Lado B
Corrupción hunde a los hindúes en la pobreza
 
Por Lado B @ladobemx
08 de octubre, 2013
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Análisis de Ranjit Devraj*

Nueva Delhi. (IPS).- Los precios suben, la rupia se devalúa y las miradas en India se vuelven a la enorme economía paralela que desvía grandes recursos destinados al desarrollo y los pone en los bolsillos de una elite corrupta.

El 30 de septiembre, un tribunal especial condenó al dirigente político Lalu Prasad Yadav, cuyo partido integra la coalición gobernante, por el desvío de millones de dólares asignados a la compra de forraje mientras era ministro jefe del oriental estado de Bihar, en los años 90.

La pena es de cinco años de prisión. Como supera los dos años, Yadav perderá el escaño que ocupa en el parlamento y no podrá postularse a las elecciones del año próximo, según un dictamen que la Corte Suprema de Justicia emitió en julio y que el gobierno intentó revocar mediante una ordenanza.

Un estudio de 2012 concluyó que en India se pagan anualmente 70.000 millones de dólares en sobornos a cambio de servicios gubernamentales comunes y corrientes.

Pero Rahul Gandhi, descendiente de la dinastía política Nehru-Gandhi y posible primer ministro si el gobernante Partido del Congreso vuelve a ganar en 2014, se opuso abiertamente a la ordenanza a fines de septiembre, sellando el destino político de Yadav y de otros legisladores condenados por corrupción.

“Si queremos combatir la corrupción, ya sea del Partido del Congreso o del (principal de la oposición) Bharatiya Janata, no podemos seguir incurriendo en estas pequeñas transigencias. Porque si lo hacemos, transigimos en todo”, dijo Gandhi.

La oposición de Gandhi a las medidas de su propio partido aspiran a dar respuesta a la creciente indignación popular que despierta la corrupción. Su padre, Rajiv Gandhi, primer ministro entre 1984 y 1989, también criticaba a los “agentes del poder” del Partido del Congreso, que robaban fondos destinados al desarrollo.

Pero el dinero ilícito o no declarado es imposible de erradicar, pues constituye la savia que mantiene con vida a los partidos políticos de India, opina Ashwini Sharma, profesor de economía política mundial en la Universidad de Nueva Delhi, académico de gobernanza global de la Universidad de Londres y profesor visitante de la de Varsovia.

“Pedir a los partidos políticos que combatan la corrupción es como pedirle al lobo que cuide el gallinero”, dijo Sharma a IPS.

Pero, puesto que el dinero clandestino está tan arraigado en India, es importante evaluar los costos reales que impone al cuerpo político, planteó.

“Ya sabemos que la gran economía paralela hace imposible que los economistas elaboren análisis precisos y tracen políticas y programas que funcionen”, señaló.

Para peor, según Sharma, el dinero ilícito sale del país por los canales clandestinos de la “hawala”, un sistema informal de transferencia de efectivo. Y si regresa a India es solamente para que unos pocos privilegiados lleven vidas de lujo.

Sharma atribuye en parte la devaluación de la rupia, que cayó 20 por ciento frente al dólar en los últimos cuatro meses, a la creciente fuga de capitales, típica de los períodos preelectorales.

La economía paralela constituye un sistema extragubernamental sostenido por una falange de operadores, intermediarios y guardaespaldas que coluden con contadores públicos, policías y burócratas, explicó Sharma. Para cada uno hay una mordida.

“La corrupción se alimenta a sí misma mediante la constante generación de dinero ilícito”, añadió.

*Continúe leyendo el análisis completo de Ranjit Devraj, publicado en IPS Noticias, en el siguiente link.

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