Lado B
“Ahora entendemos que los sirios no somos bienvenidos”
 
Por Lado B @ladobemx
28 de octubre, 2013
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Imagen: Jordan / http://acnur.es

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“Desde que se cortaron las relaciones diplomáticas, obtener una visa es imposible (…), ahora entendemos que los sirios no somos bienvenidos”, relata Mahmoud Abu Yousef, joven Sirio de 28 años que vende medias en una de las estaciones del metro de la capital egipcia para poder sobrevivir.

Fue en marzo de 2011 cuando la guerra en Siria estalló, y que ha llevado, de acuerdo a cifras dadas a conocer por Amnistía Internacional, a más de dos millones de personas de este país, entre hombres, mujeres, niños, y gente de la tercera edad, a buscar asilo en los países vecinos, como lo son Turquía, Líbano, Jordania o Egipto.

Las condiciones de traslado no han sido las óptimas, a pesar de los esfuerzos que organismos internacionales han llevado a cabo, así como el surgimiento de conflictos en los países a los que arribaron, tampoco les han permitido llevar una vida que mejore su condición de exiliados.

Desde el comienzo de la  guerra civil, la población de refugiados Sirios ha malvivido en campos de refugiados con la esperanza de volver algún día a su país; sin embargo,  a medida que el conflicto se enquista, cada vez son más los sirios que sueñan con huir a Europa en busca de una nueva vida .

Algunos ejemplos de ello, según los datos de Naciones Unidas, citados por Amnistía Internacional (AI), 946 refugiados sirios han sido detenidos en Egipto a mediados de octubre, de los que 724 —entre ellos menores de edad— se encuentran todavía bajo arresto. En un informe que publicó este oganismo internacional, titulado «No podemos vivir más aquí: Refugiados de Siria en Egipto», AI pide a El Cairo que termine con esta “abominable política de detenciones ilegales y con el retorno forzado de cientos de ellos”

El periodista Hisham Allam, publica en IPS Noticias un texto en el que relata los casos de algunas personas Sirias que lograron escapar de la violencia de su país, y encontraron refugio en los países vecinos; sin embargo, al instalarse en estos lugares,  ahora se enfrentan a otra realidad: pocas oportunidades y el rechazo de la población.

Sirios desesperados también en Egipto

Hisham Allam*

El Cairo, Egipto. (IPS) – Mahmoud Abu Yousef, de 28 años, vende medias en una de las estaciones del metro de la capital egipcia. Este joven huyó en febrero de Siria con su esposa y su hijo de un año, luego de que sus padres y tres hermanos murieron en la guerra civil que azota a ese país desde 2011.

Yousef ahora vive en 6 de Octubre, un centro para refugiados ubicado 32 kilómetros al sur de El Cairo. “Me paso todo el día en el tren subterráneo”, dijo a IPS, “y trabajo como guardia de seguridad en las noches para poder cubrir mis gastos”.

Las 150.000 libras sirias (1.000 dólares) que tenía con él cuando huyó de su país terminaron en los bolsillos de los traficantes de personas que lo trasladaron a Egipto. Pero ese dinero no compró la felicidad que esperaba.

El 15 de junio, la noche anterior a su derrocamiento, el presidente egipcio Mohammad Morsi suspendió todas las relaciones diplomáticas con Siria.

Tres meses después, el nuevo gobierno militar impuso reglas más estrictas contra los sirios que llegan a Egipto en busca de refugio. Ahora necesitan visa, así como una autorización oficial para permanecer en el país.

“Desde que se cortaron las relaciones diplomáticas, obtener una visa es imposible”, dijo Yousef. “Ahora entendemos que los sirios no somos bienvenidos”.

Se estima que hay unos 300.000 sirios refugiados en Egipto.

Pero muchos solo abandonaron el infierno en que se convirtió su país, debido a los enfrentamientos entre los rebeldes y las fuerzas del régimen de Bashar al Assad, para descubrir que el mundo exterior no es más amable.

“Preferiría haber muerto en Siria en vez de llevar esta vida humillante en Egipto”, dijo tajante Amer Feras, quien llegó a El Cairo después de perder a su esposa y a su hija menor en el ataque aéreo lanzado en enero por las fuerzas de Al Assad contra la ciudad de Homs, 161 kilómetros al norte de Damasco.

Feras ahora vive en una pequeña habitación de un edificio para refugiados en la ciudad egipcia de Shebin el Koum, en la provincia de Monufia.

El propietario del edificio, Tarek Marzouk, administra una tintorería y brinda ayuda a familias sirias.

A Feras le tomó 25 días escapar de su país con sus tres hijas. “Tuve que cruzar algunas ciudades a pie para llegar a la frontera turca”, contó a IPS. Sin embargo, su pesadilla no terminó.

*Continúe leyendo el texto completo del periodista Hisham Allam, publicado en IPS Noticias, en el siguiente link.

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