Camilo Useche*

Wong Kar-Wai es de esos directores que generan seguidores y multitudes que alaban su obra como algo poético, magnífico, glorificante; la expresión del amor, del romance, de lo humano y sobre humano etc.  Es precisamente de esos directores que detesto.  2046 para no ir tan lejos, me produjo tantos bostezos y salí tan empalagado con toda esa narración acaramelada en un futuro oriental, que no quise saber nada más de este sujeto.  Ahora, y gracias a que se estrenó en el último Cannes, tuve el gusto de ver en Francia la última obra de tan “majestuoso creador”.  Y lo más sorprendente es que no esperé que me gustara. Claramente allí está el romántico en su planos en cámara lenta y en sus diálogos más allá de lo cursi, allí está, pero esta vez plantea un eje interesante, una historia que podría haber sido elaborado por kurosawa, una historia que en china ya ha llevado a cabo bastantes veces en películas de muy bajo presupuesto y muy malas imágenes, es la historia de Ip Man, el afamado profesor de artes marciales, célebre por haber tenido en su escuela a un bruce lee de 13 años.

La historia es más que interesante, pues a través de este personaje, casi mitológico, Wong Kar-Wai atraviesa un periodo de la historia de su país, concretamente la invasión japonesa entre 1937 y 1945, y a la vez nos muestra el nacimiento de las escuelas de kung fu y su arraigo en la cultura china.   En planos generales la historia se hace confusa, muchos nombres e imágenes tan parecidas que a veces pareciera que estamos viendo el mismo fotograma cada 5min después.  Pero Wong Kar-Wai logra montar esa estética que tanto le gusta, tan romántica y a la vez melancólica, y esta vez le funciona, aunque no entendamos lo que pasa o lo que quiere contar, pero las imágenes son tan bellas, los enfrentamientos están tan minuciosamente bien elaborados (como aquel entre dos de los personajes en el borde de un andén de una  estación de tren en pleno invierno, con nieve, con abrigos, con la bruma del frio) que todo se hace realmente espectacular.

Ip Man, al final es una excusa, una excusa indudablemente válida para que el espectador se enganche con el universo del Kung Fu, un arte tan hermoso y emocionante que se potencia con la creatividad y la genialidad de algunos directores, aunque personalmente no sean de mi agrado.

Imagen: http://www.filmofilia.com

The grandmaster

Dirección:  Wong Kar-Wai.

Guión:   Wong Kar-wai.

Intérpretes: Tony Leung Chiu Wai, Zhang Ziyi, Chang Chen.

Género:  Drama, Artes marciales.

País: China, Francia.

Duración: 123 min.

*Candidato a Doctor en Historia por I’ Ecole des Hautes Etudes en Sciences Sociales de Paris. Maestro en Relaciones Internacionales y Estudios Latinoamericanos UAM, Madrid. Historiador y sociólogo por la Pontificia Universidad Javeriana y por la Universidad Nacional de Colombia.

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