Estimada Ana María,

Bien dicen por ahí que ‘la crisis es oportunidad’, y aunque lamento profundamente los malos entendidos en los que recientemente te has visto involucrada a raíz de tu participación en el Foro sobre Matrimonio Igualitario organizado por Reversible y Lado B, celebro que a su vez éstos sean una nueva oportunidad para dirigirte unas palabras.

Antes que nada quiero agradecer una vez más la disposición que mostraste para abonar a la discusión de un tema contrario a la ideología de tu partido. Si bien estamos claros que tu postura nunca fue a favor del matrimonio entre personas del mismo sexo, reconozco tu valor al defenderla frente a un escenario adverso pues, aunque debería ser la obligación de todos los servidores públicos no sólo involucrarse, sino generar estos espacios de debate, la gran mayoría opta siempre por evadirlos, ignorarlos, e incluso obstaculizarlos.

Personalmente, he sido testigo de cómo a lo largo de varios días has sido cuestionada, insultada y agredida por ‘tus’ expresiones, tu manera de pensar, tus decisiones personales, tus elecciones de vida e incluso, por asuntos meramente privados como tu vida sexual. Pues bien, ésa es una realidad bajo la que la población lésbico, gay, bisexual, travesti, transexual, transgénero e intersexual vive todos los días. Todos los días, nosotros, la población no heterosexual, respiramos y nos enfrentamos a toda clase de cuestionamientos y agresiones, algunas de ellas brutales, sólo por la manera en que hemos decidido expresar nuestros afectos o mostramos nuestra identidad de género.

En todo este lamentable suceso en el que se te imputaron declaraciones que no realizaste, tuviste el derecho a defenderte que te otorga nuestra Constitución.

Sin embargo, te invito a imaginar por un momento que el derecho de réplica al que tienes acceso por ley se viera limitado porque perteneces a una minoría, las mujeres. Que se te negara el derecho a defenderte porque en el imaginario ideal de los mexicanos no has cumplido el rol social que se espera de ti, tener hijos. O que tus derechos dependieran del buen o mal juicio que otros respecto a lo que tú y tu pareja realizan en su alcoba.

Eso es lo que pasa con nosotros. Las leyes se aplican a discreción de quienes creen poseer la verdad o de quienes pretenden imponer su moral por encima de nuestras garantías.

Yo de ninguna manera justifico las manifestaciones de violencia que has sufrido, es más, las condeno tanto como las que hemos padecido quienes tenemos una orientación o identidad sexual diferente a la de ‘mayoría’ y, sin embargo, no son gratuitas.

Históricamente, los servidores públicos, especialmente los que como tú pertenecen a partidos políticos conservadores, han aplicado la ley de manera selectiva generando un clima de indignación, de irritación y de intolerancia ante la injusticia. Nosotros (la población LGBTI) no podemos seguir esperando su buena voluntad para dotarnos de derechos que, constitucionalmente, tenemos concedidos.

Ana María, mi equipo y yo hemos sido congruentes ante tu situación con los medios. A pesar de formar parte de quienes prefieren limitar nuestras garantías y expresar en el foro tu negativa para que gocemos de igual acceso a la ley que la población heterosexual, hemos defendido tu derecho a la justicia y nuestro derecho a ser informados con la verdad, no obstante que ello ha significado las críticas de nuestro propio gremio (el periodístico) y, por supuesto, y lo más importante, de la población cuyas problemáticas hemos intentado visibilizar y de la que orgullosamente formamos parte, la no heterosexual.

Yo te invito a que de la misma manera seas congruente con tu trabajo y firme en tus convicciones éticas, a que por encima de doctrinas partidistas o ideologías personales defiendas el derecho que todos tenemos a la justicia y a que con la misma valentía con que te enfrentaste a un auditorio adverso, dignifiques tu trabajo como legisladora e impulses normas bajo las que todas las personas podamos ser tratadas con igualdad.

Sé bien que lo acontecido en días recientes ha sido para ti una experiencia dura y deseo de todo corazón, que encuentres en ella la oportunidad de fortalecerte y de seguir construyendo, junto con los distintos sectores de la sociedad, espacios de diálogo.

Sinceramente.

Tuss Fernández

Coord. Reversible

Suplemento de Diversidad Sexual de Lado B.

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