabras dependiera su vida, y en cierta forma sí porque si entra la mina habrá deforestación, el agua disminuirá y las enfermedades aumentarán por el uso de sustancias tóxicas para la captación de metales.

Foto: Arturo Alfaro Galán

Foto: Arturo Alfaro Galán

Don Germán sigue hablando, va subiendo de forma gradual el volumen de su voz: «Tetela es de los tetelenses y los serranos tenemos que defender a la tierra, porque la tierra no se vende», algunos chiflidos y aplausos se oyen a lo lejos, «sin agua… morimos, no queremos que las mujeres jóvenes, las de las nuevas generaciones, traigan a sus hijos con deformidades y que nuestros hijos mueran de cáncer, porque esto es lo que origina este tipo de industrias, gracias a todo aquí estamos». Luego, aplausos y  ¡bravos!.

La gente parece motivada por las palabras de Germán Romero, y a pesar de que el foro dura más de dos horas y media siguen escuchando de los perjuicios que traen las minas a cielo abierto o de túneles, escuchan los problemas sociales que pueden acarrear las técnicas de desinformación e información falsa que emplean las compañías mineras para convencer a la gente. Algunos de ellos se animan y toman la palabra, como doña Ana, que a punto de llorar cuenta que ella llegó de la ciudad de México y que quedó prendada de Tetela por su belleza natural, y por ello pide que todos los habitantes se unan y peleen para conservar esa belleza. También como don Álvaro, quien a gritos reclama al gobernador Rafael Moreno Valle por permitir que las empresas pisoteen a los pobladores.

Al final no todo es indignación y reclamos, el politólogo Jorge Peláez Padilla termina el foro dejando una luz de esperanza: la consulta previa. Explica, con su voz de extranjero, tal vez venezolano, «es un nuevo tipo de consulta que mandata la MIA, de manera, ésta sí tiene una serie de requisitos, sobre todo que sea culturalmente adecuada, que sea en tiempo y forma decididos por los pueblos, también que sea en su propia lengua, lo que implicaría la traducción de todos los documentos, las formas de decisión también serán las que los pueblos indígenas».

La consulta previa deberá cumplir con cinco requisitos y ser aplicada por la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI). Los requisitos serían en primer lugar tendrá que ser de buena fe, es decir, que no haya engaño; después que sea previa a cualquier acción o trabajo de la compañía minera; luego que la población sea informada no sólo por autoridades sino por los especialistas y las organizaciones que los habitantes consideren pertinentes; que sean los propios pueblos quienes decidan cuándo y cómo, no imposición de las agendas. Y finalmente, bajo el convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que los pueblos indígenas pueden condicionar la apertura de la mina o vetarla de manera definitiva.

Al final del foro el ambiente es festivo, un grupo de jóvenes soneros vestidos con guayabera guinda y pantalón se pone a tocar, algunas personas se retiran pero otros se quedan a escuchar a los músicos, los niños corren por el parque con globos de colores en las manos que dicen: «mina no».

Comparte
Autor Lado B
Lado B
Información, noticias, investigación y profundidad, acá no somos columnistas, somos periodistas. Contamos la otra parte de la historia. Contáctanos : info@ladobe.com.mx
Suscripcion